Ruina

En España estamos rozando los 4’7 millones de parados. Según el Banco de España, el 40 % de estos parados viven en hogares donde ningún miembro está trabajando.

La situación es escalofriante.

Una de las medidas que ha adoptado el gobierno es eliminar la ayuda de los 426 euros a los parados de larga duración. Yo me pregunto qué será de aquellas familias que se encuentran en la indigencia, arruinadas, esas familias que los economistas desconocen, pero a las que en Cáritas se les pone nombres y apellidos. Claro, hay que reducir déficit, etc. Pero, ¿y el déficit moral?

Este fenómeno de lisis – no crisis – no tiene causas económicas. Lo material es importante sí, pero la política es la que rige la economía. Y sobre la política se encuentra la moral: éste es el verdadero problema de las sociedades liberales.

El gobierno de Aznar atajó el problema material – y le damos las gracias por ello -, pero olvidó el verdadero problema, el moral.

Todo no puede quedar al libre juego de la concurrencia. El Papa Pío XI, para escándalo de unos y otros, escribió lo siguiente en la Encíclica Quadragesimo Anno:

88. Queda por tratar otro punto estrechamente unido con el anterior. Igual que la unidad del cuerpo social no puede basarse en la lucha de “clases", tampoco el recto orden económico puede dejarse a la libre concurrencia de las fuerzas.

Pues de este principio, como de una fuente envenenada, han manado todos los errores de la economía “individualista", que, suprimiendo, por olvido o por ignorancia, el carácter social y moral de la economía, estimó que ésta debía ser considerada y tratada como totalmente independiente de la autoridad del Estado, ya que tenía su principio regulador en el mercado o libre concurrencia de los competidores, y por el cual podría regirse mucho mejor que por la intervención de cualquier entendimiento creado.

Mas la libre concurrencia, aun cuando dentro de ciertos límites es justa e indudablemente beneficiosa, no puede en modo alguno regir la economía, como quedó demostrado hasta la saciedad por la experiencia, una vez que entraron en juego los principios del funesto individualismo.

Es de todo punto necesario, por consiguiente, que la economía se atenga y someta de nuevo a un verdadero y eficaz principio rector. Y mucho menos aún pueda desempeñar esta función la dictadura económica, que hace poco ha sustituido a la libre concurrencia, pues tratándose de una fuerza impetuosa y de una enorme potencia, para ser provechosa a los hombres tiene que ser frenada poderosamente y regirse con gran sabiduría, y no puede ni frenarse ni regirse por sí misma.

Por tanto, han de buscarse principios más elevados y más nobles, que regulen severa e íntegramente a dicha dictadura, es decir, la justicia social y la caridad social. Por ello conviene que las instituciones públicas y toda la vida social estén imbuidas de esa justicia, y sobre todo es necesario que sea suficiente, esto es, que constituya un orden social y jurídico, con que quede como informada toda la economía.

Y la caridad social debe ser como el alma de dicho orden, a cuya eficaz tutela y defensa deberá atender solícitamente la autoridad pública, a lo que podrá dedicarse con mucha mayor facilidad si se descarga de esos cometidos que, como antes dijimos, no son de su incumbencia.

La ley de la oferta y la demanda es mitología. Los cambios están sujetos a las leyes morales porque son dos personas las que intercambian, no dos ideas. Como bien escribe Leonardo Castellani, «la economía política no puede ser llevada «científicamente» sino a la luz de los principios morales, o sea de la esencia misma de la especie humana».
Y eso es lo que falla en España. Nuestra sociedad está patas arriba. Es macabro que los ídolos en España sean mozalbetes que ganan un dineral y cuyo único oficio sea darle patadas a un balón. Irresponsables en la escala social. No es de sentido común que en España los albañiles hayan ganado más que los ingenieros. Y que haya una masa tan grande de universitarios, aspirantes a un título que no les valdrá para nada.

Aborto, hipersexualismo, divorcio, educación pauperizada, falta de autoridad, individualismo exacerbado y así hasta completar una larga lista de destrozos realizados en el cuerpo de la moral, individual y social, efectos de un liberalismo, de uno y otro sentido, aplicado en forma de ingeniería social.

