Sobre la misa tradicional
Algunos comentaristas me han venido haciendo, sea en comentarios, sea en correos, tres preguntas en los últimos días sobre la llamada “misa tradicional” a las que quiero respoder ahora.
¿Qué piensa de la misa tradicional?
Pues que “misa tradicional” se compone de un sustantivo: misa, y de un adjetivo: tradicional. Y que mal estaríamos si diésemos más importancia a lo segundo que a lo primero.
La misa es la celebración del sacrificio incruento de Cristo, celebración de la muerte y resurrección del Señor, que se entrega por nosotros. Es la Iglesia quien ha recibido este tesoro de Cristo y de los apóstoles y es la encargada de custodiarlo. Por eso es la misma Iglesia quien marca la liturgia y regula su celebración.

Estamos muy ilusionados con la capilla de la adoración perpetua, y a la vez muertecitos de miedo, porque yo sé en qué charco nos estamos metiendo.
Confesiones cuaresmales en el pueblo. Poca gente, pero siempre acude un grupito que aprovecha para acercarse al sacramento. Entre otros penitentes, la señora Rafaela, que se las tendrá con el párroco, pero el sacramento es el sacramento y una cosa es que le ponga las cosas claras y otra muy diferente que no sepa que en la confesión el sacerdote es Cristo, por más que en este caso vaya con camisa de cuadros y tengan sus discrepancias en algunos asuntos. Cosas de la señorita María Teresa, maestra de pueblo, pero que supo educar a las niñas con sólidos fundamentos.
Así como suena. Frase literal que me soltó una persona hace un par de días: “me da igual lo que haga la iglesia o cómo se financie. Que exista, aún financiándose, me ofende”.
Mucha gente me pregunta por la capilla de adoración perpetua que queremos abrir en la parroquia. Después de que el pasado mes de noviembre





