Perder y ganar

Domingo XXIV TO (B)

En una novela, titulada “Perder y ganar”, el Cardenal Newman muestra cómo merece la pena desprenderse de bienes arraigados en el espíritu -como la estima ajena, el triunfo o la posición social – para ser fieles a una vocación divina que se percibe con certeza.

Esta lógica de una aparente pérdida en función de una real ganancia la encontramos en las palabras de Jesús: “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará” (Mc 8,35). El Señor concluye de este modo la enseñanza acerca de su propia identidad y misión: Él no es un mesías político; no es un rey triunfador según los criterios humanos. Es el “Hijo del hombre”, llamado a una misión que pasa por el sufrimiento y por la cruz. Pero esa humillación no es estéril, sino que se convierte en fuente de vida.

Para captar esta lógica singular resulta precisa una mirada más profunda que la mirada meramente humana, porque los pensamientos de Dios no son como los de los hombres. Las aspiraciones de triunfo, de éxito, de dominio son incompatibles con la vocación última del hombre, que no es otra que la llamada al amor. La renuncia al egoísmo supone una “pérdida”, porque debemos dejar atrás el inmoderado y excesivo amor a nosotros mismos. Pero esta pérdida constituye la verdadera ganancia, la entrada en el reino de Dios; es decir, el acceso al amor verdadero, a la paz auténtica, a la alegría que nadie puede quitar.

La fe consiste en perder y ganar. En abandonar el yo, y los intereses del yo, como criterio supremo de todo para abrirse a la novedad de Dios. Esta fe es una fe viva, que se traduce en obras; es un creer que lleva al hacer (1 Cor 4,20). San Bernardo decía que “así como del movimiento del cuerpo conocemos su vida, así también conocemos la vida de la fe por las buenas obras”. La vida de la fe es la caridad, por lo que “resfriándose la caridad, muere la fe, así como muere el cuerpo apartándose de él el alma”.

Lo que cuenta, decía San Pablo, es “una fe activa por el amor” (Gal 5,6), no una fe puramente ideológica, abstracta, sino un dinamismo que transforma la vida y que lleva a secundar los pasos que conducen a la cruz: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”.

Incluso en la amargura del sufrimiento, el creyente experimenta el dulce consuelo de Dios: Él “arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida” (Sal 114).

Guillermo Juan Morado.

21 comentarios

  
luis
Se pierde y se gana, pero no en el mismo plano.
En cierto modo, no se gana nada, porque Dios no sirve para nada.
Se "es ganado", en voz pasiva

Sub specie paradoxae.
12/09/09 4:44 PM
  
luis
¿Es buena la novela Pater? La tengo en la biblioteca hace dos años, pospuesta por la lectura de los Sermones Parroquiales anglicanos, por cierto muy superiores a los de las congregaciones mixtas (le bajó el nivel con la conversión, jajaja).
12/09/09 4:47 PM
  
Norberto
No siempre se experimenta,en la renuncia,en el despojo,la dulzura de Dios,hay muchos "getsemaní",hay muchos "Dios mío por qué me has abandonado".
Pero eso forma parte de la fe fortalecida "en el crisol",esto se sabe,basta leer el evangelio,pero se experimenta a posteriori,por lo que la renuncia debe hacerse "sin garantías".
Decía el beato obispo D.Manuel González,que en el seminario le enseñaron a soportar el desprecio del mundo y de los hombres,pero no le enseñaron al desprecio producido ad intram ecclesiam.
12/09/09 5:43 PM
  
Luis Fernando
Es muy buena. No una obra maestra, pero muy buena. Algunos diálogos doctrinales son ciertamente agudos.
12/09/09 6:10 PM
  
Pedro-1
¿Por qué al encontrar la fuente de vida no se gana nada en cierto modo?

¿Por qué la entrada en el reino de Dios; es decir, el acceso al amor verdadero, a la paz auténtica, a la alegría que nadie puede quitar no supone, en cierto modo, una ganancia para el hombre?

Dios no sirve para nada. ¿Y el hombre?

¿Por qué es Jesús el "Hijo del hombre"?
12/09/09 6:32 PM
  
Guillermo Juan Morado
Sí, es una buena obra.
12/09/09 6:40 PM
  
Yolanda
Ya sabe que sigo todas sus homilías. Y que siempre me han venido muy bien. Ésta, como siempre, muy edificante.

me quedo en particular con esta reflexión utilísima para mí (bueno, para todos):

""Las aspiraciones de triunfo, de éxito, de dominio son incompatibles con la vocación última del hombre, que no es otra que la llamada al amor. La renuncia al egoísmo supone una “pérdida”, porque debemos dejar atrás el inmoderado y excesivo amor a nosotros mismos. Pero esta pérdida constituye la verdadera ganancia""

Y el salmo de este domingo, ya se lo comenté, creo, que es de esos que se fijan en la infancia y se convierten en una oración que acompaña de por vida.

Muchas gracias, como siempre.
12/09/09 6:53 PM
  
Norberto
Yolanda
¿Qué tal con el libro que te envié?
12/09/09 7:23 PM
  
Yolanda
Cuanto tiempo sin verte. Pues confieso no haberlo empezado, pero no por falta de interés (si no, ni habría pedido consejo al respecto). Esque esta mala costumbre mía de leer no menso de tres libros al mismo tiempo tiene la desventaja de que parece que una se eterniza.

