A mi amigo Urbano, que dice que ya no me reconoce (me debo estar haciendo carca)
Qué sorpresa recibir ayer un “guasap” de mi amigo Urbano. Joven de mi primera parroquia, catequista, colaborador. Siempre hemos mantenido una excelente relación aunque últimamente apenas tenemos contacto. Me lo envía para decirme “leo tu blog y no te reconozco”. ¿Qué ha pasado? Pues en pocas palabras que debo estar haciéndome carca. Cosas de la vida.
Nos conocimos hace más de treinta años. Servidor, recién ordenado tras una formación básica típica de finales de los setenta, completada con la licenciatura en el Instituto Superior de Pastoral que incluía una actitud de sospecha ante la iglesia, poca norma, mucho lo que te parezca y seamos originales.
Básicamente mi vida es la que era entonces: parroquia, misa diaria, oración, y trabajar horas y horas, especialmente con jóvenes y Cáritas. Hoy prácticamente hago lo mismo, salvado que con los jóvenes está más implicado mi compañero básicamente por cuestión de edad. En lo que sí que he cambiado es en la forma de hacerlo. Las razones, especialmente tres: