3.06.14

Paciencia de Dios e impaciencia de los hombres

Queridos todos:

Espero que estén muy bien. Quería compartir con ustedes un escrito que recibí de uno de nuestros misioneros en Bagdad, Irak. Es un testimonio impresionante, y me parece una excelente reflexión sobre un tema tan difícil de tratar como es el dolor inocente.

Que Dios los bendiga, y que disfruten del escrito del P. Luis Montes, IVE.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

PP. Luis Montes y Jorge Cortés, misioneros del Instituto del Verbo Encarnado en Irak PP. Luis Montes y Jorge Cortés, misioneros del Instituto del Verbo Encarnado en Irak

Leer más... »

20.05.14

El encanto de la vida misionera cotidiana

Ushetu, Tanzania, 20 de mayo de 2014.

Queridos todos:

Espero que estén muy bien. Al fin puedo escribirles desde Ushetu, nuestra querida misión, luego del mes en Musoma, por el estudio del swahili, y de otro mes mas en Dar es Salaam, debido al accidente del P. Johntin. Hoy he podido regresar… y sentirme en casa nuevamente. Aquí mirando por la ventana de mi cuarto, recibiendo el aire fresco de la noche, y escuchando el silencio apacible del campo… que tanto extrañaba. La verdad que la llegada ha sido de lo más agradable, con una gran cantidad de niños y gente que estaba en la parroquia debido a actividades de distintos grupos… salieron a recibir, saludar efusivamente, y con mucha alegría. Se ha notado que extrañaban la presencia de los sacerdotes, y eso hace ver que hay un verdadero clima de familia.

Aprovecho a enviarles esto, son relatos de algunos meses atrás, que se me habían traspapelado, con la intención de publicarlos en algún momento. Creo que por más que haya pasado el tiempo, no dejan de tener interés. Podrían ser sucesos de noviembre o mayo, y en cualquiera de esos meses tendría su encanto la vida misionera cotidiana.

Apostolado con los niños

Algunos recordarán la crónica del Día del Niño en la misión que escribí el año pasado. La verdad que uno se pone a acordar y realmente estuvo muy bueno, muy gratos recuerdos. Aunque mi modo de predicar, y más en aquéllos meses (hace casi ocho meses atrás), sólo se limitaba a estar presente, estar con sotana, sacarles fotos a los chicos y grandes, y jugar un rato a alguna cosa… No podía hablarles, pero se predica con la sotana en medio de ellos. Les cuento una anécdota de aquél día, por poner un ejemplo. En la procesión veía a dos nenas que estaban jugando y se mataban de risa, y hablaban fuerte, y distraían a los demás. Me acerqué como para decirles algo, retarlas… y una de ellas, me agarró la mano y siguió la procesión así… ¡me desarmó! No le pude decir nada… así son los chicos acá. Se ve que lo hacían sin darse cuenta, no tenían ni idea. Pero lo admirable, fue que tuviera esa confianza para darme la mano, ya que acá a los “blancos” los ven como algo raro, y muchos chicos se asustan… pero ahí pude ver lo bueno que es que ellos se acostumbren a vernos en medio de ellos, que les sea natural ver al misionero, ver la sotana. Se acercan, y no nos tienen miedo… nos ven como sus amigos.

De paso, que en la escuela, por ejemplo, toda la educación es con el palo. Les pegan por cualquier cosa, por llegar tarde, por tener la ropa sucia, por ir descalzos, por no llevar una tarea, por no llevar las cosas que les piden los maestros. Es decir, que siempre está la distancia con la autoridad, con los maestros… en cambio los niños mas chicos, a nosotros ya nos ven de otra manera. Es algo muy bueno, y veremos los frutos cuando estos niños vayan creciendo.

Domingo 17 de noviembre

La providencia dispuso un domingo muy especial en la misión. En primer lugar, tuvimos la misa parroquial, a la hora acostumbrada, pero un abuelo de la parroquia, de unos 80 años mas o menos, que vive muy cerca de nosotros, se casó en segundas nupcias. Había quedado viudo hace algunos meses atrás, y verdaderamente no podía continuar viviendo solo, se le hacía muy difícil. El asunto resultó que se casó, para gran ejemplo de los fieles presentes, ya que deseaba hacer el casamiento por iglesia como condición indispensable. El casamiento fue rodeado de alegría, en la ceremonia y en la fiesta. El abuelo Clemente había llegado muy bien preparado con su traje, pero la novia no había tenido medios como para disponerse con ropas mejores. Ella es de una aldea bastante alejada, y no acostumbran a tener vestidos de fiesta. Así que cuando llegó a la iglesia, las hermanas se la llevaron mientras comenzaba la misa, y le pusieron un vestido de novia que han traído precisamente para estas ocasiones. Cuando la novia entró en la iglesia parecía otra … tanto que la gente aplaudía y daba sus clásicos “gelegeles”.

