(LifeSite/InfoCatólica) Un joven de Kentucky, identificado como Marley Taylor, de 27 años, se declaró culpable esta semana de un delito de daños a la propiedad religiosa tras reconocer que decapitó una estatua de la Santísima Virgen María y del Niño Jesús con un hacha en la iglesia católica de los Santos Pedro y Pablo, en la localidad de Hopkinsville.
Según informó la Fiscalía del Distrito Oeste de Kentucky, Taylor admitió haber destruido la imagen en enero de este año, alegando falsamente que los católicos «adoraban» la estatua. El acusado se desplazó hasta el templo y golpeó con un hacha las cabezas de ambas figuras sagradas, causando un profundo daño al patrimonio religioso y a la comunidad parroquial.
A diferencia de lo afirmado por el agresor, los católicos no adoran imágenes ni objetos sagrados, sino que veneran a Dios y honran a la Virgen y a los santos. Las imágenes, esculturas e iconos son signos visibles que ayudan a los fieles a orar y meditar sobre los misterios de la fe, conforme a la doctrina de la Iglesia.
El fiscal federal Kyle G. Bumgarner declaró en un comunicado: «No podemos ni aceptaremos ataques contra el libre ejercicio de la religión ni la profanación de símbolos religiosos sagrados. El señor Taylor profanó intencionadamente dos de los símbolos más venerados del cristianismo, las estatuas de María y de Jesús, como un ataque a la fe cristiana. Sus motivos y su conducta justifican estos cargos federales. Que esto sirva de advertencia: ningún ataque contra el ejercicio de la religión —sea cual sea la fe— será tolerado en el Distrito Oeste de Kentucky».
El jefe de la Policía de Hopkinsville, Jason Newby, también condenó el acto vandálico y subrayó que la libertad de creencias de la comunidad debe ser respetada. «Los ciudadanos tienen derecho a vivir en una sociedad donde sus creencias y su seguridad no sean amenazadas por quienes recurren a la violencia», afirmó. «Seguiremos trabajando juntos para garantizar nuestro compromiso con una comunidad más segura en Hopkinsville».
Taylor será sentenciado en marzo de 2026. Enfrenta una posible condena de hasta tres años de prisión, un máximo de un año de libertad vigilada y una multa de hasta 250.000 dólares.
En los últimos años, los casos de vandalismo y profanaciones contra iglesias católicas y otros templos cristianos se han multiplicado en Estados Unidos.
Un informe publicado en agosto por el Family Research Council (Consejo de Investigación Familiar) documentó 1.384 actos de hostilidad contra iglesias cristianas entre enero de 2018 y diciembre de 2024. El estudio indica que se registraron 50 ataques en 2018, 83 en 2019, 55 en 2020 y 98 en 2021. En 2022, año en que se filtró la sentencia Dobbs, que anuló Roe contra Wade, el número de incidentes se duplicó, alcanzando los 198 ataques.







