Un pais de gilipichis: mindfulness obligatorio en colegios
Mi principal duda en este momento es si la gente realmente se está volviendo tonta, si se creen que los tontos somos los demás, o si el que se está volviendo rematadamente gilipichis es un servidor.
Ayer leía en el diario “El Mundo” (El inmundo que le dicen algunos) la noticia según la cual “Unos 200 colegios públicos españoles han incorporado el ‘mindfulness’ al horario escolar”. Para empezar ya son ganas de meter palabros en extranjero cuando en español tenemos vocabulario más que de sobra, pero no me negarán que si lo dices en inglés queda la cosa mucho más chic.

Ni molesto, ni enfadado, ni deprimido. Tampoco eufórico ni como un envío de castañuelas. Más bien diría que en estado de shock. Dicen que los cumpleaños son especialmente significativos cuando se cambia de década, y eso es lo que me está pasando en esta mañana.
A lo más que llegó un servidor era a eso de “iglesia militante, purgante y triunfante”. Prometo que, desde mi mejor buena voluntad entendí que con eso bastaba. Ignorante. Necio. Botarate. Memo. Mostrenco. Cavernícola. Infocatólico. Ya lo ven, aquí servidor anclado en que si la purgante… Pero hombre, que todo el mundo está en el cielo y purgante ya solo suena a ricino y eso para los mayores. Ahora lo que se lleva es eso de Iglesia escuchante y dialogante. Nada menos que ambas dos.
Con mucha más claridad que algunos humanos. “Socio” tiene perfecto conocimiento de lo que puede y no puede hacer, de lo que está bien y lo que está mal. Pero… es perruno y en ocasiones es incapaz de vencer la tentación y cae.