(Iglesia.cl/InfoCatólica) En el documento, dichas confesiones religiosas presentes en Chile subrayan que «la vida humana es sagrada e inviolable en todas sus etapas» y que, por lo tanto, «cualquier intento para legalizar la eutanasia vulnera derechos humanos esenciales y contradice la tradición judeocristiana, así como los valores éticos compartidos por nuestras creencias. No somos dueños de la vida; somos custodios de un don sagrado que debe ser protegido hasta su fin natural».
Argumentos históricos, éticos y religiosoa
El texto recuerda que ya desde el juramento hipocrático en el siglo V a.C. la medicina proclamó el respeto a la vida: «Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten». Añade que, en la tradición judeocristiana, «cualquier forma de eutanasia es asesinato y contraria a la dignidad humana y al respeto a Dios, el Creador», citando el mandamiento bíblico «No matarás» (Éxodo 20,13).
Asimismo, se releva la mirada de otras religiones. La Torá y el Talmud prohíben toda forma de homicidio; el Corán equipara la gravedad de quitar una vida a «la destrucción de toda la humanidad»; agregando que el Islam afirma que la vida es una confianza divina que solo Dios puede retirar.
Riesgos sociales y culturales
La declaración advierte que legalizar la eutanasia afectaría especialmente a adultos mayores y enfermos terminales, quienes ya sufren las consecuencias de la «cultura del descarte». Señalan que una normativa de este tipo «reforzaría la idea de que las personas mayores y con enfermedades terminales son una carga», lo que consideran contrario a la dignidad humana y al derecho a recibir cuidados adecuados para que la muerte sea digna.
Además, recalcan que incluso cuando una persona solicite disponer de su vida, el acto tiene repercusiones sociales y familiares que lo hacen «éticamente discutible».
Llamado al Congreso
Los firmantes exhortan al Parlamento a rechazar la eutanasia y, en su lugar, legislar en torno a cuidados paliativos integrales que garanticen un acompañamiento digno. «La vida es un don sagrado que debe ser protegido hasta su fin natural, y apelamos a la razón, la fe y la compasión para guiar la decisión legislativa», expresan.
El documento concluye con un llamado directo a los senadores y diputados a «rechazar cualquier iniciativa que legalice la eutanasia o el suicidio asistido», apelando tanto a los valores éticos y religiosos, como a los principios de dignidad humana consagrados en la Constitución y los Derechos Humanos de protección de la vida.







