¿Es demasiado severo el Dios del Antiguo Testamento?

Hace un par de días mi familia vió una representación teatral de un libro infantil, “The Runaway Bunny” (“El conejito andarín”), por Margaret Wise Brown, sobre un conejito que quiere irse de casa y alejarse de su madre y para hacerlo dice que se convertirá en diferentes cosas. Su madre le asegura que si se convierte en trucha ella será una pescadora que le pescará, por ejemplo, o si se convierte en un barco, ella será el viento que sople para hacerle regresar a ella. Al final reconoce el conejito: “- ¡Vaya! – dijo el conejito -, mejor me quedo donde estoy y sigo siendo tu conejito. Y así lo hizo. - ¿Quieres una zanahoria? – le preguntó su mamá.”

Este diálogo (que consiste sólo en citas del Antiguo Testamento) muestra una relación parecida entre el Dios del Antiguo Testamento y sus hijos:


Personajes: Dios Padre (P), Hijos (H), un amigo (A)

P: “¿Qué te he hecho yo, pueblo mío? ¿En qué te he molestado? ¡Respóndeme! Porque yo fui quien te hizo subir de la tierra de Egipto, te redimí de la casa de la servidumbre…” (1) “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis preceptos, no los habéis guardado. Volveos vosotros a mí y yo me volveré a vosotros, dice el Señor de los ejércitos. Pero vosotros decís: ¿En qué hemos de volvernos?”(2)

El orgullo de tu corazón te ha engañado. Quien habita en las cavernas de las rocas y cuya morada son las alturas, se dice a sí mismo: ‘¿Quién me hará bajar a tierra?’ Pues aunque te subas tanto como el águila y pongas en las estrellas tu nido, yo te derribaré.” (3)

A: “Buscad al Señor los humildes de la tierra, que
practicáis su ley; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; quizá quedaréis al abrigo de la ira del Señor.” (4)

P: “Esperabais mucho, y habéis hallado poco; almacenabais, y yo he soplado en ello. ¿Por qué?[…] Por estar mi casa en ruinas, mientras que todos os apresurabais a haceros la vuestra.” (5)

A: “Buscad el bien y no el mal, para que viváis, y así el Señor, Dios de los ejércitos, será con vosotros, como afirmáis.” (6)

P: “En su angustia me buscarán (diciendo): Venid y volvamos al Senõr; Él nos curará; Él hirió, Él nos vendará…’ (7)
P:‘Vuestra piedad es como lluvia mañanera, como rocío matinal, pasajero. Por eso yo los he tajado por medio de los profetas […] Pues prefiero la misericordia al sacrificio, y el conocimiento de Dios al holocausto.” (8)

A:“Alégrate sobremanera, hija de Sión. Grita exultante, hija de Jerusalén. He aquí que viene a ti tu Rey, justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino hijo de asna.” (9) “Es bueno el Señor como protección en el día de la angustia, y conoce a los que a Él se acogen.“ (10)

H:“Por eso, precavidamente, quise huir a Tarsis, pues sabía que eres Dios clemente y misericordioso, tardo a la ira, de gran piedad, y que te arrepientes de hacer el mal. Ahora, pues, Señor, quítame la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.[…]
[P] ‘Te parece que haces bien con enojarte así?” (11)
H: “Sí, me parece bien enojarme hasta la muerte.
P: ‘Tú tienes lástima del ricino[…], ¿y no voy a tener yo piedad de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil hombres que no distinguen su mano derecha de la izquierda, y, además, numerosos animales?” (12)

P: “Yo te reuniré, Jacob, todo entero; yo reuniré los restos de Israel, yo los congregaré como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del pastizal, y, llenos de espanto, huirán ante el desastre. Irá delante de ellos el que rompe la marcha; irrumpirán y traspasarán la puerte y saldrán por ella, y delante de ellos marchará su rey, y a su cabeza el Señor.” (13)
Amigo: “No temas, Sión. No desmayen tus manos, que está en medio de ti el Señor como poderoso salvador; se goza en ti con alegría, te renovará en su amor, exultará sobre ti con júbilo como en los días de fiesta” (14)

H: “yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El señor es mi fortaleza, que me da pies como de ciervo y me hace correr por las alturas.” (15)
P: “He aquí que en aquel tiempo arruinaré a todos tus opresores, y salvaré a la coja, y recogeré a la descarriada, y las haré objeto de alabanzas, y su confusión la haré gloria de la tierra toda. En aquel tiempo os traeré, y entonces os congregaré y os haré objeto de gloria y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo haga volver ante vuestros ojos a vuestros cautivos, dice el Señor” (16)