Luego de la misa, el padre Johntin fue a la aldea de Kangeme. En éste último lugar esperaban con una fiesta para cerrar el “Año de la Fe”, y habían preparado nada menos que 84 bautismos. Luego vinieron los festejos, y el padre estuvo recorriendo algunas de las casas como es costumbre. Llegó a la misión ya entrada la noche.

En el caso mío, Filipo (nuestro catequista de Ibelanzuha) me había invitado a ir a una aldea donde pedían la bendición de las semillas. Es una muy buena costumbre que tienen, que antes de sembrar traen las semillas a la iglesia. Y como ya cayeron las primeras lluvias, están listos para comenzar a sembrar, apenas caiga un poco mas de agua. Esta aldea, Mkwangulwa, es aquella de la que les contaba en una crónica, que no tenía capilla, porque se había caído, al quedar medio abandonada la atención por parte del catequista anterior. Así es que Filipo se comprometió a ir todos los domingos, después de la misa acá en el centro parroquial. Y como la vida de un kigango (aldea–capilla) depende mucho del catequista, es admirable ver cómo han crecido estos católicos en tan poco tiempo. Filipo les va trasmitiendo su entusiasmo por las cosas de la fe. La mayoría están preparándose para recibir el bautismo. Incluso el catequista ayudante, que Filipo está preparando para que quede luego a cargo, es un catecúmeno… que debe también casarse y recibir los demás sacramentos.

Se agregaban más motivos para ir, porque la otra oportunidad habíamos bendecido el terreno donde había estado la anterior capilla, que se cayó y quedó reducida a nada. Pero resultó que ese terreno ya lo había adquirido otra persona, y no sé qué dificultades más, que decidieron a los fieles a juntar dinero y comprar otro terreno (acá la tierra no es cara). Lo bueno fue que compraron un terreno bien cerca de donde está el grupo de casas (no me animo a decir “el centro”, no llega a tanto). No hay mal que por bien no venga.

Cuando llegamos a la escuelita donde se celebra la misa por ahora, hasta tener capilla, ya habían algunos fieles esperando. Mientras iban llegando algunos más, comenzamos con pequeñas enseñanzas, ya que están necesitados de escuchar y aprender. Comenzamos con la señal de la cruz, que casi ninguno la sabía. Luego las oraciones del cristiano. Hay que decir que la gran mayoría entiende swahili, pero mucho mas entienden su dialecto sukuma, que es de su “kabila” (tribu). Así que en mi pobre swahili les hablaba, y Filipo traducía al sukuma, pero me causaba gracia… porque veía que Filipo mas bien “entendía” lo que yo quería decir… y él lo expresaba mejor… y en su idioma. Me llenaba de satisfacción verlo a Filipo “traduciendo”.

Luego de la misa, fuimos cantando en procesión hasta el terreno nuevo, para bendecirlo. Ya han llevado algunas piedras para los cimientos, y han hecho los ladrillos, que ahora estaban quemando en la casa de uno de los fieles. Ya se viene la construcción de la capilla. Le he pedido a Filipo que me avise cuando comiencen, porque quiero ir a ver cómo trabajan en comunidad, y si puedo, tratar de dar una mano. Me imagino que debe dar mucha alegría construir una capilla en África… en una pequeña aldea… y ante la mirada sorprendida de los vecinos.

Luego de la bendición, retornábamos a la escuelita, pasando antes por la casa de uno de los fieles, para bendecirla. Pero fuimos todos. Eso es algo muy lindo, porque los fieles católicos en estos lados, forman una verdadera familia. Todos se conocen, saben donde viven los otros, y cada miércoles se juntan a rezar en una casa distinta, y todos van allí. Cuando se convierte un pagano o un musulmán… entra a ser parte de ése “jumuiya” (familia). Cada jumuiya tiene su catequista, su líder, su secretario… los van eligiendo cada tres años, hay todo un reglamento.

“Sungusungu”

Aquí llegamos a un punto que merece ser contado. Cuando pasábamos por el medio de la aldea, cantando cantos a la Virgen, encontramos un nutrido grupo de gente reunida. Primero pensé que había algún velatorio… pero no, me respondieron que era un “sungusungu”. Es decir, un juicio. El sistema de los juicios locales es tan interesante y novedoso para nosotros que necesitaría dedicarle una crónica sólo a ése tema. Resumiendo, podemos decir que antes de ir al juicio del gobierno, y al sistema punitivo oficial, tienen sus tradiciones de juicios locales, que el gobierno respeta. Así, por ejemplo cuando hay un robo (suelen ser sobre todo estos casos los que juzgan), se hace la denuncia, las investigaciones, y se llama a la comunidad al “sungusungu”. Allí hay uno que dirige el juicio, que hace las preguntas y llama a los testigos.

