InfoCatólica / Tal vez el mundo es Corinto / Categoría: Evangelizar

19.12.13

20 Sorbos de Evangelii Gaudium (2)

Textos inspirados e inspiradores de nuestro Papa Francisco, en el lenguaje de los tuits.

Propongo que, más allá de consideraciones de gusto o preferencia eclesial, todos meditemos y aprovechemos lo mucho aprovechable que hay en estas palabras del Sucesor de Pedro.

He preparado varias series de estos palabras. La primera fue publicada aquí. Para dar tiempo de reflexión, me propongo ofrecerlos en porciones digeribles de a veinte en veinte.

EvGa21 También el papado y las estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión pastoral. (32)

22 Una pastoral misionera no se obsesiona por transmitir una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. (35)

23 En sí misma, la misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella pertenece volcarse en otros y… socorrer. (S. Tomás) (37)

24 Es necesaria una adecuada proporción [al predicar]. Ésta se advierte en la frecuencia con la cual se mencionan algunos temas. (cf. 38)

25 El Evangelio invita a responder al Dios amante que nos salva. ¡Esa invitación en ninguna circunstancia se debe ensombrecer! (39)

26 No deben quedar dudas que debiliten este mensaje: Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio» (48)

27 Prefiero una Iglesia accidentada por salir a la calle, antes que enferma por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. (49)

28 No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. (49)

29 No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. (53)

30 Perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado mientras las vidas truncadas nos parecen un espectáculo. (cf. 54)

31 El Papa ama a todos, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres. (58)

32 La inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. (60)

33 [El relativismo] percibe a la Iglesia como si promoviera un prejuicio particular y como si interfiriera con la libertad individual (cf. 64)

34 La sociedad de la información termina llevándonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales. (64)

35 El matrimonio tiende a ser visto [hoy] como gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier manera. (66)

36 El aporte indispensable del matrimonio a la sociedad supera la emotividad y las necesidades circunstanciales de la pareja. (cf- 66)

37 Necesitamos reconocer la ciudad desde una mirada contemplativa, esto es, descubrir al Dios que habita en sus calles y plazas. (cf. 71)

38 Las casas y los barrios se construyen [hoy] más para aislar y proteger que para conectar e integrar. (cf. 75)

39 Nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor (76)

40 Reconozco que necesitamos crear espacios motivadores y sanadores para los agentes pastorales. (77)

3.12.13

20 Sorbos de Evangelii Gaudium (1)

Textos inspirados e inspiradores de nuestro Papa Francisco, en el lenguaje de los tuits.

Propongo que, más allá de consideraciones de gusto o preferencia eclesial, todos meditemos y aprovechemos lo mucho aprovechable que hay en estas palabras del Sucesor de Pedro.

He preparado varias series de estos palabras. Para dar tiempo de reflexión, me propongo ofrecerlos en porciones digeribles de a veinte en veinte.

EvGa01 El gran riesgo del mundo actual, con su oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro. (cf. 2)

02 No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida! (3)

03 Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. (6)

04 La alegría se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz de ser infinitamente amado. (cf. 6)

05 La sociedad tecnológica ha multiplicado las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la alegría. (#PabloVI) (7)

06 No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con una Persona (#BXVI) #Ev Ga (7)

07 Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos (8)

08 Si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros? (8)

09 La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. (10)

10 Los que más disfrutan de la vida son los que se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. (10)

11 La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión. (10)

12 Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos. (11)

13 La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir. (13)

14 No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos. (17)

15 No creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva y completa sobre todo lo que afecta a la Iglesia y al mundo (cf. 16)

16 Es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. (23)

17 Primerear: adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos, invitar a los excluidos. (cf. 24)

18 Toda renovación en la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial. (27)

19 Preocupación por evangelizar en lugares más necesitados; salida hacia las periferias o hacia nuevos ámbitos socioculturales… (cf. 30)

20 [Estoy] abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle. (32)

24.04.13

La Guerra Semántica, (I)

Introducción

En Marcos 1,23-26 encontramos un comportamiento extraño del demonio:

[Jesús] estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.

Hay varias cosas qué destacar en esos breves versículos.

Quienes quieren interpretar lo diabólico como fruto de la mentalidad precientífica propia del tiempo de Jesús tienen un serio escollo aquí. Ese hombre de la sinagoga no es un epiléptico. Su capacidad de interpretación o deducción no está empobrecida sino que sobrepasa lo que la gente “normal” ha podido saber de Jesús, ya que el endemoniado llama a Jesús “el Santo de Dios.” Este hecho no es un caso aislado: Marcos 1,34 comenta que el Señor “no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era El.” Esto lo dice el evangelista como una especie de regla general. Que alguien explique cuál es esa enfermedad mental contagiosa que le permite a la gente reconocer quién es Jesús.

DarknessOtra cosa que llama la atención es que el comportamiento del demonio resulta indescifrable a primera vista: ¿que gana con proclamar a Jesús como “Santo de Dios"? En Marcos 5,31, en el pasaje sobre otro endemoniado, el gadareno, leemos que este pobre le dice a Jesús: “¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes.” Eso es declararse vencido. ¿Termina ahí la intención del demonio?

