Tu misa es malta... la mía, café del bueno
Me encanta la gente de misa de las 13 h., de 11, o de tarde. Los que hoy van a la parroquia a misa de 12 y el domingo pasado a la de al lado porque les venía mejor la misa de 11:30. Gente que acude cada domingo a misa esté en Madrid, en el pueblo, la playa o directamente en las Chimbambas (que por cierto no sé por dónde quedan).
Gente que sabe que la misa es la misa, que en ella se celebra el sacrificio incruento de Cristo por nosotros, tenemos la oportunidad de pedir perdón, escuchar la Palabra, admirar el don de la transustanciación, rezar juntos, ofrecer nuestra limosna , y comulgar el cuerpo de Cristo si estamos en condiciones para ello. Y esto celebrado según manda la Iglesia y en unión con toda la iglesia extendida por el mundo y visible concretamente en la asamblea en que uno participa.

Desde el viernes a medio día en la operación kilo. 40 familias a las que surtir de alimentos son muchas familias y hay que buscarse la vida. Por eso dos veces al año acudimos a un centro comercial cercano donde el hipermercado nos da todo tipo de facilidades para hacer la campaña. Colaboramos unos cuarenta voluntarios capitaneados por un servidor, que estos días se pasa allí todo el tiempo que le dejan libres sus compromisos sacerdotales en la parroquia.
No, no se me confundan. Yo sé que con los teléfonos de última generación, los llamados Smartphone, uno lleva en el bolsillo el mundo entero. Me falta uno que haga café y que lleve incorporado el cajero automático. Todo se andará.
No lo sé, ni creo que nadie pueda saberlo. No hay ninguna revelación pública sobre el número de condenados y las penas del infierno.
No conozco la nueva teoría, pero pudiera ser que a servidor la teología de siempre se le haya quedado obsoleta y que el Catecismo haya sufrido alguna corrección fundamental que esté replanteando algunas cosas. Puede ser.





