Sobre la divina providencia y el mal en el mundo
Un visitante comenta:
Dice Pato “Tú sabes que la Providencia lo gobierna todo y nada ocurre sin que Dios lo quiera o permita".
Claro que siguiendo la misma lógica entonces si cada violación es querida o permitida por Dios, igualmente cada aborto es querido o permitido por Dios.
Efectivamente. El Catecismo, hablando acerca de la divina providencia, enseña:
311 […] Dios no es de ninguna manera, ni directa ni indirectamente, la causa del mal moral. Sin embargo, lo permite, respetando la libertad de su criatura, y, misteriosamente, sabe sacar de él el bien
Lo malo no ocurre porque Dios lo quiera, pero sí lo permite.
Esto puede parecer una sutileza para algunos, sin una diferencia real de fondo entre una u otra actitud, pero en realidad es una distinción de una importancia capital para la vida de todos nosotros, porque sienta las bases para la tolerancia en la vida política, con la que tanto se llenan la boca los enemigos de la Iglesia, pero que no ha surgido como principio social en ninguna otra cultura que no sea aquella inspirada por el cristianismo.
En efecto, cuando Dios, que gobierna el universo, permite un mal moral como un aborto, por respeto a la dignidad y libertad de los humanos que deciden participar en ese crimen abominable, le está indicando al príncipe, el gobernante humano, que él también debe respetar esa dignidad y libertad, y que no todo está permitido en la búsqueda del bien, que los políticos suelen identificar con la mantención de su propio régimen.
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