InfoCatólica / Fides et Ratio / Archivos para: Febrero 2010

21.02.10

Rectificación del post anterior, con aclaración incluida.

Al buzón de nuestro Director, llega el siguiente mensaje:

Sr. Director, no le escribo para que publique mi breve comentario en su prestigiosa web, sino para manifestarle mi desacuerdo con la última reseña que en el blog Fides et ratio publica su colaborador Don Isaac García Expósito, acerca de un concierto de la Banda Municipal de Sevilla en la Parroquia de El Cerro del Águila.

El autor de la reseña, manifiesta su pesar porque la Hermandad haya permitido tal espectáculo que el considera impropio e incluso blasfemo, afirmando que el acto lo organizaba la corporación.

Pero el Sr. García Expósito ni siquiera se ha molestado en preguntar a la Hermandad (que tiene correo corporativo en su web para contactar con ella) si ha tenido algo que ver con la organización. Y le puedo asegurar como miembro de su Junta de Gobierno que ni la Hermandad ha organizado este evento, ni ha colaborado, ni le han preguntado si le parecía bien o mal que en un momento del concierto se realiza ese baile; el hecho de tener como fondo el concierto a nuestros Sagrados Titulares debe al montaje del altar para los próximos cultos, no evidentemente como escenario al uso.

El problema es que el indocumentado Sr. García Expósito lanza sus exabruptos contra la Hermandad, y ahora el daño ya está hecho gratuitamente.

Por ello le solicito que transmita mi hondo malestar por esta cuestión a su colaborador, solicitándole como reparación que el Sr. García Expósito, cuya opinión sobre el acto respeto obviamente, al menos aclare en un siguiente comentario que de forma errónea ha imputado a la Hermandad unos hechos sobre los que no tenía ni conocimiento ni poder de decisión.

Sin otro particular, atte.:
XXXXXXXXXX

Leer más... »

20.02.10

Blasfemia en Sevilla

Esto ocurrió en Sevilla, en la Parroquia de los Dolores del Cerro del Águila, el pasado miércoles de Ceniza.

En la misma, un histrión, vestido con el hábito morado - imitando la túnica morada de los Nazarenos -, se marca un baile - dantesco - a los sones de Virgen del Valle, interpretada además, por la Banda Municipal de Sevilla, una banda que ya sólo sale de oficio durante la Semana Santa, pero que, sin embargo, se presta a estas bufonadas blasfemas.

¿Por qué se permitió esta danza en la Parroquia?

Leer más... »

19.02.10

Fabricando una nueva Iglesia

Nuestro Padre Dios nos ha dado, con el Orden sacerdotal, la posibilidad de que algunos fieles, en virtud de una nueva e inefable infusión del Espíritu Santo, reciban un carácter indeleble en el alma, que los configura con Cristo Sacerdote, para actuar en nombre de Jesucristo, Cabeza de su Cuerpo Místico. Con este sacerdocio ministerial, que difiere del sacerdocio común de todos los fieles esencialmente y no con diferencia de grado, los ministros sagrados pueden consagrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ofrecer a Dios el Santo Sacrificio, perdonar los pecados en la confesión sacramental, y ejercitar el ministerio de adoctrinar a las gentes, in iis quæ sunt ad Deum, en todo y sólo lo que se refiere a Dios.

Por eso el sacerdote debe ser exclusivamente un hombre de Dios, rechazando el pensamiento de querer brillar en los campos en los que los demás cristianos no necesitan de él. El sacerdote no es un psicólogo, ni un sociólogo, ni un antropólogo: es otro Cristo, Cristo mismo, para atender a las almas de sus hermanos. Sería triste que el sacerdote, basándose en una ciencia humana —que, si se dedica a su tarea sacerdotal, cultivará sólo a nivel de aficionado y aprendiz—, se creyera facultado sin más para pontificar en teología dogmática o moral. Lo único que haría es demostrar su doble ignorancia —en la ciencia humana y en la ciencia teológica—, aunque un aire superficial de sabio consiguiese engañar a algunos lectores u oyentes indefensos.

Es un hecho público que algunos eclesiásticos parecen hoy dispuestos a fabricar una nueva Iglesia, traicionando a Cristo, cambiando los fines espirituales —la salvación de las almas, una por una— por fines temporales. Si no resisten a esa tentación, dejarán de cumplir su sagrado ministerio, perderán la confianza y el respeto del pueblo y producirán una tremenda destrucción dentro de la Iglesia, entrometiéndose además, indebidamente, en la libertad política de los cristianos y de los demás hombres, con la consiguiente confusión —se hacen ellos mismos peligrosos— en la convivencia civil. El Orden Sagrado es el sacramento del servicio sobrenatural a los hermanos en la fe; algunos parecen querer convertirlo en el instrumento terreno de un nuevo despotismo.
Es Cristo que pasa, 79. San Josemaría Escrivá de Balaguer.

17.02.10

16.02.10