Hay otros que son miembros, no recuerdo la cantidad. Éstos deben acudir obligatoriamente, so pena de recibir castigos en multas (pagar un chivo, por ejemplo), o castigos corporales (palos). Así es que se logra una buena asistencia e interés, como verán. Nunca se suspenden por “falta de quórum”. Luego, pueden participar todos los que deseen. Se llena de curiosos, ya que en estos lados no hay televisión ni nada, todo toma el clima de una trama policial. En fin, que en varios momentos del juicio le pueden pegar al acusado con palos, para que confiese. Cuando recibe la pena puede ser golpeado nuevamente. Y si ha robado cosas de mucho valor, o ya es un reincidente, se puede llegar hasta la pena de muerte, que ejecutan sin dudar, en el momento. De echo así lo hacen cuando están seguros, y de esa manera se adelantan para que no intervenga el gobierno.

Lamentablemente muchas veces es con castigos muy desproporcionados, como la semana pasada, que encontraron a uno robando, y como fue encontrado in fraganti, le prendieron fuego, junto con su motocicleta. Pero les digo que debo contarles con mas detalles cómo funciona esto.

El asunto fue que teniendo en cuenta la seriedad de todo esto, y como están tan prontos a “ejecutar”… cometí la inocente falta de sacar dos fotos cuando pasábamos. Algunos de ellos se ponían a posar… pero otros se molestaron y comenzaron a gritarme. Yo guardé la máquina e hice un gesto de disculpas… pero no sé si será distinto a lo que se acostumbra aquí, porque no dejaron de elevar la voz. En eso Filipo me dice que sigamos…

y como se escuchaba un silbato detrás de nosotros, le dije que comenzáramos un canto. Inmediatamente todos comenzaron a cantar con fuerza, mientras nos alejábamos… Pienso que nosotros también éramos muchos (mas de cincuenta), y que nuestros fieles me hubieran defendido… bueno, eso creo. Claro, no voy a dejar de mandarles esas dos fotos que me costaron tanto, mírenlas con atención, porque no volveré a sacar otras.

Luego del almuerzo que nos brindó el líder a los catequistas y a mí, regresamos en la moto con Filipo, pasando por el lugar para ver cómo iban los ladrillos para la capilla. Llegamos a una casa, que en realidad era un grupo de casas… habían cerca de ocho en el mismo terreno, como un pequeño barrio. Me dice Filipo que es una familia propiamente sukuma, que les gusta vivir a toda la familia junta. Yo pregunté si era un hombre casado con una sola mujer, ya que en esta zona, debido al paganismo, se suele dar mucho el que tengan mas de una mujer, y viven todos en el mismo terreno, pero con casas separadas. Me dijo que en este caso era un hombre con una sola esposa, pero que todos los hijos estaban casados y vivían en el mismo lugar. Muy lindo ver esto de la familia viviendo junta. Estaban en ese momento la abuela, junto con las hijas y nueras, comiendo como es costumbre, sentados en el suelo, con las ollas en el medio, de la que se van sirviendo con la mano.

Oratorio

Luego de ver los ladrillos, y de tomarnos unas fotos, hicimos el breve recorrido de regreso, pasando por senderos en medio del “porini” (monte-bosquecito). Muy hermoso, sobre todo ahora que se empieza a poner todo verde.

Por la tarde me esperaba el oratorio. Ya les he contado de esto un poco. Pero para no alargarme mas, dejo para otra ocasión el hacer un relato exclusivo sobre el oratorio y el buen clima que allí se vive.

Me gustaría despedirme dejándoles unas hermosas palabras del Beato Allamano, fundador de los misioneros de la Consolata, que han sido grandes misioneros en África:

“Amar al prójimo más que a nosotros mismos ha de ser el programa de la vida de un misionero. Si no se llega a amar las almas de aquellos paganos más que la propia vida, tendréis el nombre, pero no la realidad, la sustancia del hombre apostólico. También en el confesonario acortamos la vida, pero ¿qué importa?… Nosotros debemos tener como voto el servicio a las misiones incluso a costa de la vida; debemos estar contentos de morir en la brecha. Cuando hagáis los votos y cuando los renovéis, acordaos que entra también esto.” «Habría que dejar de ser sacerdote para no sentir celo por las almas».

¡Firmes en la brecha!… y ¡Contentos de morir en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

Pueden ver más fotos en FACEBOOK/misionerotanzania

12.05.14

La Virgen de Luján y sus hijos de África

A muchos les ha sorprendido ver a la Virgen de Luján rodeada de niños africanos… ya que es un contexto tan distinto, y nosotros siempre la vemos tan “argentina”. Pero les cuento cómo es que esa imagen de la Pura y Limpia Concepción de Luján llegó a la sabana africana, a nuestra lejana misión de Ushetu, en Tanzania.

