María en la devoción del Pueblo de Dios (II)

III. Fiel en el silencio y en el dolor

El pueblo cristiano ha visto en María el ejemplo del amor silencioso y fiel, la confianza de Caná y la fortaleza del Calvario, la prueba del sábado santo y el gozo de la resurrección. La devoción de los cristianos a la Virgen de los Dolores, a la Virgen de la Soledad, las muchas maneras de representar y de venerar el dolor y la fidelidad de la Virgen María en la prueba terrible de la Pasión y muerte del Señor, tiene, al menos, una doble significación. En primer lugar es una forma de manifestar la autenticidad y la fidelidad del amor de María a su Hijo, la intensidad y la fortaleza de la fe que no duda ni se debilita ni se acobarda en los momentos de la más dura prueba, y es también una manera de buscar protección y fortaleza en las dificultades de la vida en este mundo que los cristianos siente tantas veces con especial dureza. La Virgen María, que estuvo firme junto a la Cruz de su Hijo, la Mujer fiel que sostuvo la fe de los Apóstoles y de la Iglesia naciente en los días oscuros de la Pasión y Muerte de Jesús, podrá también ayudarnos en las horas duras y oscuras de nuestra vida. Ella la Mujer por excelencia, la verdadera Eva, la Madre universal, modelo y consuelo de todas las madres, de todas las mujeres, de todos los hombres y mujeres en los muchos momentos dolorosos de la vida y de la muerte. Las imágenes, los títulos, las devociones a la Madre de los Dolores se multiplican. En su dolor y en su soledad María es ejemplo de fidelidad, de fortaleza, de esperanza, apoyo y ayuda de los que tienen que sostener a los demás cuando la vida se hace dura como el desierto y oscura como la noche.

IV. Glorificada y coronada en el Cielo

A los cristianos nos gusta ver a la Virgen María glorificada en el Cielo, rodeada de ángeles y de santos. La consideración de María glorificada nos ayuda a creer de verdad en la resurrección y en la vida eterna. Todo lo que es María lo es por su vinculación maternal a Cristo. Ella forma parte de la humanidad de su Hijo y por eso mismo compartió maternalmente su vida y su misión. Y ahora comparte también su gloria y su función salvadora en relación con todos nosotros. Pues bien, esa mujer que está ahora con Cristo en el Cielo, es nuestra. María es nuestra, es parte de nosotros mismos, forma parte de nuestra humanidad y de nuestra familia espiritual. Si Ella está en el Cielo, su ascensión confirma y facilita nuestra fe en la resurrección y en la vida eterna.

Lo que en María hace su maternidad lo hace análogamente en nosotros el bautismo. También nosotros por el bautismo formamos parte del cuerpo de Cristo, estamos injertados en El, vivimos arraigados en El y formaos parte de la nueva humanidad encabezada y consolidada por El. Por eso aspiramos a estar donde está El, con María, con los santos, junto a Dios, por los siglos de los siglos. María es el primer miembro de nuestra familia que está ya en el Cielo, nuestra primera Madre, junto a la cual están nuestros padres, nuestros amigos, nuestros muertos. María, junto a Cristo, es el Paraíso de Dios, nuestro Cielo, nuestro destino, nuestra esperanza, nuestro consuelo.

Madre de Jesús, Madre de Dios, asunta a los Cielos, madre espiritual de todos los hombres, de todos los redimidos por Cristo, de todos los hijos de Dios. Ella, desde el Cielo, sigue siendo signo y sacramento del amor, de la ternura y de la misericordia de Dios, en forma de mujer, con corazón de madre, signo y sacramento de la bondad y del amor de Dios con cada uno de nosotros. Advocaciones como la Virgen Milagrosa, Santa María del Perpetuo Socorro, Nuestra Sra. de Gracia responden a la profunda experiencia de debilidad que llevamos dentro todos los hombres y mujeres, a la necesidad que todos sentimos de un amor bondadoso que nos rodee, que nos acompañe, que nos quiera siempre y nos ayude en todo a pesar de nuestra debilidad congénita y de todas nuestras debilidades de cada día. María es consuelo en todas las decepciones, fortaleza en todos los desalientos, madre amorosa en toda orfandad.

