Sanctus Ioseph (a pesar de los impíos)
San José, patrono de la Iglesia Universal, si hay un santo por excelencia, es el castísimo esposo de María.
Me contaba mi padre, recordando sus años en la Adoración Nocturna, que los viejos adoradores decían a los devotos del pater putatibus de nuestro Señor, en su última hora los asistía en su última hora llevándolos amorosamente a la presencia de Nuestro Señor. Igual que hizo con su hijo, que no lo era, lo hace con sus devotos en el último momento de nuestra vida terrestre.
No me pregunten por qué lo hace con sus devotos y no con todos: eso es un misterio de la piedad popular, que no por ser popular es menos teológica, ni menos verdadera.
La suerte del Patriarca ha corrido de la misma manera que la de todos los santos de la Iglesia, pero quizás por ser él quien fue, por tener a quien tuvo entre sus brazos, por trabajar para sustentar a la Virgen y al Niño, la decadencia es aún más terrible.