Nuestro Instituto tiene una especial devoción a la Virgen de Luján, y tanto es así, que ha sido nombrada como patrona de toda nuestra familia religiosa del Verbo Encarnado. Eso ha significado que cada misionero que parte para un nuevo destino, quiera llevar una imagen de la Virgen de Luján, que lo acompañe en sus nuevas andadas, que bendiga su misión y sus pasos apostólicos. Pienso que en el caso de los que somos argentinos, es además una manera de no extrañar tanto nuestra querida patria al irnos a lugares tan lejanos.

Leer más... »

30.04.14

Casi podemos decir que el P. Johntin es un resucitado… un accidente en la misión

Queridos familiares y amigos todos:

¡Felices Pascuas! Perdón por mi retraso en mandarles este saludo, pero los he tenido muy presentes a todos para la gran solemnidad de la Resurrección del Señor. Han habido muchas circunstancias que me han impedido ponerme a escribir tranquilo, como hubiera deseado.

Luego de la anterior crónica que les mandé desde Musoma, hablando del curso de swahili y otras cosas, sé que había quedado en escribir algo mas específico sobre el estudio de esta lengua tan extraña y diferente a la nuestra. Pero eso quedará para otra ocasión, y me van a dar la razón de que no viene al caso escribirles ahora sobre eso.

Siempre hay que estar dispuestos a que Dios cambie nuestros planes, porque siempre los suyos son mejores. Y hay que estar dispuestos a que los destroce, si hace falta, porque muchas veces nosotros no vemos los grandes bienes que en su Divina Providencia determina darnos, muchas veces ocultos en medio de cruces y dificultades.

Yo me encontraba en mi cuarta semana del curso de swahili, casi terminando. El domingo anterior les había escrito a ustedes contándoles detalles de mi vida de estudiante. Y el miércoles 9, veo en mi teléfono, después de la cena, una cantidad de llamadas perdidas, sobre todo de las hermanas. Les llamo, y me dan una muy mala noticia, de que el P. Johntin, mi compañero de misión había sufrido un accidente grande, y que lo estaban trasladando en la camioneta de ellas a la ciudad de Kahama.

¿Qué fue lo que pasó? El P. Johntin estaba visitando la aldea de Kangeme, a la que había ido a celebrar la misa, como es costumbre. Al regreso, manejando la moto, en una curva cerrada del camino se encuentra con un colectivo de frente, que venía muy rápido y no le da tiempo a nada. Lo atropella, y el padre, con moto y todo pasa por entre medio de las dos ruedas delanteras. El colectivero logra detener el bus, y milagrosamente el padre estaba vivo, pero con el saldo de una pierna quebrada. De todos modos es milagroso, ya que no tenía otras lesiones, ni en la cabeza, ya que llevaba casco, ni en otras partes del cuerpo.

El lugar del accidente está a una hora de viaje de la parroquia. Yo me encontraba en Musoma, en el curso de swahili, a 12 hs de viaje de la misión. Así que el padre comenzó a pedir ayuda de las hermanas, que acudieron inmediatamente y se hicieron cargo de la situación. Lo asistieron una hermana que es médico y otra que es enfermera, además de la superiora que acompañó todo el tiempo.

Lo llevaron a Ushetu y en el dispensario hicieron los primeros auxilios, sin embargo por ser una fractura expuesta de tibia, se veía la necesidad de trasladarlo a otro lado, ya que iba a necesitar una operación. Lo suben de nuevo al vehículo y deben recorrer con mucho cuidado las dos horas de viaje de camino de tierra hacia la ciudad de Kahama… ya que cada pozo era renovar los dolores. Al llegar al hospital ya estaba esperando un sacerdote de la diócesis, pero de todos modos se encontraron con lo precario de la medicina del lugar. Se veía que ciertamente necesitaría una operación que no se la podían hacer en ése hospital.

A todo esto yo ya estaba viajando el jueves a la mañana para ir a Kahama. Pero al llegar a Mwanza me dicen que espere allí, ya que las hermanas lo trasladaban en la camioneta de ellas a esa ciudad. No había ambulancia, porque la única del hospital estaba ocupada con otro traslado. Las hermanas hicieron de su vehículo una ambulancia, para un viaje de seis horas.

En todas las idas y venidas, se veía que lo mejor era trasladarlo a la capital de Tanzania, para lograr una mejor atención, en algún hospital privado. Pero, ¿cómo trasladarlo? No había que demorarse, con el riesgo de que perdiera la pierna. Ya era de noche y había pasado un día del accidente.

Al otro día tomaríamos un avión, pero un vuelo comercial, no una ambulancia aérea. Eso significaba que no sabíamos si lo dejarían subir. Gracias a Dios, y a un empleado católico de la línea aérea, nos permiten viajar. Lo suben al avión entre grandes dolores del P. Johntin, que tenía una fractura expuesta apenas atendida. Lo mismo puedo decir del arribo a Dar es Salaam.

