La fachosfera católica digital
Si es que los datos son los que son, y parece que hay obispos brasileños muy preocupados por el hecho de que los medios digitales católicos tradicionales arrasen en las redes. Es lo que hay y los datos son los que son.
Para disgusto me imagino de todos los que siguen apostando por un progresismo cada vez más progresista, lo que todos vemos es que la gente, cuando quiere conocer la Iglesia, lo que pasa en la Iglesia y cómo interpretar los acontecimientos, en aras de su libertad, acude donde le da la real gana, que mire usted por dónde, son los medios más conservadores. Esto me lleva a sacar varias conclusiones:
1. Los medios y planteamientos más progresistas, que en su momento aparecieron en la Iglesia con una fuerza imponente en los años setenta y ochenta sobre todo, se han quedado realmente en nada. No son nada.
2. Estos medios progresistas hoy tienen que reconocer su más absoluto fracaso por más que se empeñen en autoproclamarse el no va más de la autenticidad evangélica y la aplicación real y necesaria del Vaticano II.

Últimamente uno se da cuenta de que cada vez son más los católicos que están dejando de sufrir en silencio y no se callan ni debajo del agua. Nuestros fieles, siempre tan comedidos, tan respetuosos con lo que decían sus sacerdotes, tan confiados en que todo iba por buen camino, se empiezan a echar al monte y cuando algo no les cuadra simplemente se ponen en jarras, como una Rafaela cualquiera, y cantan las verdades del barquero a cura común, párroco de campanillas, vicario episcopal y de ahí hasta donde haga falta.
Cuando algo imposible se presenta como imposible pero con un resquicio de posible en determinadas circunstancas, lo que en la práctica ocurre es que se entiende que ya tiene carta de naturaleza lo hasta ahora vetado.
Ya saben. Aventuras, charcos, en los que se mete uno, y que no son una cosa tan simple como pudiera parecer. Bah, media horita para contar cuatro cosas. Je. Bien se conoce que no han pensado en el asunto.





