(El Periodico) La idea consiste en reactivarlo a la brevedad, aseguró Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), al oficiar misa dominical en la Catedral Metropolitana, en la capital, Managua.
«Se hacen todas las gestiones posibles para verlo lo más pronto posible», aseguró el cardenal, quien también es arzobispo de Managua, y agregó que «ojala que tengamos las respuestas positivas».
Promovido por el gobierno, con la CEN como mediadora y testigo, el Diálogo Nacional fue instalado el 16 de mayo –casi un mes después de estallada la crisis–, pero se ha mantenido básicamente suspendido, a causa de las profundas desavenencias entre la parte gubernamental –representada por una delegación encabezada por el canciller nicaragüense, Denis Moncada- y la parte opositora –representada por la multisectorial Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia-.
Cinco de los 10 integrantes de la CEN constituyen la Comisión de Mediación y Testigo del Diálogo Nacional. La participación de los obispos, en el diálogo, ha sido objeto de fuertes acusaciones por parte del gobierno nicaragüense, presidido por Daniel Ortega.
El mandatario, quien sostiene que la actual crisis nacional obedece a la acción de sectores golpistas que procuran derrocarlo, afirmó, en un acto público realizado el 19 de julio en Managua, que el episcopado participa en esa conspiración.
Once días después, en el marco de una entrevista con la cadena estadounidense de televisión CNN en Español, Ortega planteó la necesidad de «hacer ajustes a los mecanismos del diálogo, hay que establecer normas en los mecanismos del diálogo, para que, realmente, se pueda obtener resultados», y aseguró que «estamos trabajando en eso».
Al inicio de agosto, Moncada llegó al Vaticano, donde planteó, a un funcionario, los motivos del estancamiento que presenta el Diálogo Nacional.
«El diálogo se ha estancado también por las acciones de algunos sectores de la Conferencia Episcopal, que abiertamente se han puesto a favor de la oposición. El diálogo se debe reestructurar con aquella parte de los obispos que han mantenido un comportamiento ecuánime. También por esto hemos venido al Vaticano», explicó, al periódico italiano L’Antidiplomatico (El Antidiplomático).
En la misa dominical, Brenes formuló, además un llamado, a los católicos nicaragüenses, a fortalecer su fe ante el contexto dramático en que se encuentra ese país centroamericano.
«En este momento, tenemos que fortalecer nuestra fe y tener actitudes ante el mundo y ante la problemática, desde una actitud propia de hombres y mujeres de fe», por encima de ideologías, así como «su servidor y los obispos somos obispos de los católicos, independientemente de su filiación social o política», expresó.
El planteamiento del cardenal motivó a un asistente a la misa a preguntarle sobre la posibilidad de que los católicos se involucren en la política nacional.
«Me gustaría tener católicos políticos, no políticos católicos, porque el católico que es político primero tiene su fe, y la ideología pasa a un segundo lugar», pero «un político católico pone primero su pensamiento, su ideología política y en segundo lugar pone su fe».
Brenes llamó, asimismo, a los fieles, a no perder el ánimo ante la situación nacional, y los animó a convertirse en mensajeros de paz.
«Ustedes tienen una vocación, y es ser mensajeros de paz, de reconciliación, y allí está el gran papel, hoy, para nosotros con nuestras vidas, con nuestras palabras, de ser esos verdaderos mensajeros», planteó el arzobispo, quien subrayó que, «hoy, que vemos mucho desánimo, la palabra de Dios nos recuerda que hay que levantarse».