Disfrutar de lo que tenemos
No soy de muchas reuniones, pero ayer acudí a Madrid a un encuentro de sacerdotes que comenzamos con un retiro que impartió el cardenal arzobispo, D. José Cobo. Siempre he sostenido que D. José es muy buen comunicador y que sabe llegar a la gente. También a los sacerdotes, y les aseguro que no somos un público fácil.
Evidentemente no pretendo hacer aquí un resumen de su predicación, pero sí hacerme eco de algo que personalmente me hizo bien, y es una idea que repitió y que básicamente es el título de este post: “vamos a disfrutar de lo que tenemos".

Ayer viernes tocaba misa en Piñuécar. Suelen acompañarme dos religiosas, pero fallaron. Al comenzar la exposición y el rosario, una señora. Un poco más tarde, otra. Dos en misa. No está mal.
La situación religiosa de España es, vamos a dejarlo ahí, preocupante. El panorama político, desolador.
Recuerdo a Justina con mucho afecto a pesar de los años transcurridos desde su muerte. A la mente me viene una mujer serena, en paz, y con una medio sonrisa permanente yo creo que fruto de su serenidad interior. Acudía a llevarle la comunión de cuando en cuando y siempre estaba sola.
No lo digo yo. Es que verán, hace algún tiempo, hablando con un “muy alto” clérigo -y se quedan con las ganas de conocer mis fuentes- me decía que, tras los grandes éxitos pastorales de los últimos años, lo mismo era tiempo de dar cerrojazo a reuniones, iniciativas, congresos, coordinadoras, talleres, asambleas, consejos, comisiones permanentes, experiencias, alternativas, delegaciones, tertulias, círculos y demás similares para dedicarnos, al menos durante dos años, a nada más que rezar, exponer el Santísimo, dirigir el santo rosario, confesar, celebrar misa y predicar





