24.11.08

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar.....


Pon las tuyas a remojar. Así reza el refrán y no parece esta ocasión para ponerle pegas, visto lo que acontece por tierras Catalanas.

Si primero fueron las antenas de la COPE y Vocento, después vendrá Internet. Lo que desconocemos es el tiempo que tardarán, pero lo cierto y verdad es que ya andan dándole vueltas al magín sobre cómo hincarle el diente a la red.

El hecho queda demostrado con la publicación del libro de José María Carbonell, presidente del CAC, titulado «El primer poder». Como todos los engendros que produce el intervencionismo estatalista, se envuelve en papel de regalo para así colarlo como si fuera un bien, pero no es más que un Caballo de Troya que quiere acabar con la libertad de expresión.

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22.11.08

Cristo fuera de las aulas


Era cuestión de tiempo. Sólo hacía falta un juez adecuado que atendiese a sus súplicas. Y lo han encontrado.

Informa Libertad Digital que un juez ha sido favorable a las reclamaciones realizadas por La Asociación Cultural Escuela Laica, de Valladolid. El portavoz de dicha asociación se ha congratulado por la sentencia y en medio de un orgasmo de placer ha dicho que la misma ha sido «un triunfo de la higiene democrática» frente a una realidad «de otro tiempo, preconstitucional, basada en el nacional-catolicismo».

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21.11.08

Ni puedo ni quiero retractarme. Hie stehe ich

18 de Abril de 1.521, Fray Lutero se encuentra en Worms, ante el César Carlos; tiene la firme resolución de no retroceder ni un milímetro en sus posturas. Sólo la Sagrada Escritura, le podía convencer, pero claro, en la Biblia no había un solo argumento que le pudiese convencer de sus creencias.

La sala estaba muy concurrida. Además de españoles, había alemanes, representantes de otras naciones y gente del pueblo. Y el Emperador.

Tras un breve discurso que dejó impávidos a los príncipes germanos, el oficial o notario preguntó a Lutero si quería retractarse de los errores cometidos en sus libros. Fray Martín respondió:

Ya que vuestra Majestad sacratísima y vuestras señorías me piden una respuesta sencilla, la daré, sin cuernos ni dientes, en esta forma: Mientras no me convenzan con testimonios de las Escrituras o con razones evidentes – pero no creo en el Papa ni en los concilios solos, porque consta que erraron muchas veces y se contradijeron a sí mismos -, convencido como estoy por las Escrituras que yo he aducido y teniendo la conciencia prisionera de la palabra de Dios, ni puedo ni quiero retractar nada, pues no es prudente ni está en mi mano el obrar contra mi conciencia. Dios me ayude. Amén (Martín Lutero I, García Villoslada, ed BAC, 1976,pp. 567 – 568).

Otros historiadores cuentan que el discurso de Lutero fue más arrogante, soberbio, acabándolo de esta manera:

Ich kan nicht anders, hie stehe ich. Got helff mir. Amen.

Aquí estoy. Dicen los especialistas que dichas palabras no fueron dichas, pero que expresan el ánimo de Lutero. No tenía ninguna intención de reconciliarse con la Iglesia, rompiendo, definitivamente, la túnica inconsútil de Jesucristo.

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20.11.08

¿Luchar contra la prostitución? ¡Qué hipocresía!


Al salir este mediodía del trabajo, me he encontrado en el parabrisas con un folleto que anuncia la apertura de un nuevo negocio: una sala de espectáculos pornográficos en vivo.

No es que a estas alturas de la película uno se escandalice cual doncella pudorosa, no. ¿Acaso no le llaman el negocio más antiguo del mundo? Lo que sorprende, o no, es la doble moral en la que se encuentra instalada nuestra sociedad.

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19.11.08

Lo que dijo Lutero: Sola Fide


En este artículo no quiero tocar lo expuesto por el Santo Padre en el día de hoy respecto al tema de la Sola Fide, ya que el padre Guillermo lo ha explicado perfectamente y yo o bien lo estropearía o bien redundaría en lo mismo.

Sin embargo, si me gustaría centrarme en lo que dijo Lutero, porque la memoria es flaca y nos están intentando vender al monje agustino como lo que no fue.

El problema de la Sola Fide luterana está enmarcada en el descubrimiento que hizo fray Martín en Wittenberg (la famosa «iluminación de la torre» o Turmerlebnis). El agustino, llegó a la conclusión de que la concupiscencia es pecado formal, imputable, del cual no hay forma de liberarse por muchas buenas obras que se hagan, ya que todas ellas estarán corruptas de raíz por el pecado original.

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