Entonces [tras el arrepentimiento del pueblo] el Señor, encendido en celo por su tierra, perdonó a su pueblo, y respondió a su pueblo, diciendo: “Os mando el trigo, el mosto y el aceite, y os saciaréis de ello, y no os expondré ya más al oprobio de las gentes.” (17)


[Citas del diálogo]
El diálogo incluye sólo citas de los doce profetas menores del Antiguo Testamento : Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. Las calamidades que anuncian siempre van mano a mano con la misericordia del Señor que espera con amor a que su pueblo se arrepienta del mal y busque el bien.
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El Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios Padre de Jesucristo, que se compadeció del leproso que le suplicó en el Evangelio del 6o. domingo de tiempo ordinario “Si quieres, puedes limpiarme.” (Mc. 1, 40) Quiere también limpiar nuestras almas porque: “No es voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno solo de estos pequeños” (Mt. 18, 14). Es el mismo Señor que suspiró: “¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y lapidas a los que te son enviados, cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas y no quisiste.”(Mt. 23, 37) Y también el mismo Padre de la parábola del hijo pródigo.

Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Le parece demasiado severo el Dios del Antiguo Testamento? ¿Qué otros ejemplos del Antiguo Testamento muestran el amor y la misericordia de Dios por sus hijos?

Mañana: Pidiéndole al Señor - “puedes limpiarme” (Mc. 1, 40)

20 comentarios

  
María Lourdes
Comentario que el lector Ignacio mandó a "sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com":
La mejor definición del Dios del AT, Jahveh o Jahou (como dicen los judíos actuales), está resumida en las dos palabras hebraicas Heced we Hemeth que son traducidas de diversas maneras: "Misericordia y Fidelidad", o "Amor y Verdad".

En Ex. 34, 6 Moisés, el gran profeta que tuvo contacto único con Dios, declara que es compasivo, clemente, longánimo y grande en Misericordia [heded] y Fidelidad [emeth] que los setenta traducen como poliéleos [muy misericordioso] y alethinós [veraz, que es confiable] y que el latín dice ser multae miserationis ac verus [de mucha compasión y veraz]. Esa definición fue la que el papa JP II usó para su primera encíclica: "Dives in misericordia", explicando las dos palabras de modo espectacular.

El cuarto evangelio también usa las mismas palabras, lógicamente en griego, para definir la vida del Verbo entre nosotros: "lleno de Amor y Verdad" (Jn 1, 14). Por eso podrá decir Jesus que quien vió al Hijo ha visto al Padre.
19/02/09 12:00 PM
  
María Lourdes
Ignacio, muchas gracias por la información, que muestra la continuidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo.

Moisés dijo lo que cita tras adorar el pueblo a un becerro de oro y cuando el Señor le mandó traerle dos tablas más para inscribir los mandamientos de nuevo. La cita continúa: "que mantiene su gracia mil generaciones y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no los deja impunes, y castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación" (Ex. 34, 7).

Moisés se da cuenta de que si Dios castiga con justicia hasta la tercera y cuarta generación, su misericordia dura mil generaciones. El Señor le castigará más adelante prohibiéndole entrar en la Tierra Prometida, pero aun así, compadecido, le dejó verla desde una montaña.

Me parece que cualquier padre que ha castigado a un hijo puede comprender que Dios Padre castiga a los que ama porque es necesario pero que también busca mil formas para consolar al hijo una vez que se corrige. Creo que sería un hijo desagradecido el que sólo se fija en el castigo y guarda rencor sin abrir sus ojos al amor del Padre, sin llegar a conocerle bien.
19/02/09 12:29 PM
  