Los empleados de la aerolínea hicieron el trabajo… con gran preocupación. Ya de viaje hacia el hospital, el taxi pincha una rueda… no lo podíamos creer. Hubo que cambiar de taxi (otra vez bajar y subir al padre… cosa que era terrible). En ése taxi llegamos a un hospital privado, pero el médico traumatólogo no estaba y regresaba en tres días. Fue un bajón enorme. Hubo que llamar a otro taxi y volver a subir al padre.

En fin, gracias a Dios, éste fue el último taxi que tomamos. Llegamos a un Hospital catalogado como el mejor de Tanzania. Creo que de todos modos la providencia permitió que en el otro no estuviera el médico. Aquí llegó, lo ingresaron, vieron la gravedad, y ya se dispuso la operación para el día sábado a la mañana (el accidente había sido el miércoles por la tarde).

En fin que la operación ha sido muy exitosa, y el padre ya está en plena recuperación. Le colocaron los hierros fijadores, con los cuales deberá estar seis meses.

Y por eso les cuento que no les había escrito, hasta no tener el “final feliz” y por lo tanto no dejarlos preocupados. A los dos días le dieron de alta, y estamos alojados en una casa de unas religiosas en un lugar muy cercano al hospital, y a 20 minutos caminando del centro de Dar es Salaam.

Y qué pensar de todo esto… que el ángel de la guarda del P. Johntin será elegido “El ángel de la guarda de año”, y hasta merece un ascenso. El P. Johntin está súper agradecido, primero con Dios, por supuesto, pero mil veces nos ha dicho del agradecimiento a la Congregación, a nuestros superiores (que siempre estuvieron muy cerca, preocupados, y procurando todo lo necesario) y a las Hermanas de una manera muy especial. Es increíble el buen ánimo del padre, siempre alegre, aún en medio de los dolores mas grandes, y en los momentos más difíciles. No ha perdido nunca su característica sonrisa. Un ejemplo realmente.

Pensar que mucha gente le ha llamado al padre desde Ushetu y le preguntaba “si le habían cortado el pie” (algo que es muy frecuente por estos lados, dado que la medicina es tan precaria). No pueden creer que esté vivo, y entero.

Me decía el padre que en el lugar del accidente habían unos paganos que no caían de su asombro al ver que el padre salía vivo de abajo del colectivo… y le decían que si se salvaba, ellos se hacían católicos… que Dios estaba con el padre. Y así ha sido. Ahora esperemos que cumplan su palabra.

Y en mis planes estaba ir a Ushetu para el Triduo Pascual, y luego regresar a terminar el curso, Dios dispuso algo impensado para nosotros. Quiso que estemos en Dar es Salaam. Y en nuestra parroquia han asistido otros sacerdotes, que el obispo buscó para cubrir la necesidad de la gente. El mismo obispo celebró la misa del Jueves Santo, y lavó los pies a nuestros feligreses. También ayer, lunes de la octava, Monseñor Minde fue a celebrar en un Kigango, en Nyanmilangano. En la Vigilia Pascual recibieron el bautismo 27 personas e hicieron su primera comunión 23 de ellos. ¡Qué mas pedir! Los sacrificios del P. Johntin han dado abundantes frutos. Y el no poder estar allí ha sido algo para ofrecerle a Dios por todos ellos.

Nuestra celebración del día del sacerdocio, el Jueves Santo, ha sido del todo especial. Concelebramos en la habitación del padre Johntin, con la participación de una de las hermanas Servidoras que es médica y nos está acompañando. Creo que hemos tenido una oportunidad especial de celebrar de una manera impensada este día: el P. Johntin participando visiblemente de los sufrimientos de Cristo, uniéndose a la pasión en sus dolores; y la gracia de poder vivir entre nosotros la enseñanza tan recomendada de Cristo en la Ultima Cena, de “lavarse los pies unos a otros”. Celebramos el domingo la misa de Pascua en su habitación también, y sin cantos, incienso, solemnidades, cirio, de todos modos hemos vivido interiormente la alegría del Resucitado.

Casi podemos decir que el P. Johntin es un resucitado… y hemos llamado a nuestra comunidad provisional aquí en Dar es Salaam: “Comunidad San Lázaro”.

También, no podemos dejar de agradecer inmensamente a las hermanas. Las Servidoras, en la personas de la superiora, la Madre Aylesford, como en todas las hermanas de la comunidad, especialmente la Hna Inmaculada, la doctora que nos sigue acompañando, y haciendo las curaciones cada día, y sirviéndonos en todo, como una verdadera “Servidora”. Todo lo han puesto a disposición las hermanas, rescataron al padre, lo salvaron, y nos han ayudado con todo lo que han podido. Puedo decir que he experimentado el gran valor de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado.

