Catarata de críticas contra la encíclica de Francisco
¿Acaso se esperaban otra cosa? Era lo previsible en la progresía eclesial. Tras varios meses de vendernos la moto de la primavera eclesial que por fin llegaba con Francisco, comienzan a vislumbrarse los nubarrones de siempre. Es verdad que gustan los gestos del papa, a mí también, pero me temo que escuece su doctrina. Eso de que hable con inusitada frecuencia del demonio, la oración, la confesión o la Iglesia como el CAMINO y no una vía más, son cosas que acaban haciendo pupa. Cuatro meses hablando de la renovación eclesial y nos sale ahora Francisco con esta encíclica que parece gusta más bien poco.