Mat
Ex 21, 2-11,20-25: "Si compras un esclavo hebreo, servirá seis años, y el séptimo saldrá libre, sin pagar nada. Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, su mujer saldrá con él. Si su amo le dio mujer, y ella le dio a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán del amo, y él saldrá solo. Si el esclavo declara: «Yo quiero a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no deseo salir libre», su amo lo llevará ante Dios y, arrimándolo a la puerta o a la jamba, le horadará la oreja con una lezna; y será su esclavo para siempre. Si un hombre vende a su hija por esclava, ésta no saldrá como salen los esclavos. Si no agrada a su señor, al que había sido destinada, éste permitirá su rescate. No podrá venderla a extranjeros, tratándola con engaño. Si la destina para su hijo, la tratará como a sus hijas. Si toma para sí otra mujer, no privará a la primera de la comida, del vestido ni de los derechos conyugales. Y si no le da estas tres cosas, ella podrá irse de balde, sin pagar nada... Si uno golpea a su esclavo o a su esclava con un palo y muere en el acto, deberá ser castigado; pero, si sobrevive un día o dos, no será castigado, pues era propiedad suya. Si, en el curso de una riña, alguien golpea a una mujer encinta, provocándole el aborto, pero sin causarle otros daños, el culpable deberá indemnizar con lo que le pida el marido de la mujer y determinen los jueces. Pero si se produjeran otros daños, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal"

A mí esto no me parecen las palabras de un amoroso pader.
19/02/09 5:15 PM
  
María Lourdes
Mat, a mi entender, las leyes del Antiguo Testamento tenían su propósito en regir a personas que vivían en una época muy diferente de la nuestra. Mi opinión es que esas leyes del Señor deberían de ser interpretadas en el contexto de la dureza de corazón del pueblo. Así explicó Jesús, por ejemplo, que Moisés permitiera el divorcio.

Las prácticas religiosas se alejaron de las intenciones del Señor, que vino para enseñarnos: "Se ha dicho... pero yo os digo..." De "ojo a ojo" subió el listín a ofrecer la otra mejilla, a amar como Él nos amó. Sólo la gracia que nos concede por los Sacramentos hace posible que podamos cumplir su "nuevo" mandamiento. No iba el Señor a requirir del pueblo del Antiguo Testamento lo que les sería demasiado difícil cumplir.

Los libros de los profetas menores, de donde saqué las citas, están llenos de calamidades, amenazas del Señor de grandes y terribles castigos, muchos de los cuales se llevaron a cabo. Pero, no se quedaba la cosa allí. Tenían el propósito de acercar a la gente al Señor.

Antes de tener hijos también me parecían excesivas muchas medidas que el Señor tomaba para corregir a su pueblo, pero ahora que tengo hijos, me veo muchas veces en situaciones en que tengo que amenazar con ciertos castigos, aunque en el fondo no quiera llevarlos a cabo para que mis hijos comprendan la gravedad de ciertas acciones. Si no se van a comportar bien por las buenas, tendrá que ser por las malas. Tienen que decidir y a veces eligen "por las malas" (la rebeldía de los dos años, por ejemplo). Pues admiro la paciencia del Señor cuando leo el Antiguo Testamento porque me frustro con mayor rapidez cuando mis hijos no obedecen, y eso que les quiero mucho.

En el Antiguo Testamento no estamos hablando de críos, sino de hombres y mujeres con su propia cultura y parecer que eran rebeldes al Señor a pesar de haber experimentado su bondad. El Plan del Señor era que todos entraran en la Tierra Prometida, pero el pueblo no se comportó debidamente y tuvo que aceptar las consecuencias de sus acciones.

Dios no nos obliga a amarle, pero hace todo lo posible para que por nuestra cuenta queramos nuestro bien: o porque apreciamos Su Bondad o porque no nos gusta la alternativa (pienso en el Hijo Pródigo volviendo a casa por su terrible situación).

Siento que este comentario sea tan largo. Quizás alguien le podría responder de una forma más concisa. A mí no se me da muy bien hacerlo.
19/02/09 6:00 PM
  
Mat
Hola María.

Entiendo perfectamente que, desde el punto de vista antropológico, la sociedad hebrea de entonces y la nuestra, son muy diferentes y por tanto, no podemos extrapolar las formas ni la actitud de su mensaje a nuestro tiempo. Pero, ¿hasta qué punto es la forma del mensaje de Dios, el que se amolda a la cultura a la que va dirigida y no el fondo?