Se vienen meses difíciles para nuestra misión, en el sentido de la recuperación del padre Johntin, que tendrá por lo menos seis meses con las guías de hierro en su pierna. Y para mí significa perder el compañero de misión por éste tiempo, alguien que sobre todo es un gran amigo y compañero, pero además es el párroco, es quien habla swahili con soltura, y conoce la parroquia en todos sus rincones (47 aldeas). A la vez que en mi tan ansiado curso de swahili, que dura cuatro meses, yo estaba realizando sólo dos, y de esos dos meses, pude cumplir un mes, y salir de urgencia… dejando no sólo el curso, sino sobre todo la posibilidad de poder comunicarme mejor en esta lengua. Dios me sigue pidiendo éste sacrificio. Y les puedo decir que casi desde que he llegado a la misión, hace ya casi un año y medio Dios ha querido que así sea.

Pero por otro lado pienso en que ha sido providencial haber vivido todo esto en Semana Santa, en que miramos los sufrimientos de Cristo, y los dolores de su Santísima Madre. No tienen comparación nuestros sufrimientos. Ante la Cruz encontramos la explicación a todo. Y como dice la Carta a los Hebreos: “Todavía no habéis resistido hasta la sangre” (12,4). Es decir, nos falta tanto para llegar a lo que ha sufrido Cristo por las almas. San Daniel Comboni, el gran apóstol de África, y que tuvo tantas dificultades para iniciar su gran obra en estas tierras, en una de sus últimas cartas escribió: “Estoy esperando otras caricias de las amorosas manos de Jesús, que ha empleado más talento y esfuerzo en fabricar la cruz que en hacer el cielo”.

Nos seguimos encomendando a sus valiosísimas oraciones. Muchas veces pienso en la cantidad de personas que rezan por nosotros, en las capellanas que tenemos en los monasterios contemplativos, en la cantidad de amigos que rezan por nosotros. Muchos deben pensar a veces, si sus oraciones tienen frutos… y yo los aliento, y les digo que sí, que ustedes no ven los frutos… pero nosotros ¡si los vemos!, ¡y son palpables! Sino, no hay modo de explicar lo que hemos vivido en estos días.

Dios nos colma de su misericordia. Y por eso mismo estamos muy contentos de poder celebrar juntos esta Pascua. La alegría y el agradecimiento a Dios es muy grande.

Les mando un gran abrazo… y demos gracias a Dios.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

Más fotos en Facebook/misionerotanzania

7.04.14

“La lengua es la primera y la última cruz del misionero”

Musoma, Tanzania, 6 de abril de 2014.

“Lo que aísla y reduce la personalidad del misionero es, sobre todo, la lengua. Un misionero muy misionero me repetía en China: La lengua es la primera y la última cruz del misionero. La primera porque es la que primero le sale al paso, y la última porque nunca le abandona del todo.”

Estas palabras no son mías, sino del P. Carrascal, el cual, como misionero en China por 15 años, preso por más de un año bajo el régimen comunista, tiene toda la autoridad para decirlas. El aprendizaje de la legua es un hito muy importante en la vida de un misionero.

“El problema de la lengua es capital y diríamos que es el problema misional número uno. Dominada ésta, el misionero se siente en su elemento y como entre los suyos y dispone del instrumento más apto y normal para su apostolado.”

Y por eso puedo decir que actualmente estoy enfrentado al “problema número uno” del misionero en Tanzania: el estudio del swahili. Por eso mis superiores me han concedido la gracia de poder venir a estudiar en la escuela de lenguas de Makoko, una pequeña villa perteneciente a Musoma. Y de esto quería contarles…

“Makoko language school”

Musoma está lejos de nuestra misión, casi 12 horas de viaje en bus. He llegado aquí hace tres semanas. Este lugar es hermoso, junto al lago Victoria. En total estaré dos meses en este lugar. Vivo en una casa de retiros que tienen los Capuchinos.

Aquí viven un sacerdote y tres hermanos, muy buenos. También están hospedados un padre norteamericano, P. George, de 70 años, que es “compañerito” mío en la escuela de swahili. Y también hay una hermana peruana, que asiste a las clases. Con el P. George, estamos haciendo lo que se llama el “refresh course”, es decir, para refrescar los conocimientos. Él estuvo hace un tiempo en la escuela (como 30 años atrás), he hizo el curso completo (de cuatro meses), y luego trabajó apostólicamente en Kenya, lo que hace que tenga un buen manejo del swahili. Yo nunca hice el curso, sino que he estudiado por mi cuenta. Pero vamos rápido (eso es bueno), y en un par de semanas nos agregarán a algunas de las otras dos aulas donde están los otros estudiantes.

En la escuela de swahili viven los otros estudiantes, cinco en total. De ellos les puedo contar que son de diversas congregaciones, religiosos y laicos. Son el P. Adam, de Polonia; un matrimonio (Michael y Ashley), y una laica, Kristle, todos ellos de Maryknoll, y son de EEUU. Una laica consagrada, que se llama Mara, de Holanda.

