La mano de Dios
Ahora que los mineros de Atacama están siendo rescatados, resulta indispensable recordar los numerosos tintes religiosos de esta gran epopeya que ha durado ya varios meses:
Desde su inicio, la noticia del accidente era devastadora: 33 mineros no habían podido salir luego del derrumbe, y si había alguno que sobreviviera, su mejor esperanza se encontraba en un refugió ubicado a 700 metros de en la profundidad de la tierra, con escasas provisiones y completamente aislados de toda forma de comunicación. Como ocurre cada vez que el ser humano se enfrenta a lo imposible, recurrimos a Dios, y la religión fue la primera en concurrir en ayuda a los familiares.
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