No es el forma amenazante, ni siquiera la (desde el punto de vista humano) crueldad, lo que me preocupa del mensaje de Dios en ese párrafo (eso se podría entender perfectamente, con los argumentos que ha dado en su respuesta) sino lo que dice en sí.
Ahí se habla de esclavitud. De que un hombre puede dañar a otro “si es de su propiedad”. Se habla de agravios comparativos entre hombres y mujeres; y de la ley del talión.
¿Cómo se puede reinterpretar eso para que cuadre con el mensaje de los evangelios?
19/02/09 6:40 PM
  
opinion
Mat
No soy experto en esto, pero Jesús les dice a los fariseos cómo ellos han sustituido el amor de Dios y siguen sus propios preceptos que se transmiten unos a otros ¿Estaría esto de la esclavitud entre esos preceptos de hombres?
Por otra parte la Biblia no se puede tomar al pie de la letra y supone un desvelamiento progresivo de Dios al hombre, de ahí la parábola del hijo pródigo que nos presenta Jesús en un momento posterior.

Les ruego que me perdonen si estoy equivocado.
19/02/09 7:50 PM
  
Madrileño
Pues, por ejemplo un pasaje se muestra la misericordia de Dios en el Antiguo Testamento, es en Génesis 18:23-33, cuando el Señor le dijo a Abraham que destruiría Sodoma y Abraham le interpeló con aquello de: "Así que vas a borrar al justo con el malvado", a lo que el Señor termina respondiendo: "Si hubiera diez justos en la ciudad, no la destruiría en atención a ellos".

Otro libro de una belleza inmensa y que muestra la misericordia del Señor, es el libro de Habacuc, un libro que me encanta...

Mat,

La ley que el Señor entregó a Moises, era para un pueblo que vagaba por el desierto durante 40 años. Aún a pesar de que el Señor los sacó de Egipto y les daba alimento a diario, tuvo que poner orden entre ellos de manera especial, entre otras cosas para que no se mataran entre ellos.

El ejemplo del divorcio es muy esclarecedor, Moisés tuvo que hacerlo para que las esposas pudieran seguir viviendo aún cuando sus maridos no las encontraran fértiles por ejemplo, en aquellos años no había seguridad social y unos ancianos sin hijos que trabajaran o defendieran a su familia, estaban condenados a la muerte y al saqueo, incluso por sus propios "conciudadanos" (si se puede expresar así).

Aquella ley prácticamente se quedo coja cuando los israelitas se hicieron sedentarios y Dios los llevó a su tierra.

Es un error ver con ojos de personas del siglo XXI aquella sociedad de esclavos salidos de Egipto.
19/02/09 8:04 PM
  
María Lourdes
Mat, me parece muy interesante lo que plantea sobre la esclavitud.

Me parece que Dios muestra su preocupación y amor por esclavos en una sociedad que supongo ya permitía pegarles para corregirles, ya que advierte que hay consecuencias si uno no respeta la vida de otro [hoy en día se mata por el aborto con pocas consecuencias]. El Señor no niega al esclavo su libre voluntad para quedarse como esclavo para siempre, lo cual me sugiere que la relación entre dueño y siervo no era siempre como nos lo pintamos nosotros en este siglo.

Los esclavos que fueron traidos a los EE.UU. de África no fueron tratados siempre con tanta clemencia ni con tanto respeto como dice la cita que hay que tratar a la mujer entregada como "esclava" por su padre. Me recuerda la entrega de la hija a su futuro esposo con dote en un matrimonio decidido por los padres en la cultura tradicional china. No significaba que no le amaban, sino que buscaban su bien en la sociedad. Hasta allí llega mi impresión de esas leyes como tales.

En cuanto a su pregunta sobre cómo reconciliarlo con el Evangelio... me conmueve que Dios, nuestro Creador y Señor, se hizo esclavo y murió como el peor de los esclavos por nosotros, que verdaderamente somos su propiedad en todo sentido de la palabra. Jesucristo dijo que no vino para ser servido sino para servir. ¡Qué ejemplo para nosotros! Además, la Santísima Virgen María, al aceptarle en su seno, se declaró "la esclava del Señor" con plena libertad.