Pero con toda seguridad lo leeré. Además, vista mi experiencia de este verano en que me he excedido cpn el número de lecturas simultáneas, me he propuestoi disciplinarme y leer, tan pronto acabe las lecturas actuales, los libros de uno en uno (como mucho de dos en dos).

Hacía tiempo que no se te veía por aquí. Espero que todo te esté yendo bien.
12/09/09 7:33 PM
  
luis
Pedro-1, Dios no sirve para nada, porque no sirve a nada.
El hombre sí, es metafísicamente "servidor", esa es su esencia constitutiva, ancillar.

Y sí, el Reino de los Cielos es una ganancia, pero no la "gana" el hombre. El hombre "es ganado" por el Reino, cuando se pierde. Quien quiera ganar su vida o en su vida, se perderá. Para ganar hay que estar dispuesto a perderlo todo, a sí mismo, incluso a "Dios", por Dios.

Sub specie paradoxae.
12/09/09 8:18 PM
  
Flavia
Para Norberto.

Muy sabio lo que dices. Entre otras cosas, que la renuncia debe hacerse gratis.

Me has hecho pensar en la Noche oscura de mi querido san Juan de la Cruz. Mientras estás en la Noche, lo único que te parece es que Dios te ha abandonado, los amigos desamparado, todos tus esquemas rotos, " todo del revés " como dice el Santo. Es verdad que Dios te da en esos momentos el amor de fortaleza, pero tú no sientes sino muy de vez en cuando ramalazos que te dicen que vas bien, aunque no te lo crees.

Por eso la Amada llama " dichosa " a la Noche, pero cuando ya la ve pasada: " Noche que juntaste. "

Todo esto para llegar a lo que deseo afirmar: hemos de confiar en Dios a ciegas porque no siempre entendemos sus planes. Si lo hacemos así, llegará un momento en que veremos clarísimo... y estaremos preparados para la siguiente Noche: otro peldaño hacia " arriba ".
12/09/09 9:00 PM
  
Norberto
Yolanda
He estado de viaje,y no he hecho nada por tener conexión a Internet...¡he descansado!.
Feliz reencuentro.
12/09/09 9:27 PM
  
Norberto
Flavia
El abandono en Dios es la mayor prueba de amor,pero si no es con su gracia resulta imposible, o degenera como ha ocurrido en la Iglesia p.e. jansenistas,etc.

Sin embargo permíteme,querida consagrada, disentir,(bueno no es tanto,ya verás) en el sentido posicional, yo prefiero seguir a Ch. de Foucauld y abajarme en lugar de subir.

Es lo que hizo Jesús,"se despojó de su rango",incluso "descendió a los infiernos", pero Dios "hace la herida y pone la venda"; no obstante es una prueba, que cuando se repite, deja tambaleando el alma, aunque con una sensación de que, pese a todo, uno está en las manos de Dios.
12/09/09 9:39 PM
  
Guillermo Juan Morado
se experimenta a posteriori,por lo que la renuncia debe hacerse "sin garantías".


________________


Sí, estoy de acuerdo. Pero incluso antes de la "experiencia" Dios está, aunque no tengamos más experiencia de su presencia que su aparente ausencia.
12/09/09 9:49 PM
  
Norberto
"su aparente ausencia."

Ausencia sin consuelo,ausencia sin luz al final del túnel,ausencia sin argumentos,sin razones,sin composiciones de lugar.

Presencia solo en y por la fe, "aunque camine por cañadas oscuras nada temo" se reza,pero no se siente creerlo;sin embargo en un rincón del corazón, casi sin convicción y sin ganas se oye decir "Confía",y,con eso,solo con eso se continúa el camino.

Por cierto P. Guillermo ,gracias por el post.
12/09/09 10:01 PM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias a los lectores, que animan a seguir con el blog.
12/09/09 10:02 PM
  
Flavia
Norberto, mi " arriba " se refería a la caza de amor ( metáfora preciosa ) de San Juan de la Cruz.

Dije: no habrá quien alcance.
Y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le dí a la caza alcance.

Yo hablaba de peldaño, porque el vuelo del halcón me parece muy difícil...
12/09/09 10:08 PM
  
Norberto
Flavia
Ya lo sabía, era por enredar...y picarte,con buena intención, con animus jocandi.Gracias.
12/09/09 11:35 PM
  
Pedro-1
Luis, gracias por tu explicación.
13/09/09 12:19 AM
  
luis
Pedro-1, explico mejor el tema, si te interesa, aquí, en un blog de amigos (allí soy ludovicus):
http://caminante-wanderer.blogspot.com/
13/09/09 12:45 AM
  
Yolanda
Norberto:

sobrecoge tu comentario de las 22:01 . El abandono en Dios en el completo desconsuelo es un consuelo en sí mismo. Sin pedir garantías, sin esperar más, Ya consuela el abandono. El salmo de mañana dice "Invoqué el nombre del Señor".y en ese momento ya se recupera la esperanza. "Alma mía,recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo", se puede decir en plena noche de desconsuelo, y el alma recobra la calma.
13/09/09 1:16 AM

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