3.09.08

Complejidades del asunto del "hábito habitual"

La cacofónica expresión “hábito habitual” destaca en su repetición la paradoja del hábito de los religiosos (y religiosas) en nuestro tiempo. Por su misma designación, el “hábito” debería ser el vestido “habitual.” En el caso, por ejemplo, de nosotros los dominicos, ello implica el uso de la túnica, sujetada con cinturón y con un rosario; más el escapulario y la capucha. Nuestras Constituciones consideran que ese es el vestido natural (o sea, habitual) dentro del convento, mientras que para uso fuera del convento se supone que el Provincial debe decidir qué se hace, “respetando las leyes eclesiásticas.” (véase LCO 50 y 51).

A su vez, estas leyes eclesiásticas tienen su base ante todo en el canon 284 del Código de Derecho Canónico (CIC): “Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar.” Para los religiosos, específicamente leemos: “669 § 1. Los religiosos deben llevar el hábito de su instituto, hecho de acuerdo con la norma del derecho propio, como signo de su consagración y testimonio de pobreza. § 2. Los religiosos clérigos de un instituto que no tengan hábito propio, usarán el traje clerical, conforme a la norma del c. 284.

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19.08.08

Las otras cuestiones morales

Está visto que los temas de sexualidad despiertan un interés inmenso, que puede crear la falsa idea de que la moral es solo y siempre moral sexual. La verdad es que, como bien indica Santo Tomás en su prólogo a la Segunda Parte de la Suma, es moral todo aquello que hace relación a nuestro avance (o retroceso) en el camino de retorno a Dios. Y eso incluye muchas cosas.

Pienso por ejemplo en el asunto de los impuestos. Somalia es lo que en inglés llaman una “failed republic.” Tu sabes que el dinero se lo van a robar los del gobierno de turno. ¿Cuánto es obligatorio dar al fisco? ¿Qué tan grave es la falta de quien se decide a vivir sin pagar impuestos? Algo parecido, con algunas diferencias, sé yo que sucede en Paraguay, como me lo han dicho paraguayos mismos.

Otro ejemplo: la piratería. Una compañía gigante, digamos Microsoft, decide que no te vende sus productos sino que solo compras licencias para usarlos. Como el producto por el que pagas–y es bastante lo que pagas–no es tuyo, legalmente no puedes darlo a nadie: cada quien debe comprar su propia licencia, dice Microsoft. El problema está en que el precio de esa licencia lo determina unilateralmente quien diseña los programas, de modo que los márgenes de ganancia quedan también en el solo arbitrio, o casi en el solo arbitrio de ellos. Este modo de hacer las cosas priva automáticamente a millones de personas del acceso a esa tecnología. ¿Qué tan grave es tratar de romper sus mecanismos de control para que otros accedan a bajo precio, o gratis, a los mismos programas? Y el que tenga su ordenador libre de programas piratas, que tire la primera piedra.

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6.08.08

Lo que Roma puede hacer para liderar la unión entre los cristianos

Hay quienes piensan que prácticamente lo único que tiene que hacer Roma es esperar a que los demás cristianos se convenzan de sus muchos errores y vuelvan arrepentidos a la Plaza de San Pedro. Otros piensan que muy al contrario el Vaticano debe fortalecer su presencia en organismos multilaterales, como el Consejo Mundial de Iglesias, y hacer frente común con los demás, produciendo “hechos ecuménicos” reales.

Las dos tendencias admiten, en general, que la oración es necesaria, sólo que la primera insiste en que los católicos tenemos esencialmente la verdad, mientras que la segunda tendencia enfatiza en lo que no tenemos y sí podríamos aprender de otros, incluso desde un punto de vista doctrinal.

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2.08.08

Mírate en el espejo de Lambeth

Gene RobinsonQuienes piden reformas en la Iglesia Católica harían bien en ver si sus propuestas han sido puestas en práctica en otros lugares. Por ejemplo, suele hablarse del celibato como un freno cruel y severo a una multitud de vocaciones que vivísimamente anhelan recibir las órdenes pero que se sienten frenados únicamente porque su corazón tiene la realidad o la promesa de una unión afectiva estable con alguien. Pero si uno va a Alemania no ve que los luteranos estén desbordando a base de esas vocaciones–ni de otras.

Hay un ejército de entusiastas del proyecto de democratizar la Iglesia. Entre sus mentores está por supuesto Hans Küng, y en España la Asociación de Teólogos que usa el nombre de Juan XXIII suele ir por esa línea. Me pregunto: Estos amigos del proyecto democrático, ¿cómo leen los acontecimientos de la Conferencia de Lambeth? Para efectos prácticos el Anglicanismo es lo que ellos están pidiendo para la Iglesia Católica. Entre los anglicanos, según es bien sabido, el Arzobispo de Canterbury no tiene poder de jurisdicción real–ni nadie lo tiene, ni siquiera la misma Conferencia, pues las reglas cambian y finalmente es la persuasión y la votación lo que prima, de modo que si no logras que te aprueben algo en el 2008… hombre, un poco de paciencia, que ya saldrá para el 2018, si haces suficiente lobby. Así se ha adelantado la agenda gay, la ordenación de mujeres obispas.. and so on and so forth.

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28.07.08

Iglesia y Sexo: te apuesto a que lees esto

Los argumentos van de este orden:

A favor de Humanae Vitae:

Existe una ley natural, puesto que los seres creados no se han dado ley a sí mismos. Según esta ley, los fines procreativo y unitivo del matrimonio van juntos. La anticoncepción artificial supone un rompimiento voluntario con ese ordenamiento, y por ello es intrínsecamente inmoral, en cuanto a la naturaleza del acto conyugal mismo.

Además, la separación de lo procreativo y lo unitivo conduce–como lo estamos viendo–a la trivialización de la sexualidad, que queda reducida a un modo de entretenimiento y un objeto de comercio.

Además, la institución misma del matrimonio, que tiene como uno de sus constituyentes la intimidad conyugal, queda equiparada a cualquier forma de amistad con intercambio sexual que pueda darse entre adultos. En particular, el término matrimonio deja de significar unión estable entre hombre y mujer, y la puerta queda abierta no sólo a parejas del mismo sexo, sino en la práctica a cualquier forma de asociación entre adultos que logre reunir suficiente presión política sobre los cuerpos legislativos en los distintos países. Los grandes afectados por ese estado de cosas son, por supuesto, los niños.

Además, la mentalidad de anticoncepción a toda costa termina viendo en el niño a un enemigo, o en todo caso, como un obstáculo para una mentalidad que queda marcada por el disfrute a tope y a toda costa. No es raro que la anticoncepción frustrada, se le considere una fuente de “malestar mental” que automáticamente justifica el aborto.

Además, la idea misma de que el embarazo se puede controlar a base de anticoncepción artificial resulta contradicha por las estadísticas. Países con larga tradición de difusión de anticonceptivos y programas de supuesta “educación sexual” siguen teniendo tasas altísimas de aborto. De hecho, aborto y anticoncepción siguen creciendo más bien en paralelo.

En contra de la Humanae Vitae:

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