(Efe) Benedicto XVI expresó a los prelados -que estaban encabezados por Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador- su "profundo pesar" por la muerte del cardenal Antonio González Zumárraga, "quien con tanta abnegación y fidelidad ha servido a la Iglesia".
Tras asegurar que los hombres tienen "necesidad" de un encuentro "personal" con Dios, el Papa les dijo que para desarrollar su labor "en medio de un ambiente cultural y social que parece olvidar las raíces espirituales más profundas" tienen que llevar a cabo "un generoso esfuerzo de difusión de la Palabra de Dios, de tal manera que nadie se quede sin este imprescindible alimento espiritual, fuente de vida".
Benedicto XVI les agradeció la labor que realizan "para reclamar la atención de la sociedad sobre aquellos valores que hacen la vida humana más justa y solidaria" y les exhortó a defender la familia tradicional basada en el "vínculo de amor" entre un hombre y una mujer.
El Obispo de Roma reiteró la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, con lo que de nuevo condenó el aborto y la eutanasia, y dijo que es responsabilidad de los padres la educación moral de los hijos, "para transmitir a las nuevas generaciones los grandes valores humanos y cristianos que han forjado la identidad de vuestros pueblos".
El Pontífice reconoció la "escasez de clero" en muchas partes de Ecuador y pidió a los obispos que transmitan a los jóvenes "la pasión por Jesús y los grandes ideales del Evangelio".
"Ese esfuerzo ha de ir acompañado del máximo cuidado en la selección y en la preparación intelectual, humana y espiritual de los seminaristas", precisó el Papa.
El Papa Ratzinger aseguró que Ecuador necesita "un laicado maduro comprometido" y animó a los obispos a prestar una atención especial a los que pasan necesidades, los ancianos, los niños, los emigrantes y las mujeres abandonadas o maltratadas.
Benedicto XVI resaltó la figura de Narcisa de Jesús Martillo Morán, la seglar ecuatoriana que este pasado fin de semana proclamó santa y pidió su intercesión para que la Iglesia ecuatoriana "llena de fe y esperanza se lance a la apasionante tarea de sembrar el Evangelio en el corazón de todos los hombres y mujeres de esa bendita tierra".