Santuario de la Virgen del Milagro de Hornuez
La cosa surgió, como suele pasar tantas veces, casi de casualidad. Estábamos en una reunión de matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano y uno de los asistentes nos contaba cómo en la ermita de la Virgen del Milagro de Hornuez, cada segundo sábado de mes, los segovianos pueblos de Alconada, Alconadilla, Aldealengua, Cilleruelo, Carabias, Fuentemizarra y Valdevarnés, renuevan su voto de gratitud a la Virgen por haberles librado, hace siglos, de la hambruna y la peste. Problema grave, nos decía, conseguir un sacerdote, ya que los de la zona atienden hasta quince pueblos cada uno. El caso es que si tú podrías… y de paso hacíamos allí la convivencia de fin de curso de los grupos de matrimonios… ¡Hecho!
Preciosa ermita que recomiendo visitar e incluso tener como destino de alguna convivencia o excursión parroquial. El entorno es un enebral impresionante y el templo bien que merece una visita. La historia de la Virgen responde a clichés muy conocidos. Escondida en tiempo de moros, se apareció a finales del siglo XIII, tras la reconquista, en un enebral.

Tras lo de las estupideces eclesiales del otro día, a uno no le queda más remedio que hacerse preguntas.
Ante todo, mil perdones al editor, al director y a mis lectores por publicar un segundo post en el mismo día, cosa que hago por segunda vez en mis cuatro años de bloguero en esta casa. Vaya en mi descargo que tampoco escribo a diario.
Un sacerdote anciano hablando de la economía de su parroquia tras la llegada del nuevo párroco con sus nuevos aires: “cada vez peor de dinero. Ya sabes, estos de la opción por los pobres salen carísimos”.
Ni ustedes han venido a la asamblea de “Solidarios por el desarrollo”. Así comencé mi homilía ayer domingo. Un joven que va a ser enterrado. Cristo que se compadece y se muestra a favor de la vida, resucitando al hijo y devolviendo la alegría y la esperanza a la madre.