Algunas diferencias entre parroquias carcas y progres
En una parroquia normal los bancos tienen reclinatorio. El que quiere se arrodilla, y el que no le da la gana, no. En la parroquia progre el cura ha decidido que no hay que arrodillarse. Por tanto, todos los bancos sin reclinatorio.
En la parroquia normal el sacerdote ha explicado que se puede comulgar de pie o de rodillas y ha colocado unos reclinatorios para que cada cual pueda escoger cómo hacerlo. En una progre directamente no hay reclinatorios.
En la normal los curas tienen un horario de estar en el confesionario. El que quiere se confiesa, y el que no pues no lo hace. En la progre directamente no hay confesionarios.
En una parroquia corrientita se expone el Santísimo Sacramento en horarios determinados. Unos van a la exposición, otros no. En la progre no hay exposición.

Radio María podrá ser tachada de muchas cosas, se podrá decir que si es rancia, que si demasiado piadosa, que si monótona, que si lo que quieran. Ahora bien, lo que nadie podrá decir de Radio María es que se trata de una emisora confusa, que tenga una programación con segundas intenciones, que se aparte un ápice de la doctrina de la Iglesia. Ni remotamente.
Ante todo, conviene aclarar términos para evitar confusiones. Una cosa es la misa por el llamado rito extraordinario, más propiamente según el rito romano en su forma extraordinaria, y otra la celebrar con el actual misal de Pablo VI, en lengua vernácula, pero “ad orientem”.
O por lo menos es lo que piensa un servidor. Porque lo de dar de comer al hambriento y de beber al sediento está muy bien, pero se supone que la Iglesia, los católicos, entendemos que el hambre y la sed son de pan material y también de Dios, porque si no conocemos a Dios nos falta lo esencial.
Amigos, muy amigos. Desde niños. Pedro y José. Inseparables. Tan amigos que Pedro de cuando en cuando permitía que su borriquillo se saliera de su linde para colarse en un pequeño huerto de José. Hasta que José, muy amigos ambos dos, le dijo: “amigos, muy amigos, pero el borrico en la linde”. Pues esto digo yo en las relaciones de los católicos con los demás. Amigos lo que haga falta, pero el burro en la linde.