Cómo comencé a "perdonar" a mis padres
El Señor nos dice bien claro en la parábola del Evangelio del XXIV Domingo de Tiempo Ordinario [11.09.2011] que la Justicia de Dios nos castigará: “si cada cual no perdona de corazón a su hermano” (Mt. 18, 35). Al decir “hermano” quiere decir a nuestro prójimo, incluyendo a nuestros propios padres, a pesar de las diferencias entre generaciones, o quizá a causa de esa misma diferencia.
No es ningún secreto que no fui una adolescente ideal, sino más bien una bastante rebelde y que podía volver loca a mis padres con mi comportamiento en casa (ya que en el colegio lograba comportarme muy bien). Pues con mi punto de vista adolescente, no me parecía que tenían ellos que perdonarme, sino que me hacía la víctima…