Profetas de temporada
El profeta lo es o no lo es. Lo malo es cuando el supuesto profeta, laico o cura, es profeta de temporada y de geografía. Mala cosa que uno ande lanzando oráculos dependiendo de dónde esté o de quién gobierne. Porque eso no es profetismo, eso es cachondeo.
Hay una panda de profetas laicos, comprometidos con la causa de la justicia, la paz, la no violencia y el desarrollo de los pueblos expertos justamente en estas lides. Son los actores, algunos evidentemente, titiriflautas, que se han autoerigido en “mundo de la cultura” y que de vez en cuando nos deleitan con sus proclamas de solidaridad.
¿Se acuerdan de la gala de los Goya cuando el “no a la guerra”? Aquel año no hubo premiado en tan excelsa función que no se manifestara amplia y públicamente en contra de la guerra, que no a favor de la paz. Si hubiera dicho sí a la paz le hubieran llamado fascista. Era el año 2003. Y era Madrid.

Ayer alguien me preguntaba por las diferentes posturas que hay que mantener en la misa. La respuesta no tiene mayor complicación, aunque en la práctica veamos las posibilidades más llamativas.
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