¿Hemos llegado al colapso? Espero que no. Pero se me hace muy difícil imaginar cómo será la situación el año que viene con una masa de parados crecientes, y de familias que no lleguen al mínimo de subsistencia. Tampoco se otea en el horizonte un gobernante capaz de llevar las riendas de la nave, al menos en la forma que necesita.

Recauchutadores sí. Políticos no.

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12 comentarios

  
Joaquín
La crisis que estamos atravesando es una oportunidad para sentirnos más cerca de tanta humanidad que pasa hambre sobre la tierra.
04/12/10 6:02 PM
  
Atilano
Al leerte lo de «lisis, no crisis», me he acordado del lema de esta banda: «solve & coagula».
04/12/10 8:07 PM
  
rojobilbao
La ruina moral no viene derivada del laissez-faire, inexistente en el mundo y especialmente en España, sino del relativismo. Cierto es que en numerosísimas ocasiones el relativismo moral ha ido de la mano del liberalismo, pero en especial ha sido debido a una mezcla absurda de relativismo y tolerancia. Se debe ser tolerante, sin ser en absoluto relativista.

Y hay que decir que el problema no mana del liberalismo, sino de de aquellos que no creyendo en él, se basan en sociedades con tintes liberales para gobernar y hacer de su capa un sayo.
04/12/10 9:39 PM
  
Ricardo de Argentina
Entiendo que el pasaje de la Quadragesimo Anno que mencionas es un anatema al RICO evangélico, quien, sabedor de que es mundanamente "ganador", rechaza los condicionamientos morales y, como el acopiador de cereales necio de la Parábola, se propone disfrutar de la vida sin complejos.

A eso nos ha llevado el liberalismo, éso es el liberalismo iluminista. Y toda la parafernalia máquino-tecnológica que nos invade y -fuerza es reconocerlo - también disfrutamos, es una consecuencia de haber buscado CON EXCESIVO ENFASIS MATERIALISTA cosas que, en un contexto mínimamente moral, hubiesen sido buenas, aceptables.

Ejemplos : la mortalidad infantil. Primero se la combatió encarnizadamente pero cuando se la ha disminuido a niveles ínfimos, aparecen el aborto y el suicidio.

Otro: el legítimo deseo de perfeccionarse en los estudios -que implica conocimiento de la propia capacidad y de las necesidades de la sociedad- ha devenido en especulación acerca de las supuestas retribuciones económicas que habría de corresponder al estatus profesional. En vez de ver cómo puedo yo servir mejor, invierto los términos. El resultado es una legión de graduados buscando trabajo.

Otro : la mecanización tecnológica. Cuando se la ha llevado a extremo de reemplazar al hombre en nombre de la comodidad y la eficiencia, la desocupación hace tambalear el edificio político.

¡¡¡ Y la desocupación se pretende combatir con el aborto y la destrucción de la familia!!! Demostración de que la raíz de todo este proceso "civilizado" ("civilización salvaje", solía decir Castellani) está profundamente podrida, es in-moral.

¿Vendrá el colapso? Yo no lo sé, pero de lo que estoy seguro es que esta a situación que padecemos, el liberalismo demócrata (que es el principal responsable) no sólo que no la podrá corregir sino que, consecuente con sus principios, sólo podrá empeorarla.

(Perdón Isaac por la extensión)
05/12/10 3:07 PM
  
Isaac García Expósito
rojobilbao: yo también pensaba que se podía desgajar el tema económico del moral, pero a medida que he ido profundizando sobre la cuestión, las conclusiones me llevaban en otro sentido.

Y sí, el relativismo tiene como fuente el liberalismo. El laissez - faire es un mito. Si la comprensión del liberalismo se reduce a una mera consecuencia de la virtud de la justicia, entonces estamos poniendo el mismo nombre a cosas distintas.

05/12/10 4:30 PM
  
rojobilbao
El liberalismo cuando no va de la mano de un sistema moral serio y congruente (qué mejor que el catolicismo) es un buen sistema poblado por malos hombres. Se debe trabajar el tema de la moral mientras se debe exigir que el modo de gobierno disponga de ciertas leyes inmutables que garanticen las libertades como la de la propiedad, la vida y la práctica religiosa, porque si no va acompañado de esas mismas libertades, nos hayamos ante una dictadura, que sea del signo que sea no es sino un sistema maligno.