Así lo expresaba solemnemente el Concilio: “La Madre de Jesús, de la misma manera que glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el Día del Señor (2P 3, 10)”.

Lourdes, Fátima, son grandes manifestaciones del amor incansable de Dios y de Cristo que está siempre cerca de nosotros para perdonarnos los pecados y abrirnos las puertas de la vida santa y verdadera, llamada permanente de Dios y de Cristo a la humanidad nueva, la humanidad auténtica, la humanidad hermosa pensada y querida por Dios y establecida por Jesucristo. Las constantes y numerosas peregrinaciones de cristianos y no cristianos a estos lugares santificados por la especial presencia de la Virgen María son la manera concreta que tiene el Pueblo de Dios de vivir la maternidad espiritual de la Virgen María y de acudir permanente a su misteriosa intervención.

V. María, pedagoga de Cristo y de los cristianos

Es un gozo para el alma cristiana pensar en las escenas de la vida de la Familia santa en Nazaret. María meciendo a Jesús en sus brazos, ayudándole en sus primeros pasos, enseñándole a ser autosuficiente y correcto en sus relaciones con los familiares, con los amigos, con los vecinos. María y José yendo a la Sinagoga con Jesús, enseñándole a recitar las oraciones de un buen judío, aprendiendo de El el verdadero sentido de las Escrituras que hasta entonces nadie había podido entender del todo.

Como Madre enseñó a Jesús a vivir en este mundo. Como discípula aprendió de El mejor que nadie a vivir con El como hija de Dios en su presencia. Toda de Dios, porque toda de Cristo y en Cristo, Ella es la perfecta discípula, la perfecta realización de la humanidad creyente, el punto más alto de la fe y de la unión de amor de una criatura con Cristo y con Dios. Por eso puede ser y es de hecho maestra y pedagoga de la fe dentro de la Iglesia y de la humanidad; podemos muy bien decir que Ella es la catequista primera y primordial, el modelo de humanidad centrada en Cristo por la fe y el amor. Su alma santa, su corazón es el molde de la fe de la Iglesia entera, modelo y molde de la fe y del amor de los cristianos, el tesoro de la fe de la Iglesia del que todos participamos y que nos permite acercarnos a Cristo, unirnos a El y ser habitados por El.

Este es el secreto y el mensaje de esa devoción universal que es el Santo Rosario, oración de las horas cansadas, oración de los momentos duros en los que necesitamos serenidad y reposo. Acercándonos una y otra vez al alma de la Virgen María, Ella nos ayuda a descansar en Cristo con una fe firme, clara, amorosa, que nos acerca al misterio de Jesucristo, con el realismo de los diferentes momentos de su vida, y nos permite entrar más adentro en el mundo de la gracia y de la paz. El rezo del Rosario nos ayudará a creer en Cristo con María y como María, a ver los misterios de Cristo con los ojos de María y a entrar en ellos con su corazón enternecido, a vivir con Cristo y ponernos como Ella a su servicio y al servicio del Reino de Dios sin reserva alguna.

Después de estas sencillas consideraciones, es obligado reconocer que el Pueblo de Dios, los cristianos sencillos y devotos, a lo largo de la historia, iluminados por el Espíritu Santo, guiados por los santos y los doctores, movidos por la fuerza de su amor a Jesucristo, han sabido descubrir la verdad profunda de la vocación y la función de la Virgen María, en la obra de Dios, en el mundo de la redención:

1. Antes de la Anunciación, María es la cumbre espiritual del Israel de Dios;

2. En la vida oculta de Jesús, María es la Madre de Dios y la discípula humilde de Jesús;

3. En el Calvario, es la humanidad fiel, asociada a la muerte Redentora de Cristo;

4. Después de la muerte de Cristo, es el nexo viviente entre Cristo resucitado y la Iglesia de la fe;

5. Después de su Asunción al Cielo es el “icono escatológico de la Iglesia”, la Madre espiritual y misericordiosa de todos los creyentes.