La escuela queda a siete minutos caminando desde la casa de retiros. Tenemos cinco horas de clases por la mañana, de lunes a viernes. A la tarde tenemos conversación con uno de los profesores (uno a uno, es muy bueno eso), y luego a escuchar ejercicios grabados en la biblioteca. Luego los sacerdotes, tenemos una hora de clase por la tarde, para ayudarnos con el swahili de los sacramentos. Los miércoles por la tarde hay curso de “inculturación”, es decir, los profesores hablan de las costumbres de algunas tribus de esta zona. Ya hemos tenido dos cursos, uno sobre el matrimonio y lo que hacen para esas oportunidades las tribus Waluo y Wakwaya; otro curso sobre los entierros de los Sukuma y Wakuria. Los profesores son los laicos, que hablan claro y no mezclan las cosas. Son católicos practicantes todos ellos. Es realmente interesante y beneficioso conocer estas cosas, y poder comprender un poco mas sus costumbres.

Por la tarde, luego de las clases, me queda tiempo para regresar, y descansar un poco. La casa de retiros está junto al lago… y hay unos quinchos con mesas de cemento en la orilla… así que es muy lindo poder despejarse y tomarse unos mates a la vuelta de la escuela. La temperatura es hermosa para bañarse en el lago, porque a la tarde siempre está entre los 32º a 35º. Pero no se puede bañar en éste lago porque hay una bacteria que produce una enfermedad llamada bilharzia… que no sé bien de qué se trata, sino que afecta a los intestinos, y me basta con saber que no me puedo meter, y el agua “se mira y no se toca”. Un modo de hacer un poquito de penitencia, porque estar junto al lago es muy lindo… y refresca el alma también, aunque no se pueda bañar. Por la mañana temprano, y por la tarde al caer el sol, además de los hermosos amaneceres y atardeceres, la brisa que viene del lago es muy fresca y agradable. Aprovecho a hacer meditación de 18:00 a 19:00 hs en la capilla, y luego el rosario caminando. La cena a las 20:00, y después he puesto en mi horario algo de estudio, mails y lectura… y a dormir. Porque la levantada es a las 5:15 hs, para estudiar un poco antes de la misa.

Fiesta del Verbo Encarnado

La comunidad del IVE de Tanzania ha celebrado la solemnidad del Verbo Encarnado de una manera muy especial este año. El P. Johntin en Ushetu, junto a las hermanas y algunos feligreses; y yo en la casa de retiros donde estoy parando, junto a tres hermanos capuchinos, y los estudiantes que viven aquí, el P. George y una religiosa.

En la misa, que me tocó presidir, les pedí que rezaran por nuestro joven Instituto, por nuestros misioneros, especialmente los de mi provincia “Nuestra Señora del Destierro”. Y les pedí que especialmente se unieran a mis oraciones por los misioneros en los lugares difíciles, que nos había pedido nuestro superior general que tuviéramos muy presentes, por los de Egipto, Irak, Gaza y Siria. Luego de la misa el padre americano elogió los lugares en que estamos… estaba admirado. Lo mismo que uno de los hermanos, un anciano de unos 80 años, suizo, y que tiene más de 50 años en Tanzania, me dijo en el desayuno… “es admirable que en tan poco años estén en tantos lugares y lugares tan importantes”. Me llenó de orgullo de ser parte de esta familia religiosa, y ser compañero de misión de tantos misioneros en lugares tan difíciles.

Los tuve a todos los misioneros especialmente presentes en la celebración de la Santa Misa, pero, al estar solo por estos lados en una fiesta como ésta, puedo decir que me he acordado en cada momento del día. Me acordaba de lo que había escrito el año pasado, cuando contaba de mis experiencias cuando estando en San Rafael, no podía estar presente en la profesión de votos de muchos que habían sido seminaristas menores… y que me había querido dar un poco de tristeza. Pero ahora me causaba gracia, ya que aquello no se comparaba en absoluto con esto que vivo ahora… y veo claramente como Dios hace las cosas con tanta pedagogía, preparándonos para cada prueba que debamos pasar.

Leí en ése día aquellas palabras del P. Carrascal, y no he podido dejar de llenarme de alegría, al leerlas justamente aquí, en Tanzania, celebrando sólo, en medio de desconocidos, y casi sin poder comunicarme con ellos: “El misterio de la Encarnación es el gran misterio misionero. Descendit de coelis. Salir de sí, abajarse hasta aquello que queremos elevar, no despreciarlo, no dedignarnos de vivir entre ellos y como ellos. Esta es la gran lección de la Encarnación. Esto es más hermoso, más glorioso, más divino. ¿Qué misionero se atreve a comparar su distancia al pueblo gentil con la distancia de Dios a este mundo vil? ¡Qué ejemplo tan sublime el del Verbo humanado!”

