InfoCatólica / Fides et Ratio / Archivos para: Septiembre 2010

21.09.10

20.09.10

La descomposición del catolicismo, por Louis Bouyer (II)

En otras épocas los cristianos católicos, aun sin lograr cristianizar de arriba abajo las instituciones sencillamente humanas en que se encuadraban, conseguían en conjunto introducir en ellas una cierta purificación, y hasta una elevación incontrovertible Sea lo que fuere lo que se piense del imperio de Constantino y de sus sucesores, era ciertamente mejor, por no decir más, que el de Nerón o de Cómodo. El caballero medieval, sin ser un modelo acabado, manifestaba virtudes que ciertamente no poseían los reitres bárbaros que le habían precedido. Y el humanista cristiano del renacimiento, pese a sus propias limitaciones, hacía enorme ventaja a sus colegas no cristianos.

¿Es pura casualidad el que en nuestros días el hecho de entrar los cristianos, y especialmente los católicos, en los marcos del mundo contemporáneo, parezca hacer más llamativos los defectos que se observaban anteriormente, si no es que todavía añaden ellos algo por su cuenta? Lo que se dice de la prensa o de la información en general ¿no es sencillamente el equivalente de lo que se puede observar en los partidos políticos o en los sindicatos cuanto entran en ellos los católicos? Ya se trate de los «ultras» en el PSU, de la Action Française y el MRP, por no hablar de otros países, del Zentrum germánico de la democracia cristiana italiana o del «revolucionarismo» católico de América del Sur, es difícil librarse de la impresión de que los partidos de signo clerical, inscríbanse a la derecha, a la izquierda o en el centro, se sumergen muy pronto en el irrealismo, el espíritu maniobrero de camarilla, el verbalismo huero o la violencia brutal que son defectos comunes a los partidos modernos y que tales partidos, a menudo, alcanzan los límites de lo grotesco y de lo odioso. Lo mismo se diga de los sindicatos: colonizados por los católicos parecen no tener ya otra alternativa que la de elegir entre el servilismo de los «amarillos» o la demagogia de los «rojos» particularmente frenéticos.

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19.09.10

Obispo Williamson al ataque: más sobre la regularización de la FSSPX/SSPX

Fuente: Secretum meum mihi

COMENTARIOS ELEISON 166 (18-IX-2010): LA DOCTRINA – ¿POR QUÉ? II

Doctrina, o enseñanza, pertenece a la esencia misma de la Iglesia Católica. Las almas deben primeramente ser enseñadas en el cómo llegar al Cielo, o nunca podrán llegar allá. “Id y enseñad a todas las naciones” están dentro de las últimas instrucciones dadas por Nuestro Señor a sus Apóstoles (Mateo XXVIII, 19). Esa es la razón por la cual la lucha heroica del Arzobispo Lefebvre por la Tradición Católica (1970-1991) fue inicial y primordialmente doctrinal.

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18.09.10

La descomposición del catolicismo (I), por Louis Bouyer

Había, pues, llegado, y de sobras la hora de recordar, primeramente, que la jerarquía es un ministerio, es decir, un servicio, puesto que representa entre nosotros a aquel que, siendo el Señor y el Maestro, al encarnarse no quiso adoptar sino el puesto y la función de servidor. Como lo ha mostrado muy bien el padre Congar, no bastaba siquiera con decir que las funciones sagradas debían ejercerse con espíritu de servicio (esto se había dicho siempre, por lo menos con la lengua), sino que había que volver a descubrir que son realmente un servicio. Si no era suficiente para ello la lectura del Evangelio, de las cartas de san Pablo y de san Pedro, no había más que leer la carta de san Gregorio Magno al patriarca de Constantinopla.

Y así como en la Iglesia los cabezas mismos, comenzando por los más elevados, no podrían apuntar más alto que a ser «servidores de los servidores de Dios», importaba reconocer que la Iglesia entera en el mundo está llamada a servir a la humanidad y no a dominarla (aunque fuera «para su bien» supuesto)

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17.09.10

La Madre de Dios, la Madre María de la Purísima, el Estadio Olímpico y más preguntas.

Mañana, Deo volente, culminará la causa de la beatificación de la Madre María de la Purísima, hermana que fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz en el año 1.977, con la proclamación de la misma como Beata.

Para dicho acto, los delegados diocesanos Luis Rueda Gómez, Maestro de Ceremonias de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla y Francisco Muriel Rivas elevaron la petición al Hermano Mayor de la Macarena de trasladar a la Virgen de la Esperanza para que presidiera el altar montado al efecto en el Estadio Olímpico, petición que fue atendida por el Hermano Mayor y su Junta de Gobierno.

Evidentemente, la beatificación de la Madre María de la Purísima es una enorme alegría para la Archidiócesis de Sevilla. Pero de esta felicidad que nos embarga, no impiden que me surjan preguntas en torno a este proceso de beatificación mañana quedará finiquitado, a la espera de la canonización de la Madre María de la Purísima. No todo el monte es orégano. Hay cosas que mis humildes entendederas no llegan a comprender.

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