Conclusión. Sugerencias para el futuro

Estas breves reflexiones nos permiten afirmar que lejos de lo que algunos puritanos afirmaban en los turbulentos años del primer posconcilio, la devoción del pueblo cristiano a la Virgen María, Madre de Jesús y por eso mismo Madre de Dios y de la Iglesia, no es una deformación de la piedad cristiana, ni es una excrecencia peligrosa, sino más bien un elemento esencial de la piedad cristiana. En la misma medida en que María cumple un papel y tiene una función, junto a Jesús, en la victoria sobre el pecado y la iniciación de la nueva humanidad, la relación piadosa con Ella tiene también un lugar y cumple un papel en la verdadera piedad cristiana.

Podemos decir que la relación de cada uno de nosotros con la Virgen María es un “existencial cristiano”, un elemento indispensable de la verdadera existencia cristiana. Lo mismo que no se debe hablar de “Teología mariana” sino del conocimiento de la Virgen dentro de la única Teología cristiana, así no me parece correcto hablar de una “piedad mariana”, sino de los aspectos marianos, o la relación del fiel cristiano con la Virgen María dentro de la única y auténtica piedad cristiana. Quiero esto decir que la verdadera piedad con la que nos referimos siempre y solo a Dios, es una piedad participada de Cristo, en la cual está también la presencia y la función específica de María, como Madre de Jesús, discípula de Jesús, icono escatológico de la Iglesia y madre espiritual de todos los creyentes.

Entiendo que sería un error pensar en un futuro de la piedad cristiana depurada de la devoción a la Virgen María. Ese cristocentrismo puritano que excluye la presencia de María en la vida del Pueblo de Dios y en la vida cristiana no es católico, ni es por eso mismo verdaderamente cristiano. María es el realismo y la verdad histórica de Cristo, es la presencia y la participación humilde y agradecida de la humanidad en la obra de la redención, es el icono y el anticipo del triunfo final del Redentor y Salvador, es parte de la humanidad de Cristo hecha signo de la bondad y de la humanidad de Dios, es la humanidad santificada y glorificada por la gracia de Dios Padre, el amor del Espíritu Santo en la Luz y la Belleza del Verbo que se hizo en Ella cabeza de la nueva humanidad.

Nosotros no alabamos suficientemente a Dios si no alabamos a sus santos, sobre todo si no alabamos a “la santa”, que se convirtió en su morada en la tierra, María. La luz radiante y multiforme de Dios solo se nos manifiesta en toda su variedad y riqueza viéndola en el rostro de los santos, que son el verdadero espejo del esplendor de Dios. Precisamente viendo el rostro de María podemos ver mejor que de otras maneras la belleza y la amabilidad de Dios, su bondad, su misericordia.

A la vista de las exigencias de una nueva evangelización, en el marco de una nueva cultura cuyos primeros rasgos apuntan ya en nuestros tiempos, los elementos marianos de la piedad cristiana pueden y deben facilitar la fe en Dios y en Cristo de los hombres de los nuevos tiempos, acentuando la gratuidad del amor de Dios que respeta y ensalza nuestra libertad. La presencia y la relación de Dios con nosotros, porque es una presencia de amor gratuito y misericordioso, no atenta contra la libertad de los hombres sino que la fundamenta y nos deja espacio para que crezcamos como criaturas libres, en la verdad y en el bien, a su imagen y semejanza. María, como la Mujer del Sí a la Verdad y al triunfo de la vida, como Mujer glorificada, es el triunfo y la manifestación del esplendor de la humanidad, sostenida y promovida por el amor de Dios. María es apología viviente de Dios, demostración de la eficacia salvadora de la fe en Cristo.

En la cultura del bienestar y del egoísmo, María es una lección viviente de los valores de la humildad, de la sobriedad, de la fidelidad, de la fortaleza y del triunfo del amor fiel purificado en el sufrimiento, un modelo de humanidad y de espiritualidad para nuestro tiempo. Si la cultura del bienestar y del egoísmo nos lleva a actitudes de confrontación y de crueldad, de soledad y de muerte, María, la Mujer fiel, nos abre el camino a la cultura del amor, de la abnegación, de la compasión y de la misericordia, de la protección de todos los necesitados, del perdón de todos los equivocados, del acercamiento y de la hermandad universal en torno a Jesús. María es primicia y garantía de la humanidad reconstruida y unificada en torno a Cristo según el designio de Sabiduría y de Amor que Dios quiere para nosotros. Por eso ha estado y estará siempre en el corazón de la Redención y en el corazón de todos los que, por medio de la fe, hemos llegado a ser discípulos, hermanos de Jesús, e hijos de Dios en El y por El.

