España: veintiocho años líderes en donación de órganos. No es casual
Acabamos de conocer hace unos días que España lleva veintiocho años como líder mundial en donaciones y trasplantes. No es casualidad. Y aumentando. Tras España, aunque a distancia, podemos destacar la buena media de la Unión Europea, seguida por Estados Unidos, Australia y Canadá.
Los peores datos hay que buscarlos en Oriente próximo y en países árabes. En Japón, por ejemplo, los datos están bajo mínimos a pesar de campañas oficiales a favor de la donación de órganos.
No es casualidad. España tiene una cultura cristiana y eso se nota en todo lo que sea solidaridad. Impregnados de cristianismo hasta las cachas, por más que se hubiera perdido la fe, la solidaridad entre nosotros es algo que no se cuestiona. El más bruto comprende que las personas tenemos que ayudarnos. Insisto. Cristianismo. Solidaridad.

Yo no sé si somos memos, snobs, bobos o simplemente gilipichis, aunque en el pueblo lo dicen de forma más rotunda. Pero es que de verdad hay que ser algo de eso o todo a la vez para sacarse de la manga unos pomposamente llamados mandamientos ecológicos dentro de una cosa denominada “Decálogo verde”, que es una campaña promovida por asociaciones católicas como Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario).
Acaba de llegarme, como cada día, el
Es la palabra de moda. Periferias. Al lado podemos colocar otras: iglesia en salida, iglesia samaritana, iglesia hospital de campaña. Y volvemos a lo de las periferias: salir a, trabajar en, opción por, vivir en. Periferias.
Me sorprende con qué facilidad los curas y la gente de iglesia en general soltamos supuestas verdades económicas. No es extraño llegar a una reunión de sacerdotes, de Cáritas, de voluntariado y empezar a escuchar cosas como que el capitalismo es perverso, a la vez que se silencia lo evidente del comunismo, la maldad de los bancos, la burbuja inmobiliaria, reivindicación de la dación en pago, no a los desahucios, viva el 0,7 y apoyamos la condonación de la deuda externa. Por supuesto, a nada que te animes, que se suban los impuestos a los ricos mientras se añaden y añaden ventajas sociales a los débiles. Ah, perdón, y que se derriben las fronteras, que se me olvidaba.





