Maestro, que pueda ver
XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
A comienzos del siglo XX la teología católica se interesó, como también en otras épocas, por lo que se ha llamado el “analysis fidei”; el estudio de cómo se relacionan, en el acto de creer, la gracia de Dios y la inteligencia y la voluntad del hombre. Entre los teólogos que escribieron sobre el tema destaca el jesuita francés Pierre Rousselot (1878-1915), autor de un interesante ensayo titulado Los ojos de la fe. “Habet namque fides oculos suos”, “y, en efecto, la fe tiene ojos”, decía ya San Agustín.
Para Rousselot, en la estela del gran Obispo de Hipona, la fe es la capacidad de ver lo que Dios quiere mostrar y que no puede ser visto sin la fe. La gracia de la fe concede a los ojos ver acertadamente, proporcionalmente, su objeto, que no es otro más que Dios.