Rector de L'Escala: la falta de sacerdotes es providencial
Una feligresa de la parroquia, una Rafaela cualquiera, para entendernos, anda de vacaciones por Cataluña. Yo sé que cuando está de viaje intentan ir a misa cada día y sobre todo cada sábado o domingo a un templo diferente para conocer iglesias y de paso hacer turismo.
El sábado acudieron a misa a la parroquia de L’Escala, un precioso pueblo de la Costa Brava. Misa en catalán, cosa que le parece perfecta. A la entrada pudo tomar una hojita con las lecturas en castellano y el rato de la homilía pues desconecta y aprovecha para leer la hoja parroquial que edita la diócesis de Gerona.

Como el algodón en los azulejos de la cocina de la señora Rafaela. Porque de palabras andamos todos más que sobrados, de intenciones hasta arriba y, para qué vamos a engañarnos, el comunicado final del congreso de teología despierta menos interés que una comparecencia pública de Cayo Lara.
Hay ciertos supuestos axiomas que yo no sé cómo la gente no se ruboriza al repetirlos una vez más después de cuarenta años. Por ejemplo eso de que lo fundamental es la opción por los pobres. Porque claro, te val al evangelio, te lees el inicio de la predicación del bautista y de Jesús y mira por donde lo que dicen es que se ha cumplido el plazo, convertíos y creed la Buena Noticia. Pero es que te val al final del evangelio y lo que dice Jesús a los apóstoles es eso de “id y haced discípulos, bautizando y enseñando”.
Tenemos que replantearnos eso de las “peceras” en los templos parroquiales. Hubo un momento, quizá seguimos en él, en el que se veía como algo útil para papás con niños pequeños el habilitar en los templos unas zonas acristaladas e insonorizadas, pero con buena megafonía, desde las cuales los papás con niños pequeños pudieran participar de la santa misa sin miedo a molestar al resto de los fieles.