En estos tiempos en que la afirmación atea de una libertad ilimitada borra la verdadera significación de la polaridad hombre/mujer, María es a la vez manifestación suprema de la vocación de la mujer, como persona que se relaciona directamente con Dios, y como madre que por su especial vocación para el amor ha sido encumbrada a la misión de “protectora de la humanidad del hombre”, modelo de la verdadera grandeza de la mujer en la historia humana y en la historia de la salvación. Iluminados por el resplandor de la Virgen María, los cristianos descubrimos y admiramos en la mujer una grandeza que es reflejo de la grandeza y de la bondad de Dios, la vocación específica al amor sin reservas, el ofrecimiento de sí por el bien de los demás, la fuerza del amor que sabe resistir los dolores más fuertes y vencer las dificultades más insuperables, la fidelidad sin límites, la agudeza del amor para descubrir los más íntimos secretos de la vida y de las personas.

Cristo es el revelador de Dios, la revelación misma de Dios con nosotros y para nosotros. Cristo es el camino para la salvación y la salvación misma. El Espíritu Santo nos ilumina y nos mueve para confiar en El y poner nuestra vida en sus manos. Pero en el orden de las criaturas ¿quién puede alentar y promover la fe en El mejor que la Virgen María? Ella está unida a El por el vínculo irrepetible de su maternidad. Ella vivió pendiente de sus palabras y de su voluntad. Ella está ahora glorificada en cuerpo y alma junto a su Hijo, Señor del mundo, amándonos con amor de Madre, mostrándonos la belleza de la humanidad redimida por Cristo y santificada por el Espíritu de Dios, Ella ha recibido de su Hijo el mandato de ser nuestra madre, de querernos y cuidarnos como una madre verdadera porque somos de su Hijo que habita en nosotros. La mediación de la Virgen María da al cristianismo la dimensión realista, enteramente humana, familiar y concreta que no tienen las otras confesiones que han sido mucho más remisas en reconocer su grandeza y su intervención en la obra de la redención. Su presencia dará también al cristianismo de los tiempos futuros el tono cálido y cercano que reclama y espera siempre el corazón humano de la bondad y del amor de Dios.

16 comentarios

  
cristhian
Gracias Monseñor por estos dos artículos maravillosos, para alguien como yo que es un converso, aprender de nuestra Madre es algo sorprendente y si viene de un Arzobispo mucho mejor. ¡Dichosos nosotros que tenemos por Madre a la Madre de Dios!
11/05/09 5:23 PM
  
Pilar Macarro
Excepcional artículo también en su segunda parte. Gracias, Don Fernando. El punto V es una síntesis excepcional que voy a copiarla (con su permiso) y trasmitirla de ese modo, cuando tenga que hablar de la Virgen, por la claridad y las palabras adecuadas que nos sitúan en el camino para descubrir la verdad profunda de la vocación y la función de María en la historia de la Salvación. Gracias.
11/05/09 9:39 PM
  
Carlo
Galilea no era un lugar judio aunque si muy semitico.La madre de Jesus su "procedencia" permanece oscuro...el padre de Jesus,San Jose,si dice el Evangelio,que es del linaje de David...pero su procedencia permanece tambien en la sombra de la duda.Solo San Mateo defiende que Jesus es del linaje de David...imprescindible para ser el Mesias prometido...de San Jose poco mas sabemos porque ESTA AUSENTE EN LA PASION.¿Donde estaba San Jose en la Pasion?...la "sagrada familia" no permanecio unida.El Mesias prometido tenia que ser forzosamente del linaje de David,tenia que ser HIJO DE DAVID.Pero el Evangelio es mas que ambiguo al respecto.El Evangelio es dudoso para sacar una conclusion sensata.Ademas los originales del Evangelio hoy se han perdido,sin olvidar el "pequeño detalle" de que LOS EVANGELIOS SON ANONIMOS estan sin firmar,por eso se dice "segun san..." no hay manera de saber quien lo ha escrito..Por lo demas de Jesus no sabemos nada.No sabemos cuando nacio,cuando murio,donde vivio...no tenemos ningun dato personal de el.De Jesus no se podria ni escribir una esquela.
11/05/09 10:51 PM
  
