InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: Noviembre 2010

29.11.10

Hoy comienza

Hoy comienza la novena de la Imaculada. En la solemnidad del 8 de Diciembre “se celebran conjuntamente la Inmaculada Concepción de María, la preparación radical (cf Isaías 11,1.10) a la venida del Salvador y el feliz exordio de la Iglesia sin mancha ni arruga”, escribía el Papa Pablo VI en la exhortación apostólica Marialis cultus.

Todo el tiempo de Adviento se caracteriza por la impronta mariana. La Iglesia, con María, espera a Cristo; aguarda la celebración de su Nacimiento en la Navidad y se prepara para su segunda venida en gloria al fin de los tiempos.

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica nos ofrece una síntesis precisa del significado de la “Inmaculada Concepción”: “Dios eligió gratuitamente a María desde toda la eternidad para que fuese la Madre de su Hijo; para cumplir esta misión fue concebida inmaculada. Esto significa que, por la gracia de Dios y en previsión de los méritos de Jesucristo, María fue preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción”.

En el plan divino de la salvación, la Virgen ocupa un papel singular: es la Madre de Cristo. Asociada a su Hijo, María es la “Toda Santa”, la Mujer en la que se manifiesta de modo más nítido el triunfo del Redentor. La Iglesia, leyendo la Sagrada Escritura a la luz de la fe, ha visto en María a la nueva Eva, cuyo Hijo aplastará la cabeza de la serpiente (cf Génesis 3,15). El ángel Gabriel la saludó como “llena de gracia” (Lucas 1,28) y Santa Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre” (Lucas 1,42).

Pero todo el Antiguo Testamento prefigura, de algún modo, el misterio de la Virgen al referirse a la renovación de Sión, o a la nueva creación, o a la morada de Dios en el templo, o al sí de Israel en el Sinaí, que anticipa a la esposa inmaculada que habría de dar el sí definitivo a la eterna alianza. “Dios, que no derrocha sus prodigios, en la Inmaculada abre la puerta a la esperanza. En efecto, la ‘Toda Santa’ aparece al término de una larga historia de gracia y de pecado, cuyo director es Dios […]. La Inmaculada es el comienzo que tiene en sí el anticipo del fin” (A. Serra).

Leer más... »

27.11.10

Estad en vela

Homilía para el Domingo I de Adviento (Ciclo A)

Textos: Is 2,1-5; Sal 121; Rm 13,11-14; Mt 24,37-44

El Señor, hablando de se segunda venida, nos exhorta a la vigilancia, a estar en vela, a estar preparados (cf Mt 24,37-44). Comentando este pasaje evangélico, San Gregorio Magno escribe: “Vela el que tiene los ojos abiertos en presencia de la verdadera luz; vela el que observa en sus obras lo que cree; vela el que ahuyenta de sí las tinieblas de la indolencia y de la ignorancia”.

Velar es, en primer lugar, abrir los ojos y mantenerlos abiertos para reconocer la presencia de la verdadera luz, que es Cristo, nuestro Señor. San Pablo dice a los romanos: “Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de espabilarse, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer” (Rm 13,11).

El Adviento nos invita y nos estimula a captar la presencia del Señor en medio de nosotros: “La certeza de su presencia, ¿no debería ayudarnos a ver el mundo de otra manera? ¿No debería ayudarnos a considerar toda nuestra existencia como una ‘visita’, como un modo en el que Él puede venir a nosotros y estar cerca de nosotros, en cualquier situación?”, se preguntaba el Papa Benedicto XVI en una homilía de Adviento.

Si nos dejamos cegar por las prisas, por la rutina, por la mediocridad, seremos incapaces de advertir la presencia del Señor en nuestras vidas. Sin la conciencia de su cercanía nos dejaríamos vencer por el hastío y el cansancio. Debemos hacer nuestra la oración del Salmo 24: “A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados”.

Leer más... »

26.11.10

Reyes en el Hijo (escrito por Koko)

Hoy celebramos la fiesta de Cristo, Rey del Universo y terminamos el ciclo litúrgico, para la próxima semana comenzar ya con el tiempo de Adviento, que es tiempo de espera y de esperanza.

En este día son claves las palabras que dirige el buen ladrón a Jesús “acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino”. Y podemos preguntarnos a qué clase de Reino se refiere el Evangelio, ciertamente al Reino celestial, pero el Paraíso es necesario construirlo ya en esta vida. Pero eso solo es posible hacerlo siguiendo a Cristo rey, lo que pasa es que Él no reinó desde el poder, ni desde un trono, sino que lo hizo desde el servicio, desde la humildad, en el compromiso con los más necesitados y en la entrega confiada hasta llegar a la Cruz.

Por lo tanto, el reinado de Jesús es aquel que crece desde el amor y la justicia de un Dios que es Padre de todos.

Pero a veces, es relativamente fácil aclamar a Cristo Rey en una procesión, o en un momento de euforia espiritual. Sin embargo, nos resulta más difícil creer en un Cristo, presente e influyente en nuestra vida cotidiana, en un Cristo que compromete y cambia nuestra forma de vivir, en un Cristo exigente que pide fidelidad a los valores permanentes del Evangelio.

