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28.03.14

Cáritas: la administración nos toma el pelo


Un buen dato para comenzar la mañana: España es el segundo país de la Unión Europea con más pobreza infantil superado solo por Rumanía. En otros datos ya ni entramos.

Pues ya ven la situación. A uno, como es natural, no le queda más remedio que mirar a la administración y hacer preguntas. No creo yo que estemos tan mal como para no poder hacer algo, revisar presupuestos y administrar los bienes de todos de otra forma.

Ayer se presentó el informe de Foessa “Análisis y perspectivas 2014″. En él se afirma que con 2.600 millones de euros es posible acabar con la pobreza severa en España. Muchos millones son. Pero esa cantidad es el equivalente al proyectado rescate de las autopistas o poco más del doble de lo que costó por ejemplo el aeropuerto de Ciudad Real.

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27.03.14

Forcano: por fin los católicos parecemos seres humanos como todos los demás

Y servidor sin enterarse. Perece ser, Benjamín Forcano dixit, que los católicos andábamos pelín atrasados con relación a los demás y en consecuencia con apariencia de vaya usted a saber pero en ningún caso humana. Ya saben, la culpa del beato Juan Pablo II y del malvado Ratzinger que en lugar de hacer lo que le apetecía a D. Benjamín se dedicaron a otra cosa. Error, qué gran error.

Todo es sabido y requetesabido. Involución, negrura. Unas afirmaciones que no sé cómo no sienten vergüenza al soltarlas: “tras el Vaticano II había habido toda una serie de movimientos de Iglesia compuestos por gente que habíamos avanzado” mientras que Juan Pablo II y Benedicto XVI no aceptaron el concilio. Esto es exactamente el mundo al revés: los pájaros tiran a las escopetas. Con dos razones. Para que vean.

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26.03.14

Es posible recuperar el gregoriano ( al menos algo)

¡Cómo sonaba el gregoriano en la basílica del monasterio del Escorial! Bajo la experta dirección del P. Samuel Rubio, los estudiantes agustinos manejábamos el liber usualis con la misma facilidad que un chavalillo hoy intercambia guasaps con su panda. No éramos músicos profesionales pero entre el director, una eminencia, y algunos compañeros que sí que estudiaban música, se conseguía cantar con mucho más que dignidad.

No era canto exclusivo de monjes y monasterios. Era el canto normal de la iglesia que se ejecutaba con mejor o peor fortuna en cada parroquia por muy de pueblo que fuera. Todavía hoy uno encuentra sin dificultad gente que canturrea los kiries de su niñez sin demasiados problemas.

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25.03.14

Enterratanatum episcopalis

Tengo sobre la mesa los documentos del concilio Vaticano II. La edición minor de la BAC del año 1967. Me estoy encontrando con un problema, y es que a esta edición le faltan bastantes páginas, incluidos decretos enteros. Porque me dicen cosas, me cuentan cosas que están en el concilio y servidor no las encuentra. Ya saben lo que pasa: que compra uno un libro con su mejor voluntad y mira por donde se traspapeló algún cuadernillo. Debe ser mi caso.

Porque hace unos días me vino una persona a preguntarme por qué seguimos utilizando la casulla para celebrar misa, ya que por lo visto el concilio había abolido su obligatoriedad. Pues servidor sin enterarse. Así que me he cogido –con perdón para hispanoamericanos- los documentos a ver eso donde estaba… y nada. Yo creo que me falta el decreto “De vestium liturgicarum” donde estarán explicadas esas cosas. Me estafó el librero dándome una edición falseada. Se va a enterar. Mientras, si algún amable lector, pudiera hacerme llegar ese documento en pdf, se lo agradecería muchísimo.

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24.03.14

Misas dominicales pesadísimas. El problema es el ritmo

Parte por la interesantísima entrada de Raúl del Toro de ayer mismo, parte porque servidor se alargó un poco más de la cuenta en su misa del tercer domingo de cuaresma, se me ha ocurrido dejar algunas reflexiones sobre la duración de la misa dominical. Otra cosa son las eucaristías de los días laborables que creo deben ser más medidas. Ya hablaremos del asunto.

Después de mucho pensar y mucho hablar con la gente, al final uno llega a la conclusión de que el mayor problema de las misas dominicales no son tanto los minutos cuanto la falta de ritmo en la celebración. Todos hemos asistido a celebraciones que podríamos considerar largas (más de una hora) o muy largas (esas que ya se pasan de hora y media) y nos hemos sentido tan a gusto en ellas. También nos ha pasado asistir a una misa dominical de poco más de cuarenta minutos y acabar como si nos hubieran dado una paliza.

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