(AsiaNews/InfoCatólica) El jesuita indio Richard Anthony D'Souza será el nuevo director de la Specola Vaticana, el observatorio astronómico de la Santa Sede. Lo nombró hoy el Papa León XIV confirmando, en el día de la fiesta de san Ignacio de Loyola, la elección ya realizada por el Papa Francisco para suceder a otro jesuita estadounidense, el hermano Guy Consolmagno, cuyo mandato de diez años termina el 19 de septiembre.
Es la primera vez que un religioso asiático asume este rol de primer nivel en una institución vaticana, a la que toda la comunidad científica observa con gran interés. El padre D'Souza, de cuarenta y siete años, creció en una familia cristiana de Goa y es astrofísico, con un doctorado del Instituto Max Planck de Múnich y estudios complementarios en la Universidad de Michigan. Ya era el superior de la comunidad de la Specola, que actualmente incluye a 15 jesuitas activos, quienes realizan investigaciones no solo en el histórico observatorio de Castel Gandolfo, sino también en el telescopio de vanguardia ubicado en el Monte Graham de Arizona, Estados Unidos.
Es miembro del staff del observatorio vaticano desde 2016 y el área en la que el padre D'Souza ha llevado a cabo sus investigaciones en los últimos años es la de los orígenes de las galaxias. «En la práctica, soy un arqueólogo de las estrellas», explicó a AsiaNews en una entrevista hace unos meses. «Estudio cómo nacieron y cómo cambian a lo largo del tiempo, a través de pistas que nos revelan fenómenos que han ocurrido hace miles de millones de años. Cómo se forman las estrellas y cómo las diferentes galaxias se atraen hasta fusionarse entre sí». Publica sobre estos temas en numerosas revistas científicas internacionales, y como reconocimiento por sus estudios, recientemente se le ha dado su nombre a un asteroide.
En su día el padre D'Souza también contó el periplo que lo llevó desde ser un niño indio con muchos amigos jesuitas hasta los telescopios. «Me fascinaban las historias sobre los estudios de Matteo Ricci y otros hermanos», recordaba. «Así que al terminar el noviciado, mi provincia me envió a estudiar física a Mumbai».
Con respecto a la actividad del Observatorio dijo: «No miramos el cielo para investigar a Dios, sino la realidad del universo. Cuanto más reflexionamos sobre la complejidad de la creación, más nos damos cuenta de su belleza. Aunque en cierto sentido trabajamos para ofrecer motivos siempre nuevos para alabar a Dios a través de una mejor comprensión de su obra». Y una pregunta que será cada vez más central en la relación entre ciencia y fe, que es la que se refiere a la presencia de otras formas de vida en el universo. «Hoy estamos haciendo grandes progresos en la investigación sobre lo que existe fuera del sistema solar. Estoy convencido de que en veinte años tendremos la evidencia de la presencia de formas de vida en alguna de las miles de millones de estrellas de las que conocemos la existencia. Formas de vida elementales, moléculas; pero si existen, no se puede excluir la posibilidad de un desarrollo en formas de vida inteligente. ¿Qué significaría un descubrimiento de este tipo? ¿Y cómo relacionarlo con la Revelación? Tengo la impresión de que la Teología pronto se encontrará lidiando con preguntas similares a las que planteó el descubrimiento de los 'nuevos mundos' del otro lado del Océano...».







