La patrona de las enfermeras y el primer mártir de Méjico (Mc. 1, 24)
Oímos en el Evangelio del 4o. domingo de Tiempo Ordinario que un hombre endemoniado gritó atemorrizado a Jesús: “Sé quién eres” (Mc. 1, 24). Conociendo al Señor quiso apartarse de Él porque, nos explica S. León: “Nunca una vida manchada podrá contemplar el esplendor de la luz verdadera, pues aquello mismo que constituirá el gozo de las almas limpias será el castigo de las que estén manchadas.” Por eso nos dice S. Agustín que a los demonios el Señor
“se dio a conocer según quiso, y quiso cuanto convino. No se dio a conocer como a los santos ángeles que, participando de su eternidad, gozan de El como Verbo que es. Se dio a conocer como debía para aterrarlos y librar de su tiránico poder a los predestinados.”
Como observó Noby en un comentario la semana pasada: “La luz del Señor desconcierta, y vacía de la vieja luz, que no es más que tiniebla”.
Los santos de hoy, al contrario que los demonios, al conocer al Señor en esta vida hicieron todo lo posible para poder verle en la siguiente. “El amor no descansa mientras no ve lo que ama; por eso los santos estimaban en poco cualquier recompensa, mientras no viesen a Dios. Por eso el amor que ansia ver a Dios se ve impulsado, por encima de todo discernimiento, por el deseo ardiente de encontrarse con el.” (S. Pedro Crisólogo) Por eso, contra toda expectativa, aceptaron el martirio con alegría en su juventud.

Foix comentó en el artículo de ayer que Cristo enseña por palabra y hechos coherentes y comparó la vida de los cristianos que siguen ese ejemplo con “una música maravillosa, como el plectro y la cuerda de la cítara cuando suena una canción.” La cítara es un instrumento que se encuentra en formas variadas en muchas culturas, como la china, y que los antiguos griegos asociaban con su dios mitológico de la música, Apolo. Esas dos culturas no solían conocer a Jesucristo, esa música preciosa que cantamos los cristianos con nuestras vidas.
El 14 de noviembre de 2008, en el décimo Día del Dominó, el grupo Weijers Domino Productions batió 10 récords mundiales, incluyendo uno en caída de fichas de dominó en la ciudad de Leeuwarden en los Países Bajos. Para hacerlo, diseñaron un plan creativo que incorporara 4.500.000 fichas de tamaños diferentes (de las cuales cayeron con éxito 4.345.027), hechos de poliesterina, plomo o madera según la función y la velocidad de la caída que necesitaban de cada una.
Miscato, que lee este blog, mandó hace poco a sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com una presentación PowerPoint de imágenes sacadas por el telescopio espacial Hubble con el comentario: “Después de contemplar las imágenes de esta presentación solamente nos queda decir: ‘Grandes y maravillosas son tus obras Señor…’.” Incluia imágenes de la Galaxia del Sombrero, de Nebulosas como la del Águila y “Noche estrellada”, dos galaxias arremolinadas, la Vía Láctea, los planetas del Sistema Solar, etc.
Los nombres que usamos no sólo nos identifican, sino que pueden expresan algo sobre los que nos dieron nuestros nombres, como por ejemplo su cultura, su formación, sus deseos de uno por la persona nombrada, etc. Aunque el nombre “Jesús” ya existía entre los judíos, Dios Padre deja claro el origen divino del nombre propio de su hijo al mandar al Arcángel Gabriel a anunciarlo a la Virgen María, y confirmando públicamente por medio sobrenatural que en el hijo de María se van a cumplir la larga espera de los hombres por la salvación de los pecados. Así, pues, Simeón confirmó en