Aniversario de la capilla de adoración perpetua. Crónica de 24 horas de...
Hoy se cumple el año de la inauguración de la capilla de adoración perpetua en la parroquia. Escribo este post para contar a los lectores cómo estamos viviendo el aniversario y para animar a sacerdotes y parroquias a abrir nuevas capillas. Los frutos son extraordinarios por pura misericordia de Dios.
Como anunciamos en su momento, decidimos preparar, con el consejo y los coordinadores de la adoración, un programa “ambicioso”, porque entendían que el don de Dios había sido grande y merecía la pena hacer también algo grande para celebrarlo. Lo que salió de aquello, como ya conté en su día, fue mantener, durante 24 horas, adoración, confesiones, lectura de la Biblia y recogida de alimentos. Es lo que se ha tenido desde las 10 de la mañana de este pasado sábado a las 10 de la mañana de ayer domingo.

Dos cosas que no me resisto a comentar, porque me duelen en el alma y me desgarran por dentro.
Son cosas que me he encontrado en mi ordenador y se me ha ocurrido compartirlas aquí para aliviar el tedio de una tarde, en España, de nieve, lluvia, frío y temporal.
Abundan más de lo que se supone, y ya se supone mucho. Son esos grupos de parroquia que, poco a poco, abusando de la buena voluntad de un sacerdote, han ido atrapando parcelas de poder hasta convertirse en los grandes tiranos de la parroquia por encima del resto de los laicos, los sacerdotes y el obispo si se tercia.
Debe ser que hoy me he levantado “masoca” porque sé que con esta entrada me van a caer más palos que a una estera. Qué le vamos a hacer, la vida es así, no la he inventado yo…