Disponiendo de esas leyes intocables, trabájese el resto de las leyes como deseen las mayorías. Pero si el liberalismo se acompaña de carta blanca legislativa, llegamos a los errores actuales, donde matar bebés es legal, matar ancianos es dar una muerte digna y donde la mitad de tu sueldo puede serte confiscada por el "bien común" que consiste en subvencionar cine, abortos, el sueldazo de los controladores o los políticos y todas las chorradas que se os puedan ocurrir.
05/12/10 8:46 PM
  
Ricardo de Argentina
Rojobilbao, ¿desde cuándo una dictadura es un "sistema maligno"?
Dictadura, que no tiranía.
Dictadura, que consiste en un gobierno fuerte que, frente a situaciones graves (p.ej. vuestra Guerra Civil) es deseada y promovida por todo el pueblo como la mejor manera de propender al Bien Común y conservar el orden.



06/12/10 1:20 AM
  
rojobilbao
La dictadura es un sistema maligno porque se legisla y gobierna según los deseos de unos, no de la totalidad. Porque los adultos sujetos a las normas nada tienen que decir frente a aquellas y porque si todo el pueblo la desea, basta con alzar a dicho gobernante democraticamente.

En nuestra guerra civil, el alzamiento estuvo más que justificado, la dictadura no. Terminada la contienda, en el país debiera haber sido reinstaurada una democracia (republicana o monárquica).
06/12/10 9:35 AM
  
Isaac García Expósito
rojobilbao: una dictadura no coincide conceptualmente con una tiranía. La tiranía se parece más a la anarquía. En la tiranía se hace la voluntad de uno sólo, en la anarquía la de muchos. La dictadura no es un sistema maligno, vea por ejemplo el caso de la Roma republicana.

En cuanto al tema del liberalismo, tendría que justificar el significado de "sistema moral fuerte". Hume no era, desde luego, lo que hoy podríamos llamar un populista, sin embargo la fundamentación que hace de la moral, subvierte la misma.

Un sistema liberal no es coherente con un sistema de leyes inmutables, en tanto en cuanto, que no es capaz de fundamentar las mismas.

Con esto no estoy apelando a favor de la dictadura, sobre todo teniendo en cuenta el argumento popperiano sobre la deposición no sangrienta de los gobernantes. Pero no podemos olvidarnos que este argumento depende, en cierta manera, de un sistema moral previo. Si no se da, las democracias degeneran en demagogias y, finalmente, en tiranías. Platón, Aristóteles y los antiguos pensadores no erraron en este asunto.
06/12/10 5:33 PM
  
rojobilbao
Isaac, La dictadura es un error SIEMRPRE, no se ha dado caso alguno benéfico. Otra cosa es la tiranía (sistema griego) donde se da durante un tiempo limitado plenos poderes a un caudillo. único problema que pretenda convertir en eterno lo que no es sino temporal.

El liberalismo casa muy bien con leyes previas e inmutables cuando se es además de liberal, ius naturalista.

Entre Popper y Platón (por muy idealista que uno se sienta) me quedo con el primero.
06/12/10 8:12 PM
  
Isaac García Expósito
rojobilbao: la dictadura como tal es una institución de la Roma republicana. Se ejercía durante seis meses. Uno de los más famosos fue Marco Furio Camilo.

En la tiranía de la Grecia antigua, el poder se ejercía por la fuerza, no por derecho. Según Aristóteles es el peor régimen.

El derecho natural moderno se diferencia del cristiano en que al primero le falta la referencia metafísica. Está basado en la ley moral contenida en la razón humana, y de las exigencias de esta razón se deducen los derechos humanos.

Si usted reduce el liberalismo a mera ciencia económica, entonces es nada. Las relaciones económicas se ven desde la justicia conmutativa, la justicia distributiva y la justicia legal.
08/12/10 8:50 PM
  
rojobilbao
El Papa lamentó hoy que a lo largo de la historia «muchos profetas, ideólogos y dictadores se autoproclamaron Mesías e instauraron sus imperios, sus dictaduras y sus totalitarismos, que cambiaron el mundo de un modo destructivo.

http://www.larazon.es/noticia/3754-el-papa-dice-que-falsos-profetas-y-dictadores-han-traido-solo-destruccion
13/12/10 6:58 AM

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