XLIX. La voluntad del Padre de la Pasión
Los pecados del hombre[1]
Establecido y probado que Cristo padeció y murió de propia voluntad por obediencia al Padre, en el siguiente artículo, lo completa al sostener que la voluntad propia de Dios Padre decidió la pasión y muerte de Cristo para la salvación de todos los hombres sometidos al pecado original y a sus pecados personales y más concretamente de entregarlo a sus enemigos. Razona esta tesis, mostrando que el Padre celestial entregó a su Hijo encarnado a la pasión de tres maneras.