Un español, canónigo en Roma
Una de las cuatro basílicas papales es la de Santa María la Mayor, edificada en la cumbre del monte Esquilino, una de las siete colinas de la Roma antigua. La tradición dice que la Virgen María se apareció en sueños al patricio Juan y al papa Liberio pidiendo la construcción de una iglesia en su honor en un lugar que indicaría milagrosamente. La noche del cinco de agosto de 358 apareció cubierta de nieve una parte del Esquilino. Y en ese terreno se levantó la basílica. Cada cinco de agosto, día de la Virgen de las Nieves, se conmemora en la liturgia este prodigio, haciendo descender desde el techo del templo una cascada de pétalos blancos.
La bella basílica está muy vinculada a España. Ya en el atrio de la misma se puede contemplar una estatua, diseñada por Bernini, del rey Felipe IV, gran benefactor de esta iglesia. El papa Pío XII, en una constitución apostólica de 1953, estableció que el Jefe del Estado español sería proto-canónigo de la basílica; que se rezaría por España y su Jefe de Estado cada año, en la fiesta de san Fernando y en las solemnidades de la Asunción y la Inmaculada; y que uno de los canónigos había de ser de nacionalidad española.