(InfoCatólica) El papa León XIV ha firmado y publicado su primera exhortación apostólica, Dilexi te, centrada en la llamada evangélica a vivir el amor a los pobres como expresión concreta del seguimiento de Cristo. El documento, que parte de un proyecto elaborado por el papa Francisco antes de su fallecimiento, recoge y prolonga su pensamiento con nuevas reflexiones del actual pontífice.
La frase del Apocalipsis «yo te he amado» (Ap 3,9) sirve de inspiración para esta exhortación, dirigida especialmente a quienes viven en condiciones de debilidad, exclusión o sufrimiento. El papa León XIV recuerda que Jesús se identifica de forma única con los más pequeños y afirma que «en los pobres, el Señor tiene todavía algo que decirnos».
El testimonio de los santos y de la tradición cristiana
El documento ofrece una amplia exposición teológica, espiritual e histórica del compromiso cristiano con los pobres. San Francisco de Asís, en quien el papa Francisco se inspiró para tomar su nombre, ocupa un lugar destacado. Se recuerda cómo su encuentro con los leprosos cambió su vida y desencadenó una renovación espiritual y social que sigue teniendo eco hoy.
Junto a él, se citan ejemplos de santos y comunidades que, a lo largo de la historia de la Iglesia, han convertido la atención a los necesitados en expresión de santidad: San Lorenzo, San Juan de Dios, San Camilo de Lelis, San Basilio, San Benito, San Bernardo de Claraval, las hijas de la caridad o los órdenes dedicados a la redención de cautivos, como los trinitarios y los mercedarios.
Una Iglesia pobre y para los pobres
Dilexi te hace suya la conocida expresión de Francisco: «¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!». La exhortación insiste en que la atención a los pobres no es una opción secundaria ni una obra marginal, sino parte esencial de la identidad de la Iglesia. «Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres», afirma León XIV.
Además de abordar la dimensión espiritual, el papa advierte de los riesgos de una cultura basada en el consumo y el éxito que olvida a millones de personas que viven en condiciones indignas. La indiferencia ante la pobreza, incluso en los países desarrollados, es señal de una mentalidad que «descarta» a los más débiles, denuncia el texto.
La opción preferencial de Dios por los pobres
La exhortación recorre los principales pasajes bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento que muestran la predilección divina por los pobres. Desde el llamamiento a Moisés ante la zarza ardiente hasta el juicio final descrito en Mateo 25, la Escritura sitúa a los pobres en el centro del mensaje de salvación.
El papa recuerda que esta opción preferencial no significa exclusión de otros, sino que expresa el modo en que Dios se acerca a toda la humanidad desde la fragilidad y la necesidad. Por ello, la pobreza de Cristo, su nacimiento humilde, su vida itinerante y su muerte en la cruz tienen un valor revelador y constituyen modelo para la vida cristiana.
El rostro de Cristo en los enfermos y los excluidos
La exhortación dedica varios apartados a la atención a los enfermos, prisioneros y marginados como lugares privilegiados del encuentro con Cristo. Desde los primeros siglos, la Iglesia ha desarrollado formas concretas de ayuda: hospitales, hospicios, redes de asistencia y consuelo que continúan hoy en las obras de muchas congregaciones religiosas.
León XIV recuerda que esta tradición no es solo filantropía, sino una expresión eclesial de la fe en el Dios hecho carne. El monasterio, el hospital y la cárcel son lugares donde la caridad toma forma concreta. Allí, afirma, la Iglesia realiza su vocación más profunda: amar al Señor allí donde su rostro está más desfigurado.
Resumen de contenidos de la exhortación apostólica «Dilexi te»
- Introducción y origen del texto
- Iniciado por el papa Francisco y completado por León XIV.
- Inspirado en la frase «yo te he amado» (Ap 3,9).
- Vinculación con la encíclica Dilexit nos.
- Fundamentos bíblicos
- Amor de Dios revelado en la atención a los pobres.
- Cristo como pobre y cercano a los marginados.
- Juicio final como evaluación del amor concreto al necesitado.
- Tradición de la Iglesia
- Ejemplos patrísticos y hagiográficos.
- Vida monástica como servicio al pobre.
- Caridad como signo de santidad.
- Diagnóstico de la pobreza actual
- Formas múltiples de pobreza (material, social, espiritual).
- Crítica a la meritocracia como justificación de la exclusión.
- Desigualdades persistentes en contextos desarrollados.
- Llamada a una Iglesia comprometida
- Vocación de ser «Iglesia pobre y para los pobres».
- Denuncia de ideologías que relativizan el sufrimiento.
- Invitación a redescubrir el Evangelio como fuente de conversión.
- Acciones concretas y testigos
- Atención a enfermos, presos y marginados.
- Papel de las mujeres consagradas en la asistencia sanitaria.
- Caridad como expresión del verdadero culto cristiano.
- Conclusión
- Los pobres como lugar de encuentro con Cristo.
- La caridad no es opcional, sino exigencia del Evangelio.
- Invitación a vivir la fe con gestos concretos.







