InfoCatólica / Tomás de la Torre / Archivos para: Octubre 2009, 02

2.10.09

El cristiano en su juego olímpico

La vida del cristiano es la participación constante y duradera en el olimpismo de cada día. Desde que suena el despertador para levantarse, hacemos un ejercicio de espíritu olímpico. La gimnasia espiritual de la oración nos prepara a la responsabilidad laboral y nos conduce andando a pie o en coche hasta la cancha del lugar del trabajo.

En cada hora que pasa, el esfuerzo olímpico lo tenemos que ejercitar para llegar a responder a las demandas que nos presentan los demás, quienes suben el listón a más altura para probar si estamos aún en condiciones óptimas de saltar sin pértiga o con ella.

En el rezo del Angelus tenemos la oportunidad de estirar los músculos espirituales ante la Madre del Señor, quien siempre solícita con nosotros intercede ante Jesús para que nuestro atletismo podamos cumplirlo con responsabilidad.

En la tarde, tras reponer fuerzas físicas absolutamente necesarias para mantener el cuerpo en el que vivimos, volvemos a la misión olímpica del servicio a los demás. Cada uno sabemos que al final del día desembocamos en la Eucaristía, como centro y cumbre de nuestra vida olímpica de ese día, que atardece y en la mesa nos quedamos al partir al pan de la vida, hecho alimento para nuestra alma, a la que debemos alimentar para que el sentido olímpico de la vida cristiana no se endeblezca.

La oración de vísperas y la última de completas completan un día de entrega al esfuerzo olímpico de haber cumplido la voluntad de Dios en cada momento y sentirnos llenos de la necesidad del descanso para, al volver ver salir el sol, hagamos la misma operación olímpica de cada fecha.

Así estamos. Así somos. Así vivimos los cristianos cuya olimpiada la conocemos cada uno en la intimidad de la conciencia. Nosotros no esperamos que nadie nos conceda unos juegos olimpicos, ya que los vivimos con el mismo espíritu de San Pablo: deseando ser los primeros en llegar a la meta: nuestro encuentro con Cristo para siempre.

Tomás de la Torre Lendínez

Los obispos españoles de perfil ante el 17- O

Sinceramente no esperaba otra cosa. Nuestros obispos se han colocado de perfil con motivo de la manifestación de Madrid contra la ley del aborto. Consideran muy importante el derecho a manifestarse y el motivo de la misma. Pero no aparece que vayan ellos a estar en la concentración madrileña.

Desde el punto de vista doctrinal sobre la defensa de la vida, nuestros pastores son intachables. Todos sus documentos rezuman una exquisitez de exposición de la enseñanza de la Iglesia Católica contra el aborto.

Pero, desde el punto de vista real y de compromiso personal vital, nuestros obispos se han colocado de perfil. Han optado por el “dontancredismo” tan habitual en estos días. Parece que la permanente de la Conferencia Episcopal ha optado por “llevarse bien con todo el mundo", con lo políticamente correcto, como hace cada día su cadena de radio entregada en armas y bagajes a cualquiera que pasa por allí.

¿Piensan nuestros obispos que los cristianos entienden su postura?. ¿Creen nuestros pastores que el católico medio de la Iglesia en España acepta sin más que sus líderes no se pongan al frente de la manifestación “en persona personalmente"?.

Hablemos claro: nuestros obispos son rehenes de la historia de la convivencia de la Iglesia de España con los propios habitantes y con sus madantarios de turno. Este estar de rehen no ocurre en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde según informa InfoCatólica: “Monseñor Samuel J. Aquila, obispo de la diócesis de Fargo (North Dakota), presidió una procesión eucarística que finalizó delante de la clínica abortista Red River Women y después se unión a los fieles que permanecieron orando por espacio de una hora por el fin de los abortos en su nación.”

¿Será posible que algún obispo, a nivel particular, esté en la manifestación?. Es posible. Lo han hecho otras veces, aunque les ha costado ser tachados de todo. Esperamos que durante los días que faltan algunos pastores se lo piensen y se pongan al lado de sus ovejas, que es donde deben estar.

Tomás de la Torre Lendínez