Apostolado cotidiano y simple

Es verdad que se puede hacer el bien en todo momento, y en cada lugar. Siempre somos religiosos y misioneros. Me está pasando ahora, que voy de sotana (nuestro hábito religioso) a la escuela de swahili, y le ha llamado un poco la atención a varios. Al principio fue motivo de admiración, pero vieron que el trato era lo mas normal, los saludos, las conversaciones en el recreo, en la mesa en el recreo del café… pasamos ya a ser parte de lo cotidiano. Lo bueno es que me dicen “padre”, muchos de ellos, cosa que me pone muy contento. Me han comenzado a preguntar por la Congregación y esas cosas. Y los profesores, uno más contento que otro por verme de sotana. Los más practicantes, más felices. En las horas de clase, para tratar de practicar el swahili, hablamos de cosas de la iglesia, de la misión, de los santos, de las vocaciones, el trabajo con los niños y jóvenes… los otros días le explicaba a un profesor qué es el “oratorio”. El tipo estaba feliz. Y me decía: “capaz que si los chicos de otras parroquias ven lo que hacen ustedes, le piden a sus párrocos que hagan lo mismo”.

Por todo esto, creo que siempre se hace apostolado. Y con muy pocas cosas… y hablando muy pocas palabras. En fin, que la obra va por dentro, y no somos nosotros los que trabajamos por dentro de las almas, sino Dios.

Visita a la misión de los mexicanos

Aprovechando un fin de semana me fui a visitar la parroquia que está a cargo de unos padres y hermanas mexicanos, tres padres y cinco religiosas. Es la parroquia de Mwananagi, a dos horas de Musoma, y pertenece a la diócesis de Shinyanga.

La verdad que la pasé muy bien, pude conocer, estar en otro lado, distraerme un poco del estudio… y conversar. He conversado muchísimo, capaz que de más. Tal vez por la “abstinencia” que llevaba de tres semanas sin hablar en español con nadie. Ellos son de una congregación fundada en Méjico, fundados un día después que nosotros. Se llaman “Misioneros Servidores de la Palabra”, y el fundador es el P. Luis Butera. Cumplieron 30 años de vida el miércoles 26 de marzo. Son muy alegres y entusiastas. La verdad que la he pasado muy bien, como les decía, y coincidíamos en muchas cosas con ellos, por eso ha sido un ambiente muy familiar. La sobremesa del almuerzo del sábado, se extendió por más de dos horas… y quedaban muchos temas para seguir conversando. No nos parecía estar en África… en medio de una larga charla en español y comiendo las tradicionales tortillas mejicanas.

El lugar donde están es hermoso… una parroquia linda, con mucho campo, en una colina, desde donde se ve el Lago Victoria y unos atardeceres espectaculares en el lago. Hay una vista preciosa para todos lados donde se mire, por estar sobre la colina que domina el lago, los sembrados, etc. Hablé con el superior para ver la posibilidad de llevar a nuestros monaguillos a hacer salidas y campamentitos allí, y me dijo que ningún problema… hay cancha de fútbol, de básquet… el lago cerca, el Parque Nacional Serengueti a veinte minutos en auto… en fin algo muy providencial. Eso sí, de nuestra misión no es cerca, pero alguna vez en el año se podrá, porque son casi 9 hs. de viaje.

Despidiéndonos

En fin, cosas de estos lados… no es que sean tan interesantes, pero bueno, puede servirles el saber que a pesar de todo, vamos avanzando con el idioma… “polepole” (porque estamos en África)… y Dios bendice nuestros esfuerzos.

El idioma será siempre un “clavo del misionero”, clavo dulce que lo une a la cruz de Cristo. Y todos los religiosos con que uno se encuentra, que tienen que aprender la lengua, o han tenido que hacerlo, reconocen lo mismo, que es un gran sacrificio, pero que finalmente Dios hace la obra en las almas usándonos como medios… a pesar de ser tan limitados.

Les regalo éstas reflexiones del P. Juan Carrascal, haciendo referencia al “lenguaje del misionero”: “El lenguaje de las almas es el amor. Lenguaje universal, católico y misionero por excelencia. Se entiende en todas las latitudes; lo hablan todas las razas. Es vehículo y puente obligado para pasar de unas a otras. En el amor dialogan los corazones, y se entienden a maravilla. El diálogo lo ha de entablar el misionero, amándolos; a ellos, los misionandos. Y todo el arte de misionar está en provocar en ellos la misma respuesta de amor; que le amen, a él, al misionero. Puestos en este terreno común, el más venturoso y feliz, las demás distancias se acortan, y terminan por desaparecer. No importa ni el vestido, ni el color, ni la lengua, ni la mentalidad.

De ahí a la caridad, que es lo más sublime del cristianismo no hay más que un paso. Si responden, hemos entrado en contacto. De amor entiende todo el mundo. Y en el arte de misionar, el secreto para provocar ese amor es el sacrificio. Ahí está el fuerte del misionero, en el sacrificio por amor a las almas. Como ahí está también el fuerte de Cristo, que desde lo alto de la Cruz atrae a sí todas las cosas”.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego.

MAS FOTOS EN FACEBOOK/MISIONEROTANZANIA