En ocasiones parece que tratamos de enorgullecernos de lo que tenemos, pretendemos presumir delante de los demás, intentamos ostentar como si eso nos convirtiese en “reyes” delante de todo el mundo. Pero, esta actitud es absurda, ya que como vemos en la segunda lectura, el Señor ya nos hizo herederos del reino de su Hijo, es decir, también nosotros somos verdaderos reyes en la medida en que somos hijos de Dios por el Bautismo y somos portadores del Evangelio y de la verdad.

Leer más... »

25.11.10

El sentido interior (intrínseco) de la sexualidad

Mañana, Dios mediante, espero escribir la recensión que me han pedido sobre el libro del Papa, “Luz del mundo”, un texto que he leído, íntegro, con admiración y con asentimiento intelectual.

Si algo podemos decir del Papa, de Joseph Ratzinger, ya que el libro-entrevista no es (al menos formalmente) un acto magisterial, es que es un pensador coherente. No afirma en un lugar una cosa y, cuatro páginas más adelante, lo contrario y, menos aun, lo contradictorio.

Como se ha levantado tanto revuelo con el asunto de los preservativos – ¡ya es desagradable tener que hablar de estos temas! – quiero, en este post, citar algunos extractos del libro, mostrando que hay una secuencia lógica que los conecta entre sí. Sólo teniendo en cuenta esa unidad de pensamiento se podrá entender de modo correcto lo que el Papa, sobre ese particular, dice.

1º) El Papa recuerda que la sexualidad tiene un sentido interno, y que ese sentido interno – que vale para todo hombre, sea cristiano o no - tiene relevancia teológica. Podríamos decirlo de otro modo: hay una continuidad entre creación y salvación, entre ley moral natural y ley evangélica. Pero voy al texto:

“Si se lo quiere expresar de este modo, podría decirse que la evolución ha suscitado la sexualidad con el fin de la reproducción de la especie. Eso vale también desde la perspectiva teológica. El sentido de la sexualidad es llevar al hombre y a la mujer uno hacia el otro y, de ese modo, dar a la humanidad descendencia, hijos, futuro. Es una determinación interior que está en su esencia. Todo lo demás va contra el sentido interior de la sexualidad. Tenemos que sostener esto aun cuando no le guste a la época” (p.160).

2º) El Papa recuerda que hay acciones malas en sí mismas – diríamos, “intrínsecamente malas” – y que el olvido de ese dato ha propiciado enormes errores. Y, con claridad, critica el consecuencialismo. Refiriéndose a los años 70 escribe:

“Sobre todo se sostuvo la tesis - que se introdujo también en la teología moral católica – de que no hay algo que sea malo en sí mismo, sino sólo cosas ‘relativamente’ malas. Lo malo y lo bueno dependen, se decía, de las consecuencias” (p. 50).

3º) El Papa recuerda que “bajar el listón”; es decir, ceder en asuntos morales no ayuda a la sociedad:

“Mantener lo difícil como parámetro con el que los hombres tienen que medirse una y otra vez es una misión necesaria para que no se produzcan más caídas” (p. 153). “La estadística no puede ser ya el parámetro de la moral” (p. 154). “… no deberíamos tomar como instancia contra la verdad el que esa elevada moral [se refiere a la sexualidad humana no separada de la fecundidad] no se viva” (p. 156).

Leer más... »

24.11.10

La patrona de los filósofos

Santa Catalina de Alejandría (25 de Noviembre)

El Señor, a la hora de enviar a los apóstoles, les advierte que encontrarán persecuciones y contradicciones: “Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará” (Mt 10,22). En realidad, esta advertencia no es válida sólo para los apóstoles, sino para todos los cristianos de todos los tiempos. La dificultad y la prueba estarán siempre presentes en la vida de los seguidores de Cristo, porque “no está el discípulo por encima del maestro” (Mt 10,24).

Por negarse a dar culto a los falsos dioses, Santa Catalina de Alejandría fue decapitada en el año 305. Su vida y su martirio constituyen un elocuente ejemplo no sólo del hecho de la persecución, sino también de cómo afrontarla: Dando testimonio de la fe con serenidad y con perseverancia.

No hace falta remontarse a la Antigüedad cristiana para verificar cómo se cumple la advertencia del Señor. Sabemos que, para muchos cristianos en el mundo, hoy es el día de la prueba, la hora del martirio. No podemos desentendernos de la suerte de tantos hermanos, sino que hemos de apoyarlos con nuestra oración y con los medios legítimos que estén a nuestro alcance.

También en los países en los que se respeta la libertad de culto y, en mayor o menor medida, la libertad religiosa, nos encontramos con dificultades. Benedicto XVI ha hecho referencia, en varias ocasiones, a una “dictadura del relativismo”: “se presentan determinadas formas de comportamiento y de pensamiento como las únicas racionales y, por tanto, como las únicas adecuadas para los hombres. El cristianismo se ve así expuesto a una presión de intolerancia que, primeramente, lo caricaturiza – como perteneciente a un pensar equivocado, erróneo -, y después, en nombre de una aparente racionalidad, quiere quitarle el espacio que necesita para respirar” (Luz del mundo, p. 66).

Leer más... »