A las catacumbas. Por lo civil y por lo eclesiástico
Si. A las catacumbas. Por lo civil y por lo eclesiástico. Parece que es lo que toca. El mundo gay está muy crecido, lo sabemos. Tienen un poder que condiciona a políticos, asusta a eclesiásticos, tiene cabida privilegiada en medios de comunicación y pueden convertir en arma arrojadiza contra cualquiera.
Y luego está el cura de base, el de la parroquia de toda la vida, la capellanía universitaria, el que lejos de las grandes ideas y los ampulosos principios tiene que tratar no con el mundo gay, así en abstracto, sino con Manolo, gay, que quiere ser fiel al Señor viviendo castamente su realidad y se encuentra incapaz de ello o con Pilar, que más de lo mismo. Cualquier sacerdote, si quiere ser fiel al ministerio recibido, es normal que anime a los fieles a vivir castamente y procure ofrecer pistas, testimonios y, por encima de todo, la gracia de Dios para que esto sea posible. Y lo hace para que vivan de acuerdo con su fe en esta vida y puedan después llegar a la vida eterna.