InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Francia

11.02.17

La imagen de Lourdes no es fiel a la descripción de Bernadette

Nuestra Señora de Lourdes

Sta. Bernadette Soubirous (1844-1879), recibió 18 apariciones de la Virgen María en Lourdes del 11 de febrero, 1858 al 16 de julio, 1858. Cinco años después, del 15 al 19 de septiembre, 1863, el escultor de la Virgen de La Salete, Joseph Hughes Fabisch (1812-1886) viajó a Lourdes para entrevistar a la santa. Le habían contratado para crear una estatua en mármol según la descripción de la vidente para reemplazar a una pequeñita (ver última foto del artículo que muestra a la santa ante la gruta). Dos meses después le mandó a la santa una foto de una primera estatua para que le diera su opinión.

Al ver la estatua final
que llevó Fabisch a Lourdes pocos días antes de inaugarla el 4 de abril, 1864, la santa comentó: “No se acerca a la belleza que he visto”. De hecho, el escultor no había tomado en cuenta las correcciones de la santa.

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24.11.10

¿Cuánto deseamos el martirio?

Entre S. Andrés Dung-Lac y 116 Compañeros Mártires de Vietnam, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia, se encuentran laicos, religiosos, y sacerdotes. Uno de ellos es S. Jean-Louis Bonnard (1824-1852), un misionero francés que no brillaba precisamente por sus cualidades intelectuales, pero sí en su amor de Dios y en su generosidad sirviéndole al Señor.

Le describe así un compañero de su infancia: “Piadoso, alegre, de carácter tranquilo, apacible, nunca se enfadaba; de talento mediocre, incluso quizás menos que mediocre”. Como S. Juan Vianney, este santo tuvo mucha dificultad aprendiendo el latín y también con el resto de sus estudios, por lo cual le reprendían sus profesores. Pero eso no detuvo su vocación temprana al sacerdocio, ni sus grandes deseos de ofrecer su vida en testimonio de su fe, de ser mártir.

Su vida y escritos nos podría hacer pensar: “¿Cuánto deseamos nosotros ser mártires? ¿Cuánto nos ponemos a disposición del Señor en todo lo que hacemos?

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19.08.10

¿Cómo saber si alguien está inspirado por el Espíritu de Dios?

S. Juan Eudes (1625-1680), que comenzó y propagó el culto litúrgico al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, nos dice que el Inmaculado Corazón de María:

es la verdadera arpa del verdadero David, Nuestro Señor Jesucristo. Porque es él quien la ha hecho con su propia mano y él solo quien la posee. Jamás fué tocada por otros dedos que los suyos, porque ese corazón virginal nunca tuvo otros sentimientos, otros afectos, otros movimientos que los que en él puso el Espíritu Santo. Y esa arpa levanta hasta los oídos del Padre tan maravillosa armonía, que, hechizado al oírla, olvida todas las cóleras que tenía contra los pecadores.”

Tan llena está esa armonía del Espíritu Santo que en cuanto oyó Sta. Isabel el saludo de la Ssma. Virgen María, segúnel Evangelio de la Solemnidad de la Asunción de María: “se llenó Isabel del Espíritu Santo” (Lc. 1, 41) también.
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¿Cómo saber si alguien está inspirado por el Espíritu de Dios o por un espíritu contrario a Dios (sea demonio, mundo o carne)?

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26.12.09

"Jesous ahatonhia": Villancico hurón de un mártir

El Evangelio de la Natividad del Señor dice sobre Nuestro Señor Jesucristo, la Palabra hecha carne: “Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.” (Jn. 1, 11). El mismo rechazo han sufrido sus discípulos a lo largo de los siglos anunciando la Buena Nueva de Dios. Los hechos de los apóstoles describe así el martirio del diácono S. Esteban (s. I), protomártir:

“Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: ’Señor Jesús, recibe mi espíritu.’ Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: ’Señor, no les tengas en cuenta este pecado.’ Y diciendo esto, se durmió.” (Hechos 7, 59-60)

S. Juan de Brebeuf (1593-1649) [enlace en inglés], uno de los primeros mártires de Canadá, imitó muy bien a S. Esteban predicando con entereza y animando a sus compañeros mientras los iroqueses le torturaban brutalmente durante horas:

“Mis hijos, levantemos nuestros ojos al Cielo en la altura de nuestras aflicciones; recordemos que Dios es el testigo de nuestros sufrimientos, y pronto será nuestra rebasante e inmensa recompensa. Muramos en esta fe; y esperemos de su bondad el cumplimiento de sus promesas. Tengo más lástima de ustedes que de mí mismo; pero manteneos con valentía en los pocos tormentos que quedan. Terminarán con nuestras vidas. La glora que las seguirá no tendrá fin.

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1.12.09

¿Cómo promover la iniciativa de jóvenes católicos?

Al oír la advertencia del Señor en el Evangelio del I domingo de Adviento: “Tened cuidado: no se os embote la mente” (Lc. 21, 34), el Bto. Carlos de Foucauld (1858-1916) quizás recordaría su adolescencia:

A los 17 años era todo egoísmo, todo deseo de mal, estaba como enloquecido. Jamás creo haber estado en tan lamentable estado espiritual. Vivía como se puede vivir cuando se ha extinguido la última chispa de la fe.”

Sin embargo, también le pedía al Señor: “Dios mío, si existes, házmelo saber.”

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