Epicteto.
Monseñor Don Fernando María , con todo el respeto del mundo, deseo hacer un breve comentario,

Dice Usted:

" Todo lo que es María lo es por su vinculación maternal a Cristo ". Y no deja de ser muy cierto.

Creo que conviene profundizar un poco, en este misterio.


¿ Pero acaso no lo es en PRIMERISIMO lugar por su aceptación ( todo un Dios, pidiendo permiso a un ser humano ¡¡¡¡ ) y FIAT ante el Dios Padre ?.

¿ No olvida Usted que antes de conocer a su hijo Jesucristo ( carne de su carne ), ella la NUEVA EVA, se entrega en la Anunciación, a la VOLUNTAD de Dios ( El Santo y Sagrado Dios de Israel su pueblo al que estaba dedicada y comprometida para siempre por decisión propia y de sus padres y al servicio del Sagrado Templo para siempre ) y dice " He aquí la ESCLAVA DEL SEÑOR ( su Dios Santo y Bíblico ), hágase en mi según tu palabra ".

Creo que su vinculación muy primaria y ELEMENTAL, es con Dios Padre Todopoderoso creador y Señor de todas las cosas.

Yo muy humildemente pienso, que TODO lo que ES la Santísima siempre Virgen María, lo es muy prioritariamente por su infinito AMOR A DIOS. A Dios Padre.

Después, comprenderá y reconocerá al Dios de Israel en su HIJO.
Y recibirá las " Gracias" inefables del Espíritu Santo ( para poder soportar las pruebas imposibles de sobrellevar sin protesta alguna sin la ayuda Divina ) y al final y antes de su Dormición ( y en vida de San José ), entenderá inteligentemente y a la perfección al Dios UNO y TRINO, Misterio portentoso e inabarcable para el cerebro humano de la Santísima Trinidad. No para Santa María que se fundió plena de Gracia con este Misterio y comprendió la esencia Divina del SER infinito de Dios.

Un respetuoso y atento saludo.
11/05/09 11:29 PM
  
Luis López
Carlo ¿Que Galilea no era judía? Era el territorio de las tribus judías de Neftalí y Zabulón (Is. 8, 23, 9-1) aunque ciertamente había una gran población gentil (de hecho, Séforis era mayoritariamente habitada por paganos). Pero fíjese si era ferozmente judía, que la primera gran revuelta contra Roma la protagonizó un Galileo (Judas, año 6 D.C.).

En cuanto a San José, no estaba al pie de la cruz porque seguramente había muerto cuando Jesús inició su vida pública. Y la primera referencia escrita al linaje de David de Jesús no son los Evangelios sino la Carta a los Romanos (Rm. 1,3) (escrita a unos 27 años de la muerte de Jesús).

En cuanto a la fiabilidad de los Evangelios, basta comparar los manuscritos existentes de los mismos con los manuscritos de Virgilio o Julio César (los primeros manuscritos de estos últimos son medievales; sin embargo, a fines del siglo II ya hay referencia a los cuatro Evanlelios -Ireneo de Lyón, Canon de Muratori). Lo curioso es que todos admitimos la veracidad de Virgilio o César pero muchos discuten la de los Evangelios.
12/05/09 9:36 AM
  
