Ayuda a la Iglesia Necesitada y los católicos chinos

La campaña de Navidad de este año de Ayuda a la Iglesia Necesitada, de la cual la COPE hace de altavoz, va dirigida a proporcionar ayuda a la Iglesia que peregrina en China.

La situación de nuestros hermanos en China es soportable sólo desde la fe en Jesucristo. Cristo es nuestra esperanza (1 Tim 1,1). Como enseña S.S. Benedicto XVI en la Spe Salvi, en Cristo «se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino». Ésta es la clave interpretativa que permite comprender como es posible que nuestros hermanos puedan soportar los rigores de un régimen totalitario, frente al cual, todo Occidente se complace.

Ya se sabe, la ética, en muchas ocasiones, llega hasta la cartera. Mientras la China aparezca como un gran mercado, al cual podamos hacer llegar nuestros productos, llenándonos la andorga, todo estará bien.

La Iglesia china es una Iglesia pobre, que pasa penurias. Es también una Iglesia que está marcada con las llagas de Cristo. Un ejemplo lo tenemos en el difunto obispo de Yongnian, Moseñor Juan Han Dingxian, que pasó 35 años en prisión.

La Iglesia en China se encuentra en la clandestinidad, perseguida por causa del Evangelio. Sus miembros viven en un sistema totalitario, asfixiante, una sociedad muerta, donde el aborto es obligatorio por ley – no se puede tener más de un niño -: el ateísmo ha destrozado al hombre. A la Iglesia católica china se le puede aplicar aquella estrofa del Salmo 117 que dice:

Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

La Iglesia católica china es una porción del pueblo de Dios, confiada a su Obispo que, junto con sus presbíteros, cuidan de ella. La Iglesia una, santa, católica y apostólica está presente en esta Iglesia particular (Christus Dominus 11)

Nosotros no nos encontramos en la situación que nuestros hermanos chinos, sin embargo la Iglesia sufre al ser Una. Formamos el mismo Cuerpo Místico de Cristo, que vive de la Eucaristía. Estamos unidos a nuestros hermanos chinos bajo el gobierno del Santo Padre Benedicto XVI: su dolos no nos puede ser ajeno.

La campaña promovida por AIN es muy importante. Necesitan de nuestra ayuda material y espiritual, con dinero y oraciones, para vivir, comprar Biblias, rosarios, formar sacerdotes..

Nuestra ayuda es fundamental.

Unámonos a la campaña de AIN para esta Navidad, para que nuestros hermanos chinos sientan la cercanía y el cariño del resto de los católicos.

Y pidamos fervorosamente a Nuestra Señora, en su advocación de la Esperanza, para que interceda por la Iglesia que peregrina en China, y que por fín pueda verse libre del yugo comunista.

p.s.Si quiere colaborar con esta Ayuda a la Iglesia Necesitada, el número de cuenta al que debe dirigir su aportación es 00492674562014343911, entidad Banco Santander

1 comentario

  
Bruno
Me ha gustado especialmente la frase: "La Iglesia china es una Iglesia pobre, que pasa penurias. Es también una Iglesia que está marcada con las llagas de Cristo. "

Ayudemos a nuestros hermanos con nuestro apoyo material y con nuestra oración.
19/12/08 3:37 PM

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