El "cumple" como problema pastoral
Cómo ha cambiado la cosa de los cumples. De niño recuerdo algunas celebraciones. Por ejemplo, los cumpleaños de tíos y abuelos, cuya celebración consistía en plato de galletas y algunos bollos de la panadería, y siempre una copita de vino dulce. Y ya. Que por cierto los niños de mi generación bebíamos alcohol, evidentemente en dosis muy moderadas, pero se nos daba sin problemas en los santos una copita y en caso de inapetencia un poco de quina Santa Catalina, que es medicina y es golosina, evidentemente con su poco de alcohol.
El día del cumpleaños de nuestro maestro, con un recuerdo muy especial a D. Adolfo, la celebración consistía en colocarnos todos en círculo, pasar una caja grande de galletas María y circular de alumno en alumno una botellita de vino dulce, a la que el maestro colocaba un pitorro especial que nos permitía beber con comodidad. ¡Hasta el maestro dando alcohol! Pues ya ven, no creo yo que mi generación haya salido más alcohólica que las posteriores.

La cosa surgió, como suele pasar tantas veces, casi de casualidad. Estábamos en una reunión de matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano y uno de los asistentes nos contaba cómo en la ermita de la Virgen del Milagro de Hornuez, cada segundo sábado de mes, los segovianos pueblos de Alconada, Alconadilla, Aldealengua, Cilleruelo, Carabias, Fuentemizarra y Valdevarnés, renuevan su voto de gratitud a la Virgen por haberles librado, hace siglos, de la hambruna y la peste. Problema grave, nos decía, conseguir un sacerdote, ya que los de la zona atienden hasta quince pueblos cada uno. El caso es que si tú podrías… y de paso hacíamos allí la convivencia de fin de curso de los grupos de matrimonios… ¡Hecho!
Tras lo de las estupideces eclesiales del otro día, a uno no le queda más remedio que hacerse preguntas.
Ante todo, mil perdones al editor, al director y a mis lectores por publicar un segundo post en el mismo día, cosa que hago por segunda vez en mis cuatro años de bloguero en esta casa. Vaya en mi descargo que tampoco escribo a diario.
Un sacerdote anciano hablando de la economía de su parroquia tras la llegada del nuevo párroco con sus nuevos aires: “cada vez peor de dinero. Ya sabes, estos de la opción por los pobres salen carísimos”.





