Homilías dominicales: tan pesaditas como inútiles
Mucha gente se me queja de lo pesaditas que suelen ser las homilías en las misas dominicales. Pesaditas y lo que es peor: sobre todo inútiles.
Lo de pesaditas tiene sobre todo un motivo: que no se preparan o se preparan de forma defectuosa. Desde que me ordené sacerdote mantengo una costumbre no sé si sana, pero que me viene estupendamente. Y es que no salgo jamás a predicar sin un esquema escrito, que a veces no es más que cuatro líneas ordenadas, pero siempre algo delante.
La razón es la de saber por dónde empiezo, qué voy a decir a continuación y cuándo y cómo acabo. Sin el esquema a uno se le va la cosa, no se acuerda de lo que va a decir, improvisa y sobre todo es incapaz de acabar, por lo que se mete en una sucesión de tópicos y frases hechas buscando rematar la faena que hacen el asunto ciertamente tedioso.
Pues si además de pesaditas son inútiles, entonces apaga y vámonos.

El dato objetivo es este: la fundación Amancio Ortega dona veinte millones de euros a Cáritas. Punto. Y agradecidos.
Tuve la oportunidad ayer de charlar un rato con un diácono madrileño que en pocos meses será ordenado sacerdote si Dios quiere. Conversación de un cura veterano con alguien que está comenzando a descubrir el mundo de la parroquia.
Hoy todo el mundo es solidario. Pregunten a cualquier famoso, famosete o famosillo y verán cómo su preocupación principal pasa por la paz, la solidaridad y los niños hambrientos. No hay personaje que no haya salido una vez en la tele que no afirme eso tan bonito de la justicia, el compartir y el darse a los demás. Y si de paso puede, sacude dos bofetadas a la iglesia porque hay que ver cómo viven los curas mientras tanta gente se muere de hambre, y sacude al gobierno por su falta de sensibilidad social cuando en España hay tantísimas personas que lo pasan mal.
Cada semana envío un correo a los feligreses de la parroquia con noticias, novedades, avisos, reflexiones… y que llega a cerca de quinientas direcciones de correo electrónico.