Esos ejemplos me hacen comprender el amor que hace posible que la mujer se someta al marido y el marido trate a la mujer como su propio ser, como recomienda S. Pablo y explica el santo que es la relación entre Cristo y su Iglesia. No nos gusta la idea de ser esclavos, de que alguien nos sea superior, pero la realidad es que sí hay alguien superior a nosotros. Ese alguien es Dios, que nos ama tanto que se hizo esclavo por nosotros para librarnos de la verdadera esclavitud: el pecado. Por eso me pregunto: ¿por qué dejamos que el pecado controle nuestras vidas si nos choca tanto la idea de ser esclavos?
19/02/09 8:52 PM
  
María Lourdes
Opinion, me parece que lo que dice tiene mucho sentido, aunque no soy una experta tampoco. Gracias por expresarse con tanta claridad. Un saludo.
19/02/09 9:26 PM
  
anarico
Estoy seguro que todos los que lean este comentario se habrán encontrado alguna vez con un archivo que no pueden abrir. Pues igual. El Antiguo Testamento sólo lo pueden "abrir" los que están dotados para ello. Y no me canso de repetir que acudamos a la ayuda de los grandes maestros de oración para que nos lo abran. Y no me canso de repetir que Doctores tiene la Iglesia. Y bobos también: muchos y en abundancia.

Hace unos días te comentaba, María, que yo leo primero a los Santos Doctores; y después compruebo sus citas de la Sagrada Escritura en La Biblia: siempre he quedado gratamente sorprendido.

Por otra parte, conviene recordar que Cristo vino a perfeccinar la Ley con su cumplimiento, Y Dejó claro que no se cambiará ni una coma de la Ley. Pero, ¿Que sabe Mat de la Ley? Que saque agua del pozo y sude la camiseta. Después ya veremos.
19/02/09 9:44 PM
  
María Lourdes
Madrileño, me encanta el pasaje que menciona sobre Abraham. Me alegro de que le encante uno de los libros de los profetas menores porque no suelen recibir mucha atención. El libro de Jonás es uno de los favoritos de mi hijo.

Me pareció interesante también su respuesta a Mat.
19/02/09 9:45 PM
  
María Lourdes
Anarico, me pareció interesante su ejemplo del archivo porque recibo bastantes que no puedo abrir. Además, me puede contar entre los bobos que menciona porque intento responder a cosas sin ser una experta en nada.

La verdad es que me parece muy buena la pregunta que hizo Mat porque al intentar responderla acabo comprendiendo mejor lo que creo. Reconozco que sigo sacando agua del pozo, como dice, y que aprendo bastante leyendo los Doctores de la Iglesia, como sugiere, pero también de los comentarios que deja la gente en este blog y otros del portal.
19/02/09 10:08 PM
  
Madrileño
Es cierto, Jesús dijo que se caerían las estrellas del cielo antes de que cambiara una coma de la ley.

Cuando digo que la ley se quedó coja, no me refiero a la ley en sí, si no que como dijo el propio Jesús, Israel no había captado el espíritu de la ley, que no era para hacer esclavos, si no para hacer hombres libres. Para que supieramos lo exigente que era el Señor, y lo incapaces que para nuestros propios medios supone cumplir con todos los preceptos de la ley.

Estoy de acuerdo con Anarico, el AT hay que leerlo a la luz de la Iglesia.

Otro ejemplo, quizás menos evidente para los hombres del siglo XXI de misericordia, es el episodio donde el Señor le dice a Abraham que debe entregar a su hijo en sacrificio, para en el último momento detenerle. Nosotros leemos ese pasaje y pensamos "pero que cosas pedía el Señor", pero es que en aquellos tiempos, pueblos limítrofes entregaban en sacrificio al hijo primogénito a los dioses. En realidad lo que Dios dice es muy revolucionario para esa época, está diciendo "yo no quiero sacrificios humanos, no como otros dioses de los teneís conocimiento y a los que no debeis adorar". Por eso la petición del Señor a Abraham, aunque le llenó de pesar, lo vió como algo "normal", pues otros pueblos lo hacían.
20/02/09 9:15 AM
  
anarico
Madrileño:
Si repasas el "Tratado del amor de Dios" de Fco. de Sales, verás que ése pasaje de Abraham hace referencia a otra cuestión más cercana a ti, que hechos y costumbres que, ocurrieron o no, hace miles de años.

María, bobos somos todos como no puede ser de otra manera; pero es bueno recordar y en lo posible homenajear, a las personas excepcionales que han pasado por este mundo, y de paso algo se nos pegará digo yo; que por poco que sea nos marcará, para nuestro beneficio.
20/02/09 10:19 AM
  
María Lourdes
Madrileño, ¡con qué pocas palabras logra explicar lo que quería decir ayer pero que me salió en bastantes más párrafos! Muchas gracias por la aclaración y por el interesante ejemplo que dejó en su comentario. Un saludo.
20/02/09 11:29 AM
  
María Lourdes
Anarico, también estoy de acuerdo con usted en que hay mucho bien que podemos sacar del ejemplo de los santos. Si no fuera así, creo que sería una verdadera pérdida de tiempo que me dedicara a escribir sobre ellos. Le pido sus oraciones para que se nos pegue algo a mí y a todos los demás que pasamos por aquí.
20/02/09 11:29 AM
  
Madrileño
María Lourdes, yo lo he expresado con menos palabras, pero tu lo expresaste mejor y con más claridad, sin dudas.