Fernando Sebastián
No hay gran cosa que añadir. Os saludo a todos, agradezco a los que siguen estos comentarios, y pienso que las cosas de Carlo están muy bien respondidas por Luis. Pero cómo se puede decir que no sabemos nada de Jesús? Carlo, piensalo un poco, de ningún otro personaje tenemos testimonios históricos de semejante autoridad y credibilidad. Aparte de la gran tradición que se origina a partir de su existencia. Es que el cristianismo, la predicación de los apóstoles, las conversiones, las comunidades cristianas, los martirios, todo eso es explicalbe sin la existencia histórica de Jesús? Seguramente tendrás tus razones para no querer aceptar esta verdad, pero vale la pena que lo pienses en tu corazón. La aceptación humilde de la verdad es lo que nos debe guiar a todos en la vida. Si la buscas de corazón, la verdad saldrá a tu encuentro. Muchos saludos.
Y a Epicteto, tranquilo. Decimos lo mismo. Todo eso que dices, ¿acaso no fue la consecuencia de haber sido elegida por Dios para ser la madre del Hijo encarnado? El principio de todo siempre está en el amor gratuito de Dios que nos elige a cada uno en relación con Cristo. Claro que cada uno tenemos que responder a la vocación de Dios. Y la Virgen María respondió con su FIAT, pero respondió a la vocación de Dios para ser madre de su Hijo, y respondió con la plenitud de gracia recibida. En fin, basta leer el relato de la Anunciación.
12/05/09 11:08 AM
  
Carlo
Maria en el Pueblo de Dios...pero ¿quien es el Pueblo de Dios?
La Iglesia nunca reconocera un Israel que no reconozca a Jesucristo (PP.San Pio X).Y asi pensaron todos los Papas hasta 1994.Pero hoy...viendo al Papa Benedicto poniendo el "papelito" en el muro de los lamentos...no hace falta ser "muy listo" para darse cuenta de que LA IGLESIA SACA LA BANDERA BLANCA.Soplan vientos de rendicion y de claudicacion en la jerarquia de la Santa Iglesia Romana...eso si a cambio de que ellos se mantengan en el poder a toda costa.La visita a Israel del Papa tiene poca justificacion teologica...ni tan siquiera el Vaticano II reconoce el moderno Estado de Israel.Los primeros cristianos (que no eran sacerdotes) siempre tuvieron claro que ellos eran el verdadero Israel (Justino dialogo con Trifon) lo que luego se llamo el verus Israel.El Papa Montini creia sinceramente en esto.Cosa que sus sucesores "ya no".Si la Iglesia ya no es el Nuevo Israel,Jesus es un mesias falso.El actual dialogo judeo-catolico pone como condicion RENUNCIA A LA SUSTITUCION (viejo-nuevo Israel) como lo demuestra el presente viaje papal.El verus Israel "descartado"...otra claudicacion de la Iglesia (ya van muchas).La Iglesia no es el Pueblo de Dios.La Iglesia es una institucion neopagana y neogentil.
12/05/09 3:57 PM
  
Luis López
Carlo, pasas de un tema a otro como una moto. Deberías centrarte en el espléndido artículo de Mons. Sebastián. No entiendo muy bien a dónde quieres llegar. El reconocimiento del Estado de Israel me parece que es una cuestión política de pura justicia, y el hecho de algún Papa hubiera manifestado su oposición al mismo (en otras circunstancias políticas e históricas)no tiene mayor importancia que la de la anécdota histórica. Por supuesto que el pueblo cristiano es el "nuevo Israel", en cumplimiento de la promesa mesiánica de Is. 66,18 (entre muchas citas que podría darte). Se habla de que Dios congregará a todos los pueblos de todas las lenguas en torno a su gloria (profecía que ha cumplido el cristianismo). No hay ninguna claudicación por aceptar políticamente la existencia del Estado de Israel, ni contradice ese acto la profecía que anunció san Pablo: la salvación de todo Israel en Cristo (Rm. 11,26).

En cuanto a que la Iglesia es una institución neopagana es un insulto propio de fanáticos que espero retires si quieres seguir conversando amigablemente.
12/05/09 6:11 PM
  
Epicteto
Completamente de acuerdo Don Fernando maría.

Y muchas gracias por sus ( como siempre )preciosas, amables y sentidas palabras.