Creo que la advertencia de Santiago 2,19-20 es útil en este punto: “Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril?” La advertencia del apóstol es clara: uno puede proclamar algo y desdecirlo, o peor aún, ridiculizarlo, luego con sus obras. La sola proclamación del señorío de Cristo no basta, porque puede ser el principio de una genuina profesión de fe, o el principio de una burla bien pensada.

Alguien comentaba que una de las expresiones que se repiten con más frecuencia en la televisión norteamericana, tanto de tipo “rosa” como la clasificada “para adultos” es el famoso “OMG!” o sea, “¡Oh, my God!” Imagina a una actriz porno repitiendo ese estribillo mientras realiza las peores aberraciones. Uno se da cuenta que la afirmación de que Cristo es Señor, o la invocación “¡Dios mío!,” quedan severamente envueltas en blasfemia si luego el corazón y la vida no son coherentes con las palabras.

Dicho de otro modo: aquellos endemoniados del Evangelio estaban en realidad contraatacando: sus palabras eran un insulto vestido en palabras verdaderas con aspecto de alabanza. Estamos ante un caso de una guerra semántica en que lo que se intenta destruir es la capacidad de las palabras para transmitir verdad y sobre todo, para revelar a Dios mismo. Este es un caso pero no es el único.

El llamado “matrimonio” homosexual

Varios autores han llamado la atención sobre el carácter “innovador,” en el peor sentido de la palabra, que tiene eso de llamar “matrimonio” a la unión entre homosexuales, sean hombres o mujeres. La primera víctima en la avanzada de la legislación en favor de ese uso novedoso del término matrimonio es precisamente el término mismo. Sobre esto he leído magníficos análisis pero pocos textos pueden compararse con las declaraciones de una activista pro-homosexual, Masha Gessen:

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4.02.13

El ABC de Evangelizar

predicador01a de 12 Están claras las cosas para los católicos: el que no está evangelizando, está siendo “evangelizado” por el mundo.
01b de 12 No hay entonces que formar a la gente sólo para que conozca su fe sino para que pueda defenderla y proponerla.
01c de 12 La palabra clave que hemos perdido los católicos, como comunidad de fe, es “militancia.” Pero se puede recuperar.

02a de 12 La apologética es importante pero no mucho más que para neutralizar ataques y preparar terreno.
02b de 12 Ningún católico debería salir a la calle sin claridad sobre cuáles son los ataques más frecuentes contra su fe
02c de 12 Un buen apologeta ve más allá de las discusiones. Su corazón busca el momento de proclamar el amor que le colma.

03a de 12 La palabra clave del comienzo en la vida cristiana es “encuentro.” Todo bien brota del encuentro con Cristo.
03b de 12 Las ideas claras, los valores altos, la liturgia solemne: todo cae en el vacío si no se puede decir: “Me amó y se entregó por mí.”
03c de 12 A Cristo se le conoce como Señor o sencillamente no se le conoce. No es, ni sabe ser, ni quiere ser otra cosa.

04a de 12 La evangelización que no pasa por el arrepentimiento sincero tampoco pasó nunca por el corazón.
04b de 12 Si el proceso de nueva evangelización no conduce al sacramento de la confesión tampoco conduce a vida nueva.
04c de 12 Al pecado no sólo hay que entenderlo, situarlo o contextualizarlo. Hay que detestarlo y superarlo.

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3.01.13

El eslabón fundamental

Es casi inevitable que suene pretencioso lo que voy a decir pero hay que decirlo. Estoy convencido de algo: el eslabón fundamental de la nueva evangelización y el motivo básico por el que nuestro Papa Benedicto XVI ha promulgado el Año de la Fe van a lo mismo: necesitamos sacerdotes renovados en su fe.

Seamos más precisos: las buenas iniciativas de evangelización mueren en cajones oscuros de despachos parroquiales y en lóbregos depósitos de venerables claustros conventuales. La ecuación es sencilla y va así: la inmensa mayoría de los católicos saben de los planes y proyectos de su Iglesia lo que puede saberse cuando van a su parroquia. En efecto, para conocer lo oscuro de la Iglesia o para desconocer lo luminoso de la Iglesia, se bastan y sobran los medios de comunicación, que saben que tendrán audiencia asegurada revolcando con morbo y difamación todo lo sucio de la Casa de Dios. Para eso no se necesita ir al templo.

sacerdote, eslabón fundamentalPero, en cambio: ¿En dónde puede un laico de a pie enterarse de que existe algo bello que se llama conversión, o que existe algo luminoso e inspirador que se llama santidad? Unos cuantos, que quizás debamos ver como afortunados, asisten regularmente a pequeñas comunidades surgidas de Movimientos Eclesiales. Ya se trate de carismáticos, neocatecumenales, focolares, o semejantes, estos bendecidos tendrán una imagen más amplia, justa y fresca de qué significa ser Iglesia. Sin embargo, si hablamos de porcentajes, es mucho mayor el número de los que, considerándose todavía conectados con su fe católica, no harán mucho más que ir como por inercia invencible a su parroquia, sin mucha claridad de qué se puede esperar o qué se puede aportar, además de la consabida limosna en la misa.

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