(Agencias/InfoCatólica) Mientras todavía colea la desconsideración del Cardenal Parolín a la persecución religiosa en Nigeria el presidente estadounidense Donald Trump ha elevado la tensión diplomática con el país al amenazar con una posible intervención militar en respuesta a lo que califica como «masacre» de cristianos por parte de grupos islamistas. La escalada se produce tras incluir al país africano en la lista de naciones que violan gravemente la libertad religiosa.
A algunos analistas les recuerda el caso chino, en el que no es el Vaticano el que está levantando la voz por los cristianos.
«Preparados para una intervención rápida y violenta»
En una serie de mensajes en Truth Social, Trump advirtió que Estados Unidos «bien podría entrar en ese ahora vergonzoso país pegando tiros para erradicar completamente a los terroristas islámicos que están perpetrando estas horribles atrocidades».
El mandatario aseguró haber dado instrucciones específicas: «He ordenado a nuestro Departamento de Guerra que se prepare para una posible intervención. Si atacamos, será rápido, violento y dulce, igual que los ataques de los matones terroristas contra nuestros queridos cristianos».
La amenaza incluye medidas económicas inmediatas: Trump advirtió que interrumpirá «de inmediato toda la ayuda a Nigeria» si el Gobierno de Bola Tinubu «sigue permitiendo el asesinato de cristianos».
Nueva clasificación bajo la ley de libertad religiosa
Trump formalizó la designación de Nigeria como «país de especial preocupación» conforme a la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998. «El cristianismo se enfrenta a una amenaza existencial en Nigeria. Miles de cristianos están siendo asesinados. Los islamistas radicales son responsables de esta masacre», declaró.
Esta clasificación habilita la imposición de sanciones económicas, restricciones en la ayuda militar y prohibiciones de entrada a funcionarios nigerianos considerados responsables. Nigeria ya había estado en esta lista entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021, también durante una decisión de Trump en su primer mandato.
Cifras alarmantes de persecución religiosa
Representantes cristianos presentaron a Trump documentación que cifra en 52.000 los cristianos asesinados y más de 20.000 las iglesias atacadas y destruidas en Nigeria desde 2009. El informe detalla que en 2025 «miles de cristianos han sido asesinados y violados», mientras que «más de 100 pastores cristianos y sacerdotes católicos han sido tomados como rehenes para pedir rescate».
Trump encargó al representante Riley Moore y al presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Tom Cole, «que investiguen inmediatamente este asunto». «Estados Unidos no puede quedarse de brazos cruzados mientras tales atrocidades están ocurriendo en Nigeria y en muchos otros países», afirmó.
Abuja denuncia una «campaña orquestada»
Por otro lado la respuesta del Gobierno nigeriano ha sido de rechazo frontal a las acusaciones estadounidenses. El portavoz presidencial Bayo Onanuga denunció un «juego orquestado» para desprestigiar a Nigeria, asegurando que Tinubu «se anticipó» a la maniobra al exigir a los mandos militares resultados concretos.
Tinubu rechazó la designación argumentando que no refleja la realidad de Nigeria, «una democracia con garantías constitucionales que defiende firmemente la libertad religiosa». El presidente nigeriano expresó su disposición a colaborar con Washington para «profundizar el entendimiento y la cooperación para la protección de todas las comunidades y religiones».
El portavoz Daniel Bwala intentó rebajar la tensión al sugerir un encuentro entre ambos mandatarios «para resolver malentendidos», recordando que Trump autorizó previamente la venta de armamento a Nigeria para combatir a Boko Haram.
Una crisis de seguridad sin resolver
Pese al discurso oficial, la realidad sobre el terreno contradice las afirmaciones del Gobierno nigeriano. Los ataques de milicias islamistas y pastores fulani contra campesinos, sacerdotes y familias enteras continúan multiplicándose sin que las fuerzas de seguridad logren contener la violencia.
Organizaciones como Open Doors y Christian Solidarity International han acusado a Nigeria de minimizar deliberadamente la persecución religiosa y negar la dimensión confesional de los ataques. El país encabeza desde hace años las estadísticas mundiales de asesinatos por motivos religiosos.
Aunque expertos señalan que la mayoría de víctimas de grupos armados en Nigeria son musulmanes –dado que muchos ataques ocurren en el norte de mayoría musulmana–, la violencia contra comunidades cristianas ha alcanzado niveles que han despertado la alarma internacional.
            
      
 
	 
 
	 
 
	 
 
	 
        
            
            
            
        
 
           
        
        