Beso humildemente su mano.
12/05/09 8:27 PM
  
Carlo
Luis Lopez,se nota que usted no ha leido el DIALOGO CON TRIFON...alli se aprecia claramente la traicion total al cristianismo que es seguir a Ratzinger.Lo que defendia la Iglesia primitiva es perpetuo...otra cosa es que es incompatible con los viajes de estos "ejecutivos de la religion"...señor Lopez,usted defiende "intereses personales" usted no tiene credibilidad.
13/05/09 11:42 AM
  
Luis López
Sí, Carlo, sí he leído a Justino, a Clemente Romano, a Ignacio de Antioquía, a Ireneo de Lyón, a la Didaché, al Pastor de Hermas, Clemente de Alejandría, a Cipriano de Cartago, a Tertuliano y a la mayoría de los Padres de la Iglesia Primitiva, y después de leerlos me di cuenta sin la más mínima duda de que la única Iglesia de Cristo subsiste en su integridad y apostolicidad en la Iglesia Católica. Y si Vd. quiere comienzo a darle citas...

Aunque mejor lo dejamos, ya que para Vd. yo carezco de credibilidad, y está claro que así -descalificando al adversario- no se puede llegar a ninguna parte. Hasta nunca.
13/05/09 12:06 PM
  
Carlo
Señor Lopez,usted sabe tanto...pero "hasta nunca" es una forma muy poco cristiana de despedirse.
Una Iglesia que predico el amor pero que no practico el respeto.
13/05/09 7:20 PM
  
Nota del moderador
14 de mayo. No se admitirán comentarios que no se atengan al tema del post. Se han eliminado dos que desviaban el tema. Muchas gracias.

16 de mayo. Del mismo IP con cuatro nicks se eliminaron todos. Y los de "promoción" a otros blogs, de momento, también los quitamos. Pueden expresarse en otros lugares de la blogosfera.
14/05/09 4:31 PM
  
Fernando Sebastián
Aparte de alguna expresión un poco impaciente, las reflexiones que hace Luis son pertienentes, amigo Carlo. Pasas del orden religioso y teológico al político y eso tiene poca lógica. Tratas con muy poco respeto al Papa Benedicto XVI, si no eres católico no tienes por qué entrar a discutir la conducta interna de la Iglesia; y si lo eres tendrías que hablar - y pensar- de otra manera. Te hago solo dos observaciones.
1ª, Los cristianos siempre tenemos una relación profunda con los judíos, con la religión mosaica. Para nosotros el NT, la persona y la obra de Jesús, es el cumplimiento del Antiguo Testamento, de las promesas, tenemos en común muchas cosas, aunque las entendamos de distinta manera. Basta ver cómo habla Pablo de los judíos en la carta a los romanos. Hablar con ellos, deshacer malentendidos, desarrollar unas relaciones de respeto mutuo es justo y razonable, está exigido por la naturaleza de nuestra fe.
2ª, en este mundo occidental que se aleja de Dios, las tres religiones monoteístas tenemos obligación de dar un testimonio común de cómo el reconocimiento y la adoración de Dios es fuente de humanidad y de paz. Si la división entre cristianos es un escándalo y ha sido causa de muchos males, la división y los enfrentamientos entre los monoteístas no ha sido ni menos escandaloso ni menos perjudicial para el bien del mundo entero. Es hora de acabar con esta situación absurda, escandalosa, pervertida.
No es justo, ni es muy juicioso, hablar de esa manera de los esfuerzos del Papa para iniciar este camino que significa para todos una gran purificación en nuestras actitudes religiosas. Esto no tiene nada que ver con esa pretendida abdicación del cristianismo de la que hablas sin ningun fundamento.
17/05/09 10:24 PM
  
Catholicus
Para Vd. Monseñor, Dios le bendiga. Desde tierras abajo.

http://www.youtube.com/watch?v=5wbxq-j3XLI
21/05/09 10:37 AM
  
Genjuanpa
Carlo,

Yo comprendo que a algunos les guste leer a "sabios", de esos que gustan de palabras enrevesadas y adornos intelectualoides para seducir a incautos. Bien, aceptado.

Pero ¿sería posible al menos librarnos de majaderías de este tipo que escribes?:

"La visita a Israel del Papa tiene poca justificacion teologica"

¿¿¿???. Y para viajar a la Pampa...¿También se necesita una justificación teológica?.
A ver si no voy a poder coger el metro más en Chamberí...
21/05/09 10:49 AM

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