Anarico, no he leído nada de San Franciso de Sales, lo haré... como es evidente no soy teólogo, y también debo contarme entre los bobos de la Iglesia (puede que el mayor de todos). Instalaré el "San Francisco de Sales 1.0" en mi disco duro para empezar a decodificar ficheros en formato "Antiguo Testamento". ;-)

Agradeceros a todos lo que aportáis a mi vida, sin lugar a dudas, aprendo mucho de todos vosotros.
20/02/09 7:10 PM
  
anarico
Madrileño, dale gracias a Dios por haberte librado de ser teólogo. Lo Bueno es ser teófilo, o filoteo,.... o filotea, para que nos se nos enfade María.

S. Fco. de Sales y otros también son muy grandes. Es una pena que no nos beneficienos y tengamos que ver cada día lo que vemos.
21/02/09 12:45 PM
  
dianita
hola:soy una persona amadora de Jesus y la biblia
he estado imbestigando algo sobre el antiguo testamento y veo que algunos pasajes me desconciertan sobre todo acerca de los niños en especial este:deuteronomio 21:18-21. si alguien pudiera explicarme este pasaje sabiamente le agradeceria

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Dianita, según tengo entendido, las leyes en Deuteronomio fueron formuladas por lo que el Señor Jesucristo llamaría "la dureza de corazón" del pueblo de Dios en esos tiempos del Antiguo Testamento cuando tan fácilmente perdían en el desierto su obediencia a Dios, a pesar de haber presenciado grandes milagros de Dios por medio de Moisés. Las duras penas se establecían para disuadir a las personas que cometieran crímenes. Pero, Jesucristo mismo destacaría la necesidad del perdón y de la caridad en la justicia, como podrá leer en Mt. 5, 38-42.

En el caso que menciona, en mi opinión, aparece un caso extremo de un hijo que ha llegado a ser "incorregible" tras muchos intentos de corrección de parte de sus padres, los seres que uno supondría serían los que más le amaran y a quienes debería de hacer caso. ¿No se parece el pueblo de Israel a ese hijo rebelde, que tantas veces se apartó de Dios Padre en tiempos de Moisés a pesar de todas las muestras de amor y de cuidado providencial de parte de Dios? Más aún, si leemos los versos que siguen a la cita que menciona, veremos allí la prefiguración de la muerte de Jesucristo:
"Si un hombre hubiera cometido un delito digno de muerte, y es ejecutado colgándolo de un árbol, su cadáver no pasará la noche pendiente del madero, sino que lo sepultarás aquel mismo día: porque el que cuelga de un madero es una maldición de Dios..." (Deuteronomio 21, 22-23)
Jesucristo mismo tomó nuestros pecados sobre sí y a pesar de ser el Hijo de Dios perfectamente obediente a Dios Padre, cargado de nuestras culpas colgó sobre la Cruz para satisfacer la Justicia Divina por nosotros, los verdaderos hijos rebeldes. Recordemos cómo Dios pidió a Abrahám que sacrificara su hijo, sin dejar que se consumara el sacrificio. Pero, por amor a nosotros, no perdonó del castigo a Su Propio Hijo, Jesús, que se ofreció por nosotros como Cordero de Dios. La justicia divina y la Misericordia Infinita de Dios siempre van mano a mano.

Muchas gracias por haber dejado su comentario, y siento que haya tardado tanto en publicarlo.
06/10/12 8:10 PM
  
ROJINEGRO10
SI TENEMOS UN VERDADERO DISCERNIMIENTO DE LA PALABRA DE
SEREMOS LLENOS DE LA LUZ Y EL AMOR DE DIOS PADRE Y ASI
PODER COMPRENDER EL POR QUE DIOS NO ABANDONO A SU
SUERTE AL PUEBLO QUE EL MISMO ELIGIO COMO SU PROPIEDAD
SALUDOS
10/02/16 6:18 PM

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