Teletrabajo
En estos pueblos serranos se tiene miedo a la despoblación. Por eso desde hace años fuimos privilegiados a la hora de contar con fibra óptica que facilitase el teletrabajo, de forma que las familias no tuviesen miedo de venir a vivir aquí. Ya sabemos todos que desde hace tiempo, especialmente tras la pandemia de COVID, el trabajo a distancia se ha ido haciendo con su propia carta de naturaleza.
Esos meses de forzado aslamiento nos espabilaron a algunos que descubrimos que hoy, con los medios técnicos con los que contamos, se hace sencillísimo acceder a cualquier plataforma y empezar a transmitir. En mi caso fue una feligresa la que me sugirió transmitir la misa del domingo a través de mi cuenta personal de Facebook. No solo el domingo, sino que durante toda la pandemia el teléfono móvil fue cámara, micrófono y transmisor de la misa diaria y el ángelus de las 12 h.

Contaban ese chiste, perdón por la broma, en el que un apóstol, tras escuchar al Maestro eso de que “dentro de poco me veréis y luego no me veréis", le respondió: “lo que más me gusta es lo bien que te explicas". Complicado el evangelio.
Un día de estos haré realidad el proósito de sacar un nuevo libro con esas cosas que uno escucha en sus templos parroquiales y que te sacan la sonrisa más tierna cuando no, en ocasiones, la loca carcajada.
De siempre, la prensa escrita ha contado con la sección de noticias, y con la sección de opinión. Dar las noticias ya es opinar, porque salvo las que no queda más remedio, y siempre se pueden dar de una u otra forma, la elección de las mismas ya supone una manera evidente de ofrecer el propio parecer.





