La gloria y la cruz de un blog
Mantener un blog abierto equivale a un reto, voluntario pero reto, que desafía la propia constancia, la pereza y hasta el legítimo afán de no complicarse la vida.
La gloria de un blog es la comunicación. Entre autor y lectores se propicia el intercambio de ideas, de puntos de vista, incluso de discrepancias. La cruz viene dibujada en la persona de algún comentarista: Sin saber ni por qué ni cómo, hay quien se permite entrar e insultar, entrar y agredir, entrar y descalificar. Pierde el tiempo. No se puede razonar con quien no quiere razonar, con quien, por los motivos que sea, parece haber claudicado del ejercicio de la razón.