¿Cómo va la capilla de adoración perpetua?
Mucha gente me pregunta por la capilla de adoración perpetua que queremos abrir en la parroquia. Después de que el pasado mes de noviembre se diese la noticia en este blog, y se hiciesen eco de ella otros portales como la página oficial de la adoración perpetua o La cigüeña de la torre, ahora lo que me dicen es que si el proyecto sigue adelante.
Por supuesto que sigue adelante, pero teniendo en cuenta que poner en marcha una empresa de tanta envergadura no es cosa de dos días. Cuento cómo están las cosas en este momento.
Lo primero, lo material, ya que la adoración perpetua necesita una capilla en exclusividad, con acceso controlado en la noche y que permita la adoración aunque en el templo principal se tengan misas o cualquier otro tipo de celebraciones. No hay que hacer mucho, pero hay que hacerlo. Los albañiles llevan un par de semanas trabajando, el electricista casi ha terminado y esperamos que lo material esté listo en dos o tres semanas. Hoy voy a ir a ver unos candelabros y alguna otra pequeña cosa.

Esto va por rachas. ¿Se acuerdan de las movidas del 0,7? Hubo un momento, allá por mediados de los noventa, que si no llevabas una chapita del 0,7 o no participabas en algo de eso eras poco menos que un marciano.
La izquierda en general, y la izquierda española en particular, tienen sobrada y reconocida experiencia en la fabricación de cortinas de humo. Lo llevan haciendo decenios y con un excelente resultado. En cuanto hay un problema grave que les pueda salpicar en la frente, rápido buscan chivo expiatorio o situación engañosa para conseguir que la gente mire en otra dirección y quedar libres de toda responsabilidad.
Me resulta curioso, casi día tras día, escuchar a los padres ese vacuo argumento de no condicionar al niño para el futuro cuando se plantean el bautismo y luego la primera comunión:
Cuando yo era niño o había menos enfermedades o, muy posiblemente, tampoco nos enterábamos demasiado. No recuerdo amigos celiacos, por ejemplo. Tampoco alérgicos y menos al polen. Pero insisto, cosas de pueblo.