Callar de los pícaros es encubrimiento
Cuando el otro día hablaba de las fobias de Vidal y Bastante hacia los obispos que no les ríen las gracias, refiriéndome en concreto al vergonzoso trato que dispensan al arzobispo de Burgos, no faltaron amigos y comentaristas que me sugirieron olvidarme de estos dos porque, según mis amistades, es hacerles publicidad y no merece la pena.
Error. Gran error. Si hay gente que anda por la vida amenazando, lanzando acusaciones o medias acusaciones, sugiriendo, dejando caer cosas, inventando historias, es gracias a los que callan o incluso sonríen benévolamente por si las moscas.

Tres pueblos a mi cargo como párroco. Cada uno con sus cadaunadas. Cada parroquia con su personalidad, la suya. Tres a los que uno intenta atender lo mejor posible y de la forma más equilibrada posible. Braojos (205 empadronados) y Gascones (188) algo más grandes. La Serna, el chiquitín (74).
Que me perdone, que yo sé que lo hará de corazón, D. Luis Fernando por aprovecharme de una frase suya en Facebook: “Cuando tus grandes estrellas tienen 85 (Faus), 89 (Castillo) y 91 (Aradillas) años y pretendes ser el referente para el futuro de la iglesia, es normal que antes o después quedes “algo” rezagado en el mundillo de la información religiosa”.