La del WATER, en sus consecuencias
Una de las “grandes estrellas” del pasado congreso de la Juan XXIII fue una tal Mary E. Hunt, que según el propio congreso es teóloga feminista, católica activa en el movimiento de mujeres-iglesia y en asuntos religiosos LGBTIQ, y Codirectora de la Alianza de mujeres para la Teología, Ética y Rituales (WATER). Ya dije en su momento que las siglas las carga el diablo, y que presentarse en España como codirectora de una cosa llamada WATER presagia las peores conclusiones.
Supongo que, ya que ha venido a España, y que el viaje habrá costado un pastizal, y prefiero no pensar pagado por quiénes o por qué, hay que amortizar la presencia como sea, y una parte del como sea es una extensa entrevista publicada, a que no se lo imaginan, en Religión Digital. Vale. Todo previsible. Total, la codirectora del WATER no va a soltar ideas perfumadas y Dios os cría y ellos se juntan.

Me lo contaron atribuyendo la frase al marqués de Santo Floro. Hay dos cosas por las que no se debe preguntar nunca: el peso y los hijos. Decía el marqués, y si no era él la cosa sigue siendo acertada, que engordar o adelgazar puede ser por régimen, enfermedad, llevarse bien o suponer un trauma para el sujeto. Por eso, mejor callarse. La otra cosa, lo de los hijos. Cuántas veces no hemos abordado a una pareja con este tema: ¿y vosotros para cuándo? cuando tal vez llevan tiempo llorando porque quieren los hijos y no vienen.
No es fácil decirnos cualquier cosa a los curas, y no digo ya a vicarios y obispos. Los curas, el gremio que mejor me conozco, somos muy nuestros y bastante remisos a que se nos lleve la contraria y nos pidan explicaciones. De hecho, hay gente que es que ni se atreve a preguntar temerosa de la reacción de su señor párroco. Si la cosa fuera de negociado superior (vicaría, diócesis) es que ya ni lo intentan, convencidos de que no merece la pena.
Sí. Hoy son dos cosas. Las dos cosas.
Es que todavía no lo tengo claro.





